El encarcelamiento de Ruiz Mateos, un escándalo sin paliativos
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28 de junio de 2007. José María Ruiz Mateos ingresó el pasado lunes día 25 en la prisión de Madrid II. Que un empresario de su trayectoria duerma en una celda es ya una noticia; que un hombre de 76 años cumpla condena es toda una rareza en un país democrático; y que esto suceda en la España de 2007 dista mucho de ser una casualidad. Es para muchos observadores una muestra más de las veleidades políticas de la Administración de Justicia española, al menos desde que preside el Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.El jerezano no necesita presentación. Dueño del holding Rumasa, se convirtió en uno de los empresarios más pujantes del país en la última parte del franquismo y durante la transición. Por esa misma razón suscitó envidias y enemistades, que en definitiva llevaron a la injusta y arbitraria, por razones políticas, expropiación de sus empresas el 23 de febrero de 1983, por decisión de Felipe González y de su ministro de Hacienda Miguel Boyer. Por grandes que fuesen las irregularidades de Rumasa, otros empresarios en parecidas o peores circunstancias fueron tratados mucho mejor por el poder socialista. Además de la confiscación, Ruiz Mateos pasó dos años en prisión preventiva, para luego salir absuelto de los cargos que se le imputaban. Los precedentes son, en este caso, esenciales. Ruiz Mateos no se rindió, y levantó de la nada un nuevo grupo empresarial, ayudado siempre por su mujer y sus hijos. De manera ejemplar, volvió a crear riqueza y empleo, aunque ahora ha sido condenado, por una cuestión relativa a la gestión de la empresa de viajes Mundo Joven, a tres años de prisión y multa de 21.600 euros. ¿Un nuevo escándalo? Aunque Ruiz Mateos fuese culpable del peor de los delitos financieros, no pudiese pagar esa multa y mereciese los tres años de cárcel, sería el momento de recordar que el Estado, en general, y el PSOE en el Gobierno, en particular, ya deben a Ruiz Mateos dos años de indebida privación de libertad. El ingreso en prisión del empresario debería haber sido considerado prudentemente en este nuevo caso, que en cualquier otro país de nuestro entorno ya habría merecido un indulto gubernamental. Pero la cosa no queda ahí. En los países democráticos de Europa los condenados mayores de 70 años no cumplen penas de privación de libertad, salvo que se trate de criminales convictos de manifiesta peligrosidad social. Ruiz Mateos no lo es, y que con 76 años esté en prisión es una anomalía absolutamente insólita, salvo en países no democráticos en los que haya delitos políticos de opinión. Una condición esencial de la Justicia en un régimen constitucional es la igualdad ante la Ley. Ahora bien, en España permanecen libres Alberto Alcocer, Alberto Cortina y otros ilustres condenados en firme por delitos cuantitativamente y cualitativamente más llamativos que los atribuidos a Ruiz Mateos. ¿Cuáles son las diferencias entre los "Albertos" y Ruiz Mateos? Legalmente, todas a favor del jerezano; y en democracia no puede haber otras diferencias, salvo que se niegue el fundamento mismo del sistema. Por consiguiente, si no queremos que los más altos representantes del Estado tengan que cargar con un nuevo bochorno, sería oportuno que Ruiz Mateos recibiese el mejor trato posible. Porque lo merece, además.
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