miércoles, junio 27, 2007

German Yanke, Ibarretxe se sondea a si mismo

jueves 28 de junio de 2007
Ibarretxe se sondea a sí mismo Germán Yanke

Si ya es sorprendente lo del Centro de Investigaciones Sociológicas, lo del servicio ad hoc del Gobierno vasco resulta de traca. El CIS es seguramente un organismo serio, con muchos y buenos profesionales, con los fondos necesarios para hacer sondeos y encuestas. Ofrece la posibilidad de que los resultados obtenidos sean consultados además de la interpretación o “cocina” de sus responsables, por si alguien quiere analizarlos de otra manera. Éstos, los responsables del Centro, se pasan a veces —como con el sondeo de intención electoral hecho público unas horas después de las elecciones locales—, pero no dudo de la seriedad de sus trabajadores y sistemas.
Lo sorprendente es más bien una cuestión de concepto, porque no acabo de entender que sea el Gobierno y sus organismos dependientes los que den cuenta de sondeos electorales y preocupaciones ciudadanas. Es algo que no ocurre, por cierto, en lo que se da en llamar “los países de nuestro entorno”. Es decir, es una herencia del sistema político anterior y más valdría terminar con ella.
Pero, bueno, lo de traca es lo del Gobierno vasco, que tiene su CIS provinciano concebido única y exclusivamente para gloria de las políticas oficiales. Que Ibarretxe presenta su Plan, los encuestadores pergeñan la bendición de los ciudadanos. Que se opone el Gobierno autonómico a la política penitenciaria, el servicio de sondeos presidencial explica que cuenta con el apoyo mayoritario. Ahora nos salen con que el 70% de los vascos están a favor del derecho de autodeterminación, como antes a favor de la negociación con ETA.
Si el CIS no tiene parangón en otros países similares, lo del Gobierno vasco no lo tiene ni en los más alejados geográfica y culturalmente. Un servicio que jamás pone un pero de la opinión pública a la gestión y a las intenciones oficiales, que siempre le respalda con entusiasmo. Siempre más allá de los votos que cosecha y, en ocasiones, incluso en contra de las voluntades manifestadas en las urnas. Si Ibarretxe tiene un varapalo, incluso en su propio partido, se sacan de la manga una encuesta para demostrar que es el único y el mejor, que le jalean por la calle y le apoyan. Si tiene una ocurrencia, otra encuesta.
Debería darles vergüenza tanto descaro demoscópico, pero si no lo tienen en las políticas que proponen, por qué iban a demostrarlo en el apoyo que recibe. Es, en definitiva, la respuesta al tópico: si los ciudadanos no son lo suficientemente partidarios, se cambia a los ciudadanos. En este caso, con encuestas. Deberían ser, en este empeño, más atrevidos: Ibarretxe se sondea a sí mismo y sólo obtiene el 70%...

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