miércoles, junio 27, 2007

Primo Gonzalez, La ONU opina sobre la vivienda en España

miercoles 27 de junio de 2007
La ONU opina sobre la vivienda en España Primo González

Hace ya algún tiempo, mediados del pasado año, que hasta la ONU se está interesando por el espectacular desarrollo de la vivienda en España y los problemas de toda índole, en especial sociales, que ello puede acarrearnos si los tipos de interés siguen en alza y las ventas de viviendas, cada vez más caras, tienden hacia la parálisis. El experto destinado a elaborar el diagnóstico de la situación española acaba de dar a conocer sus últimas consideraciones sobre el asunto, en las que hay una mezcla de diagnósticos pintorescos (en uno de ellos relaciona la violencia de género con la dificultad de la mujer para acceder a una vivienda propia) con propuestas no exentas de ingenuidad (como cuando propone al Gobierno que alerte a la población sobre la grave crisis que se nos avecina para dentro de unos años y que afectará a gran parte de la población) o de rancio intervencionismo (cuando pide al Gobierno que intervenga más activamente poniendo viviendas sociales a disposición de los sectores sociales que hoy tienen serias dificultades para acceder a un piso propio). Al margen de todo esto, las propuestas que esboza el experto oscilan entre un conocimiento más bien superficial del sector y de la economía española y un marcado tinte intervencionista a la hora de señalar las recetas apropiadas.
La situación de lo inmobiliario en España es indudablemente una preocupación para expertos y políticos, además lógicamente de para los sufridos españoles que pagan la hipoteca con harto dolor para sus ingresos mensuales, que en algunas ocasiones llega a representar el 40% de la renta percibida. Habida cuenta de que en los últimos años los plazos de las hipotecas han ido en aumento para aliviar el peso mensual de las cuotas, la perspectiva de rebajar esa relación entre hipoteca mensual e ingresos mensuales sólo depende de una de las dos partes de la división, es decir, del aumento de los ingresos, cosa que es razonable esperar siempre en todo ciudadano, sobre todo si es joven. Naturalmente, a condición de que la otra parte de la división (la cuota mensual de la hipoteca) no aumente por culpa de la subida de los tipos de interés, que es lo que está sucediendo en los últimos meses y presumiblemente sucederá en los que quedan por delante. El logro de un buen balance entre la subida anual de los ingresos y la subida de los tipos de interés, favorable al primero de los renglones, es lo que aliviará poco a poco el peso de las cargas hipotecarias sobre los endeudados españoles.
Ayer mismo, un estudio realizado por la consultora Deloitte sobre la base de una encuesta propia señalaba que el 65% de los españoles con deuda hipotecaria no piensa renunciar a ninguno de sus gastos en los próximos meses, lo que da una cierta idea de que existe, al día de hoy, una cierta holgura entre los españoles a la hora de pagar el coste de su vivienda. Para una amplia mayoría, la subida de los tipos de interés en los últimos meses ha provocado el aumento del coste de la hipoteca en unos 50 euros adicionales cada vez. Como en todo, hay casos bastante extremos, pero los índices generales de la vida real reflejan un escasísimo porcentaje de dinero sometido a reclamaciones por parte de los prestamistas, es decir, los bancos y las cajas, cuyos índices de morosidad registran cifras en aumento pero desde unos niveles que históricamente estaban en mínimos el pasado año.
Los encuestados confiesan que cuando han optado por hacer ahorros han recurrido a comer menos veces fuera de casa o a recortar las vacaciones, aunque es de suponer que algunos hayan podido meter mano a sus gastos en otros capítulos que no se atreven a mencionar, quizás la educación de sus hijos. El estudio revela que casi la mitad de los encuestados terminará de pagar su actual hipoteca en un plazo comprendido entre los 5 y los 15 años, lo que tampoco es una afirmación para tomársela muy al pie de la letra ya que son muchos los que, a medida que mejora su situación económica, aceleran el cambio de vivienda en pos de una mejor y, por tanto, con una nueva hipoteca, generalmente más elevada. Pero que la mitad de los españoles con hipoteca tenga a la vuelta de la esquina cumplir con una obligación tan pesada quita dramatismo al problema del endeudamiento de las familias españolas.
Son de agradecer todas las aportaciones foráneas al conocimiento de nuestro problema hipotecario y habitacional, que parece caminar con más o menos gradualismo y con mayor o menor automatismo, sin que nadie lo gobierne, hacia una sensible moderación. Pero organismos como la ONU tendrían que extremar sus esmeros cuando tratan de dar soluciones a países miembros para afrontar problemas domésticos. Por desgracia, la ONU cuenta con un abanico de posibilidades a la hora de dar consejos que podría resultar interminable sin perder el tiempo en España, en donde el asunto ya está bastante diagnosticado. Al fin y a la postre, para recomendarle al Gobierno que avise a los españoles del grave riesgo que se nos viene encima no hacía falta recurrir a un experto de la ONU, cuyo conocimiento del problema parece más superficial y cargado de tópicos que útil.

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