jueves, marzo 30, 2006

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David Horowitz El timo del pacifimo

viernes 31 de marzo de 2006

UNIVERSIDAD

El timo del pacifismo
Por David Horowitz
El 13 de septiembre del 2004 –apenas dos días después del tercer aniversario del 11 de Septiembre– la revista FrontPage publicó el relato del estudiante Brett Mock de una clase que tuvo lugar en la Ball State University de Indiana, de "Estudios de Paz". La clase figuraba como un curso de las causas de la guerra y la paz ("el estudio de los métodos para alcanzar la paz dentro de comunidades y entre naciones; historia del movimiento pacifista y las causas de conflicto; y análisis de los principios de resolución de conflictos utilizando casos de estudio").
Habiéndose apuntado al curso, Mock descubrió, para su desgracia, que lejos de ser un examen académico de estas materias, la clase era un curso de reclutamiento y entrenamiento en política de izquierdas y actitudes antiamericanas. Sus textos y conferencias, sin excepción, le llevaban a él y a sus compañeros hasta opiniones de América como enemigo de la paz global, y al entendimiento hacia los terroristas que nos han atacado. Entre "los métodos para lograr la paz" recomendados por el curso se encontraban unas organizaciones radicales a las que los estudiantes eran animados a unirse, entre ellas PeaceWorkers, que es parte de una coalición que incluye la Asociación Estudiantil Musulmana pro terrorista y la Liga de Jóvenes Comunistas. A los estudiantes que se unían al lobby de oposición a la guerra de América para derrocar la dictadura de Irak se les subía las notas académicas; a aquellos que apoyaban a su país, no.

Para añadir el insulto a estos golpes, además, el director del programa de Estudios de Paz de la Ball State y profesor de Brett Mock, el Profesor Gregory Wolf, es académicamente incompetente para enseñar la materia, cuyo ámbito se extiende desde toda la historia de la humanidad, la geopolítica, y la economía global. Gregory Wolf es un profesor del Departamento de Música de la Ball State cuya especialidad es el saxofón.

Al artículo de FrontPage le siguió una carta del director nacional de Estudiantes por la Libertad Académica al rector de la Ball State, expresando su preocupación por la naturaleza del curso y su incumplimiento de los estándares educativos básicos. Diez días después, la administración de la Ball State contestó a través de su preboste y vicepresidenta de asuntos académicos, Beverley Pitts. En su carta, Pitts anunciaba que había investigado las afirmaciones de Brett Mock (sin entrevistar al propio Mock) y concluía que eran erróneas, que el curso cumplía los estándares académicos y no era parcial. Al respecto de cuán cualificado estaba académicamente un profesor de saxofón para debatir las causas sociales, económicas o culturales de la guerra y la paz, el preboste dice: "El Dr. Wolfe tiene un doctorado en educación superior por la Universidad de Indiana; ha recibido entrenamiento como mediador; está en el consejo del Toda Institute for Peace, Policy and Global Research de la Universidad de Hawaii; y ha dado clases y publicado en el campo de los estudios de paz".

Un doctorado en educación superior, sin embargo, no cubre ninguno de los temas que constituirían la base de un curso acerca de las causas de la guerra y la paz, mientras que una sesión de entrenamiento en mediación solamente los cubriría marginalmente. El Toda Institute, en cuya junta el Profesor Wolfe se encuentra como consejero, está dirigido por Soka Gokkaki, una secta budista zen, que cree que la paz mundial sólo puede lograrse persuadiendo a los habitantes del planeta de cantar "Nam Myoho Renge Kyo".

En cuanto a la queja de Mock de que el curso era más un adoctrinamiento que un examen imparcial del tema, la preboste Pitts afirma: "La clase del Dr. Wolfe acentúa el pensamiento crítico con respecto a temas de paz. El texto principal del curso es Estudios de paz y conflictos, Barash y Webel, (Sage Publications, 2002), que presenta varias facetas de temas relacionados con la guerra y la paz".

Este punto de vista sobre Estudios de paz y conflictos sería una sorpresa para los autores de este texto ampliamente usado en el campo de los estudios de paz. En el prólogo de su libro, Barash y Webel escriben: "El campo [de los estudios de paz] se distingue de la mayoría de las restantes ciencias humanas en que está orientado hacia valores, irremediablemente. En consecuencia, queremos respaldar nuestros propios valores, que son francamente opuestos a la guerra, a la violencia, antinucleares, anti autoritarios, anti estamentos, pro medio ambiente, pro derechos humanos, pro justicia social, pro paz y políticamente progresistas". (P. x)

En otras palabras, los estudios de paz y conflictos no hacen pretensión alguna de ser una exploración académica de los complejos temas de la guerra en paz. No exploran las muchas opiniones posibles de los problemas del mundo que podrían llevar al conflicto, o las diversas explicaciones que pueden hacerse de los movimientos pacifistas de la historia; son, de hecho, un tocho izquierdista con el claro propósito de adoctrinar a los estudiantes en las opiniones radicales del mundo que comparten "progresistas" como Noam Chomsky, Howard Zinn o Michael Moore. Por otra parte, no se da indicación alguna al estudiante ni se informa de que éstas pueden ser opiniones radicales, o de que puede haber otras formas razonables de ver estos sucesos y materias.

Los estudios de paz y conflictos debaten los problemas de la pobreza y el hambre como causas del conflicto humano, pero enfocan estos temas exclusivamente a través de los ojos de marxistas (y anónimos) como, por ejemplo, Andre Gunder Frank o Frances Moore Lappe. Las únicas credenciales académicas que los propios autores poseen se dan en los campos de la psicología y la filosofía. No obstante, su texto es arriesgado –por no decir imprudente– en sus afirmaciones sobre estos complejos temas.

A propósito del problema del hambre en el mundo, por ejemplo, el tema del texto es socialista: "En gran medida, el problema del hambre del mundo no es tanto un problema de producción, sino un problema de distribución". (P. 498) Esto sería nuevo para los norcoreanos, donde las últimas hambrunas causadas por las políticas socialistas de su gobierno han matado a más de un millón de personas. Sería igualmente sorprendente para los ciudadanos de la extinta Unión Soviética, cuyos líderes marxistas intentaron hacer de la distribución paritaria el centro de su política económica y transformaron un país que había sido la despensa de Europa en una nación de constante racionamiento alimentario hasta el colapso del sistema.

El texto de estudios de paz y conflicto condena implacablemente las desigualdades económicas que caracterizan los sistemas de mercado, incluso aunque estos sistemas sean responsables de excesos agricultores prodigiosos y de sacar a billones de personas de la pobreza, hechos que el autor ignora sistemáticamente. Los autores identifican a los culpables responsables de la pobreza del mundo (y de ese modo de los conflictos que este sufrimiento causa) en términos que habrían satisfecho a Lenin: "La avaricia de los agricultores distribuidores y brokers, mas el control de la tierra por una élite reducida, deja hambrientas a cientos de millones de personas a diario". (P. 499) No hace falta preguntarse por qué los terroristas odian a los países ricos, como Estados Unidos.

Dado que los autores ven que la avaricia de la clase dirigente es responsable del hambre en el mundo, los estudios de paz y conflictos aprueban en la práctica un tipo de violencia, y solamente un tipo. Como era de esperar, éste es el tipo revolucionario. Aquí es donde el ejemplo de violencia revolucionaria de Barash y Webel ha conducido a resultados aceptables:

Considérese el caso de Cuba. Tras la Revolución Cubana de 1959, a pesar de más de 40 años de un embargo norteamericano a las importaciones y exportaciones cubanas, la mortalidad infantil en Cuba ha decrecido hasta el mínimo de Latinoamérica; la esperanza de vida se ha incrementado desde los 55 años en 1959 hasta los 73 años en 1984; el sistema de salud fue nacionalizado y hecho accesible a todos los ciudadanos cubanos gratis o a un precio módico; la alfabetización supera el 95%; y aunque la prostitución, la mendicidad y los vagabundos volvieron a Cuba en los 90 (por motivos económicos casi en su totalidad, debido al embargo y a la pérdida del apoyo de la antigua Unión Soviética), Cuba tiene bastantes menos problemas que virtualmente la totalidad de países de Latinoamérica. Mientras Cuba está lejos de ser el paraíso en la tierra, y desde luego los derechos individuales como las libertades civiles no son aún ampliamente practicados, el caso de Cuba indica que las revoluciones violentas, en ocasiones, pueden redundar en condiciones de vida generalmente mejores para muchos". (pp. 14-15, énfasis añadido)

Éste es todo el retrato que los autores hacen de la dictadura comunista de Cuba. No se hace mención a que Cuba es en realidad una dictadura totalitaria y en la que cada ciudadano es un prisionero en su propio país, espiado por la policía secreta del gobierno. No se da indicación alguna de que Castro es el dictador vivo más longevo del mundo, con una trayectoria legendaria de sadismo contra sus propios partidarios. El maltrecho sistema médico de Cuba no es evaluado; ni el hecho de que mientras la alfabetización es impresionante, los cubanos saben leer solamente los materiales aprobados por los censores del gobierno. En 1959, cuando Castro llegó al poder, Cuba era la segunda nación más rica per cápita de Latinoamérica. Tras casi 50 años de socialismo, aparece casi al final de las veintidós naciones de Latinoamérica, por encima de Haití, pero por debajo de Honduras o Belice. Cuando los autores se sienten en la obligación de mencionar una deficiencia en los logros de Cuba –ya sea económica o política– echan invariablemente la culpa a los Estados Unidos y su embargo, incluso aunque Cuba comercia con casi todas las naciones del mundo y sus logros económicos son atribuibles a las políticas económicas afligidas de su chiflado dictador. Esta promoción parcial de una dictadura comunista es típica del texto y una muestra exacta del punto de vista ideológico de los autores.

A lo largo de todos los estudios de paz y conflicto, los autores justifican las políticas y acciones comunistas y miran a las de América y a las de las democracias occidentales a través de un prisma negativo. Esta inclinación unilateral hacia los enemigos totalitarios de América se evidencia en su tratamiento de la Crisis de los Misiles Cubanos, por ejemplo, En 1962, el dictador soviético Nikita Khrushchev precipitó una crisis internacional y colocó al mundo al borde de una guerra nuclear al colocar secretamente misiles nucleares en Cuba y mentir al Presidente Kennedy cuando le fueron presentadas las fotos de los mismos. En el texto de los estudios de paz y conflicto, sin embargo (el que la preboste de la Ball State, Beverley Pitts, nos asegura que "presenta varias facetas de temas relacionados con la guerra y la paz"), la crisis de los misiles cubanos es discutida sin que los autores mencionen nunca la causa de la crisis, es decir, los misiles soviéticos. En su lugar, la crisis se describe causada por la presunta inseguridad psicológica del presidente norteamericano y su consiguiente deseo de actuar duramente. Esto creó un dilema del que el mundo fue rescatado por el dictador soviético. He aquí el relato entero del texto universitario acerca de la crisis de los misiles:

"La crisis de los misiles cubanos –lo más cerca que la humanidad ha estado de una guerra nuclear general– fue provocada en parte porque John F. Kennedy se había sentido intimidado por el Premier Soviético Khrushchev en su cumbre de 1961 en Viena, y humillado por la debacle de la fracasada invasión de Cuba en Bahía Cochinos, apoyada por Norteamérica. Al año siguiente, Kennedy estaba determinado a no ser barrido de nuevo por el líder soviético; afortunadamente para el mundo, Khrushchev fue capaz (quizá debido en gran parte a la escasa fuerza militar) de retroceder". (P. 211)

Este posicionamiento de la Unión Soviética en el bando de la paz cuando es el agresor tampoco es único. En su relato de la Guerra Fría en general, los estudios de paz y conflicto tratan a la Unión Soviética como un patrocinador de movimientos pacifistas, y a los Estados Unidos como el poder militar e imperialista que al que se supone que los movimientos pacifistas –y así se supone que los estudiantes del programa de estudios de paz y conflicto– deben mantener a raya.

Una breve sección de estudios de paz y conflicto, escrita en el 2001, está dedicada al ataque terrorista contra Estados Unidos del 11 de Septiembre de ese año. Proporciona un vistazo preocupante del impacto que cursos como este pueden estar teniendo sobre los estudiantes universitarios de Norteamérica mientras su país afronta la amenaza terrorista. Los autores comienzan diciendo a los estudiantes que, "terrorismo es un término desagradable". Este es el motivo por el que, desde la perspectiva de los "estudios de paz", los aspectos morales del término son puramente relativos: "cualquier ataque real o amenaza contra no combatientes civiles puede ser considerado como un acto de 'terrorismo'. En este sentido, el terrorismo es tan antiguo como la historia de la humanidad". (P. 80) Lejos de ser criminal o malvado, el terror (según Barash y Webel) es el último recurso de los débiles como medio de autodefensa: "Los terroristas son personas que se sienten militarmente incapaces de hacer frente a lo que perciben como sus enemigos directos, y en consecuencia utilizan la violencia, o la amenaza de violencia, contra no combatientes para lograr sus objetivos políticos". Si tú eres débil, entonces aparentemente está bien matar a mujeres y niños si sirve para tu causa. El terrorismo, según los autores, es también "una variante contemporánea de lo que ha sido descrito como guerra de guerrillas, que se remonta como poco a las luchas anticoloniales y anti imperialistas por la liberación nacional que tuvieron lugar en Norteamérica y la Europa occidental durante finales del siglo XVIII y comienzos del XIX contra los imperios francés y británico" (pp. 80-81) Es decir, los padres fundadores americanos eran terroristas, y los terroristas pueden verse así como patriotas (como Michael Moore los ha descrito realmente).

Así que, que nadie se equivoque, los autores progresistas de estudios de paz y conflicto explican que: "Poner 'terroristas' entre comillas puede chocar a algunos lectores, que consideran a la nomenclatura evidente. Nosotros no lo hacemos, sin embargo, para minimizar el horror de tales actos, sino para enfatizar el valor de la indignación con derecho por el reconocimiento de que a menudo el 'terrorista' de una persona es 'el luchador por la libertad' de otra". (P. 81) Los terroristas que asesinaron a 3000 civiles inocentes de 80 países en los atroces ataques del 11 de Septiembre puede ser vistos en consecuencia como "combatientes de la libertad" que atacan al opresor.

Estudios de paz y conflicto continúa: "Tras los ataques contra el World Trade Center de New York City y del Pentágono en Washington D.C., muchos norteamericanos estaban evidentemente de acuerdo con las declaraciones de muchos políticos relevantes de que Estados Unidos estaba "en guerra" contra el terrorismo. Pero, para muchas personas sin entrañas [sic] de otras regiones, "los americanos son los peores terroristas del mundo" (según Osama bin Laden en una entrevista televisiva de 1998 en la American Broadcasting Company). Tras los ataques, el Presidente George W. Bush anunció que Estados Unidos "no haría distinción alguna entre los terroristas y los países que los albergan". Para muchos pueblos frustrados, empobrecidos y enfurecidos –que ven a los Estados Unidos como un país terrorista– los ataques contra civiles americanos estaban justificados precisamente de este modo: no haciendo distinción entre 'un estado terrorista' y los ciudadanos que ayudan y mueven el estado". (ídem) Es decir, América es un estado del terrorista y los terroristas son libertadores del mundo oprimido.
Hay 250 programas de "estudios de paz" en América como el de la Ball. Enseñan a los estudiantes a identificarse con los enemigos terroristas de América y a identificar a América como el "Gran Satán" opresor de los pobres del mundo y el que les hace pasar hambre. Hay igualmente muchos prebostes Pittses, defendiendo las credenciales académicas fraudulentas de activistas políticos que realizan estos adoctrinamientos y que no son académicamente competentes en el propio tema a discusión. La pregunta es: ¿cuánto tiempo puede sobrevivir una nación en guerra con enemigos despiadados como Bin Laden o Zarqawi, si sus instituciones educativas están vendidas de este modo?

Gentileza de LD

Joseba Arregui, Sin descanso

viernes 31 de marzo de 2006
Sin descanso

JOSEBA ARREGI
Dicen que dura poco la alegría en casa del pobre. Después de la declaración de alto el fuego por parte de ETA, más de uno dirá que ya es hora de descansar, que por fin se ha conseguido lo que tanto esfuerzo y lucha había costado: quitarnos de encima la pesadilla tremenda de un grupo que ha amenazado, extorsionado, amedrentado y asesinado en nombre de un proyecto político. Pero no es hora de descansar. Y no sólo porque falte la declaración final de abandono total y definitivo de la violencia terrorista. No hay descanso porque todavía es preciso seguir luchando por la libertad, por los derechos de ciudadanía, por una definición de la sociedad vasca basada en el acuerdo y el pacto, en el respeto a las diferencias y complejidades en nuestras identidades y sentimientos de pertenencia.Y no es hora de descansar porque la euforia del momento puede inducir a bajar la guardia, a creer que han desaparecido todos los peligros que acechan a la pluralidad y a la libertad de los vascos. Casi se podría decir que ahora más que nunca es preciso seguir atentos a la evolución de la política vasca para que en este momento de alegría y de relajamiento la confusión de palabras no sea el camino por el que se introduce lo que se ha evitado que entrara por el camino de la violencia.Lo primero que hay que evitar es pensar que ya que ETA ha dado un primer paso, ahora toca a los demás, al Estado, al Gobierno, a los partidos políticos y a los ciudadanos, dar los siguientes. No pocos empiezan a debatir acerca de los pasos siguientes a dar. Ante esa tentación es preciso subrayar que queda un segundo paso, el más importante, el anuncio definitivo de la renuncia definitiva a la violencia y al terror. Y que ese paso lo tiene que dar ETA, y nadie más. La pelota, acudiendo a los tópicos al uso, está, sigue estando, en el tejado de ETA, que es donde siempre ha estado desde que esa organización terrorista decidió no respetar la decisión, en consulta popular, de los ciudadanos vascos: el referéndum a favor del Estatuto de Gernika. Es un auténtico escarnio que ETA y Batasuna planteen que la solución al conflicto, como lo llaman, pasa por la consulta popular, por lo que los ciudadanos vascos decidan, cuando ellos han luchado con la violencia y el terror, o amparados en ellos, contra la decisión de los ciudadanos vascos.Ahora es más que nunca la hora para volver a hablar del pluralismo de la sociedad vasca y recordar lo que ese pluralismo significa. La sociedad vasca no es plural simplemente como lo puede ser la sociedad alemana, en la que hay personas de derechas y de izquierdas, progresistas y conservadoras, liberales y socialistas, y cristianas y agnósticas o ateas. Pero básicamente todas ellas se consideran pertenecientes a la nación alemana en el doble sentido de la palabra: pertenecientes a la nación cultural alemana, y al mismo tiempo ciudadanos de la nacion política alemana, del Estado federal alemán.La pluralidad de los ciudadanos vascos se refiere, además de la propia de las coordenadas clásicas de derecha o izquierda, al sentimiento de pertenencia: no existe homogeneidad en el sentimiento de pertenencia a una nación cultural en exclusividad. Ese pluralismo es el que hace que la afirmación correcta de que existe nación vasca no se corresponda con la afirmación de que Euskadi es una nación. Esa correspondencia negaría el pluralismo de la sociedad vasca en lo que al sentimiento de pertenencia se refiere. La libertad de los ciudadanos vascos depende de esa diferencia, de la misma forma que la libertad de los ciudadanos españoles depende de la diferencia entre España nación cultural y España nación política o Estado: si se confundieran los dos no habría sitio para el pluralismo en el sentimiento de pertenencia en el espacio constitucional español, lo cual supondría un recorte inaceptable para la libertad.En el mismo sentido, la diferencia entre las dos afirmaciones citadas -existe la nación vasca, pero ello no significa que Euskadi sea nación- es requisito necesario para la libertad de los vascos. Es la aplicación de la libertad de conciencia alcanzada gracias a la dolorosa y sangrienta experiencia de las guerras de religión en los albores de la modernidad a la situación de nuestros días: la libertad de conciencia se transforma en libertad de identidad, en la afirmación de que no hay identidad normativa, identidad obligatoria para nadie. Ese pluralismo es el que hace necesario el acuerdo a la hora de definir el marco de convivencia de Euskadi: tiene que haber expresión institucional propia y diferenciada suficiente para quienes se sienten pertenecientes -sea en exclusiva o no- a la nación vasca, y tiene que haber expresión institucional suficiente para quienes se sienten pertenecientes -en exclusiva o no- a la nación española: el marco de convivencia de los vascos no puede responder a una pretendida homogeneidad en el sentimiento de pertenencia a la nación vasca, y la Constitución española no puede responder a la pretendida homogeneidad en el sentimiento de pertenencia a la nación cultural española.Ése es el juego articulado en el marco actual, que como todos los marcos puede necesitar ajustes y reformas, pero que no puede ser puesto radicalmente en cuestión sin riesgo de inclinar la balanza demasiado en una dirección negadora de pluralismo y libertad. El discurso de la España plural siempre será incompleto, y por eso erróneo, si no se acompaña del discurso de la Euskadi plural, de la Cataluña plural, de la Galicia plural en el mismo sentido, y probablemente con más razón.No sé si se trata de un precio político aceptar el discurso de las dos mesas de la propuesta de Anoeta. Hay razones poderosas para no compartir ni la necesidad ni la conveniencia de la mesa de partidos políticos vascos, la mesa de normalización. Hay razones para ser reacio a aceptar el término mismo de normalización. Y habrá que plantear tranquila y argumentadamente esas razones. No puede haber una prohibición de hacerlo, de preguntar por qué debe ser extraparlamentaria, por qué no se asume la normalidad de una comisión del Parlamento vasco para debatir cuestiones previstas en la legalidad actual, con conformidad a las reglas que actualmente son las normales.Pero si al final hay mesa de partidos políticos vascos, de todos los partidos políticos vascos que rechazan la violencia y la condenan -entre otras razones porque también partidos democráticos vascos ven conveniente la mesa-, será preciso tener en cuenta que lo dicho sobre el pluralismo de la sociedad vasca no puede ser algo que está a disposición de los que discutan para deshacerse de él, que el respeto al pluralismo y a las consecuencias jurídicas y políticas que se deben extraer de él es innegociable si se quiere garantizar la libertad de los ciudadanos vascos.Y en este trabajo sin descanso va a existir una guía que es al mismo tiempo una exigencia fecunda: la memoria del significado político de las víctimas, de los asesinados por ETA, de quienes fueron objeto de atentado. Por mucho que ETA dé el paso definitivo que debe a la sociedad vasca, los asesinados no desaparecen. Seguirán siendo asesinados. Nadie les va a devolver la vida. Y seguirán siendo asesinados en nombre de un proyecto político. Seguirán siendo asesinados en nombre de una idea de Euskadi, de una idea de Euskadi que reclamaba homogeneidad donde no existe, que quería imponer una identidad y un sentimiento de pertenencia, que pretendía, por ello, recortar la libertad personal, la libertad de identidad, la libertad de opinión, la libertad de sentimiento de pertenencia. Y esa memoria es el mayor aliciente para defender la libertad en los tiempos que han comenzado con el alto el fuego de ETA: tanto como hasta ahora, con más fuerza que hasta ahora. Pueden ser tiempos de confusión, tiempos en los que se volverán a cursar palabras, conceptos y frases que sonarán muy bien, que prometerán la solución definitiva de todas las contradicciones y de todos los problemas, palabras y frases que hablarán de solución democrática, de consulta popular, de capacidad de decisión, de ampliación de consenso, de marcos de convivencia asumidos por todos.Y habrá que recordar lo que en realidad dicen esas frases: que hay que hacer sitio a los que, usando el terror, no han respetado lo decidido por los vascos en consulta popular, que no importa perder del consenso a quienes han estado dentro y han sufrido las consecuencias de la violencia con tal de incorporar a los que se han escudado en el terror. Y habrá que recordar que si el conjunto del nacionalismo puso en cuestión el marco actual de convivencia, lo hizo creyendo que ello era necesario para apaciguar a los terroristas. Habrá que recordar que la cuadratura del círculo es imposible en política y que también en política lo mejor sigue siendo enemigo de lo bueno.Sin descanso en defensa de la libertad y de los derechos de ciudadanía. Ahora con más tranquilidad, y por eso con más firmeza.

Con dos homosexuales que se fusilen...

Rumores en la Red
29-III-2006
"Con dos homosexuales que se fusilen..."

Elena Tasso: Ese hombre –por Bayly– está sembrando la inmoralidad y lo dice a los cuatro vientos. Entonces la gente piensa que eso es normal


Hablábamos estos días en la redacción sobre ese magnífico país que es Perú y sobre las inminentes elecciones que se celebrarán en quince días, el nueve de abril. Vemos con preocupación las posibilidades de uno de los candidatos, Ollanta Humala, que sube como la espuma en las encuestas y que, tras la victoria de Evo Morales, podría cerrar el círculo regresivo en Iberoamérica –aunque mantenga sus diferencias con el resto de los países vecinos y sus gobernantes, es el candidato apoyado por Chávez.

La aparición del partner de Hugo Chávez, Ollanta Humala, ha supuesto toda una revolución. Miembro del clan familiar de los Humala –golpistas, racistas, antisemitas...– Ollanta apuesta por el etnonacionalismo que, aprovechando el hastío de una gran parte de la población que no ha alcanzado beneficio alguno de los distintos gobiernos peruanos. Dicho en palabras de esa mente clara –en algunos escritos recientes, oscura– del escritor peruano afincado en Madrid, Mario Vargas Llosa, en un reciente artículo en El País el 12 de marzo –edición de pago no disponible en la web:

"El abismo entre ambos extremos es infranqueable. Por lo menos un tercio de la población vive atrapada en unas condiciones de vida que la impermeabilizan contra todo beneficio derivado de las buenas cifras de la macroeconomía peruana. Campesinos, sectores urbanos marginales, migrantes que no consiguen implantarse en las ciudades, desempleados y jubilados que no pueden parar la olla con sus magras pensiones, etcétera. A estos varios millones de peruanos la idea de que el Perú esté progresando les parece una burla: ¿qué clase de progreso es éste que a ellos los deja igual o peor de lo que estaban? Desde su punto de vista, tienen toda la razón del mundo. La bonanza es un privilegio de minorías en una sociedad donde, por falta de reformas básicas en la educación, la salud y la difusión de la propiedad, buena parte de la población queda automáticamente excluida de la modernización y el progreso que monopolizan las elites".

El caso es que el tema nos lo ha recordado Nuevo Digital, que recoge la información que comentábamos esta misma mañana. No es otra que el odio antihomosexual –entre muchos otros odios– que transmite el tal Humala y que está especialmente dirigido contra una de las figuras periodísticas más conocidas del Perú, el escritor Jaime Bayly, muy conocido en España por sus colaboraciones en la cadena Ser y sus libros. Recientemente obtuvo el segundo puesto en el premio Planeta.

La madre del clan Humala, Elena Tasso, expuso claramente el otro día su plan de erradicación de la homosexualidad que recoge el periódico peruano Peruinforma y al que accedemos a través de Javier Monjas en Nuevo Digital:

Elena Tasso: "Yo les apuesto a ustedes que con dos violadores fusilados ya no habría más violaciones. Y con dos homosexuales que se fusilen ya no habría en la calle tanta inmoralidad". "Ese hombre –por Bayly– está sembrando la inmoralidad y lo dice a los cuatro vientos. Entonces la gente piensa que eso es normal".

La tradicional doble vara de medir de la izquierda española es sangrante en temas como el de la homosexualidad y se pone en evidencia en la ausencia de críticas al Islam, donde en muchos países se lapida o encarcela a quiénes tienen esa orientación sexual. Desconocemos si habrá algún tipo de crítica en el programa de la Cadena Ser donde colaboran habitualmente Jaime Bayly y Boris Izaguirre; así como también desconocemos la política exterior prevista por Zapatero en el caso de una hipotética victoria de Humala. Lo único que sabemos es que la homosexualidad es perseguida en muchos países –bien sean musulmanes o dictaduras bananeras– y este Gobierno que ha aprobado el matrimonio homosexual (y los medios afines) no dice ni pío salvo, si en vez de persecución lo que se hace es una crítica y viene de la Iglesia española.

Contradicciones de la izquierda, que son muchas y muy serias.

Gentileza de LD

El si quiero de Joaquin Leguina

viernes 31 de marzo de 20o6

TRAS MESES DE CRÍTICAS AL ESTATUTO

El sí quiero de Joaquín Leguina
A pesar de haber mantenido una de las posturas más críticas al proyecto de nuevo Estatuto de Cataluña dentro de las filas socialistas, Joaquín Leguina, no se ha movido un ápice de las consignas de su grupo parlamentario. Después de calificarlo como “marrón”, decir que lleva “una bomba dentro” o que "con 30 diputados socialistas que me acompañasen nos plantearíamos otras opciones" le ha dado el sí quiero en el Congreso de los Diputados.

(Libertad Digital) El diputado socialista y ex presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, ha sido en los últimos meses una de las voces más firmes dentro del PSOE en contra de la propuesta de Estatuto de Autonomía de Cataluña que se ha votado en el Congreso de los Diputados. Suyas han sido declaraciones tan contundentes como:
“A mí me preocupa todo: el Estatut y la postura del Presidente, pero es una preocupación política, no me pongo nervioso. Si íbamos a cambiar el Estatuto, lo mejor hubiera sido pactar los partidos políticos, intentar pactar con el PP, llegar a acuerdos con los nacionalistas e intentar también algún cambio en la Constitución, como cambiar el sistema electoral, porque es un disparate que cuando lo dos grandes partidos no sacan mayoría absoluta estén en manos de los nacionalistas”.
O tan provocativas como:
"Con 30 diputados socialistas que me acompañasen nos plantearíamos otras opciones".
Todas esas declaraciones se han ido con el viento cuando, pasadas las tres y media de la tarde de este jueves, Leguina era requerido nominalmente por la Mesa del Congreso para, a viva voz, dar su voto afirmativo o negativo a la propuesta estatutario abanderada por Zapatero, Montilla y Mas. Tras el sí quiero, sus propias calificativos al Estatuto, todos anteriores a la votación, le han dejado en evidencia.

A continuación se preproducen algunas declaraciones hechas por Leguina sobre la propuesta de Estatuto desde que fuese aprobado el texto en el Parlamento catalán.
“Creo que este Gobierno iba a, como dicen los castizos, de cine y de pronto nos encontramos con este marrón, que nosotros mismos y este plural es claramente mayestático, nos hemos formado".
"Lo que de verdad plantea es una concepción del Estado que, desde luego, no cabe en la Constitución, pero tampoco cabe en la cabeza de la inmensa mayoría de los españoles ni en la de cualquiera que no esté pensando en la secesión (los nacionalistas) o en la colonización del resto de España por parte de Cataluña (los catalanistas)". “Y eso lo han auspiciado, consentido y apoyado los representantes políticos de una buena parte de quienes emigraron a Cataluña desde el resto de España y que ahora votan al PSC".
“El debate acerca de cómo convertir el texto actual en constitucional es otro falso debate, un señuelo que pretende llevar el agua al terreno de los técnicos en constitucionalismo y despolitizar la discusión".
"Pero hoy, y más con el nuevo Estatuto, es el castellano el expulsado y su reducido al ámbito de lo privado, lo cual resulta, se pongan como se pongan los catalanistas y nacionalistas, igualmente intolerable, además de inconstitucional".
“Estoy en contra del nuevo estatuto catalán, y me tendrán que preguntar cuál es mi opinión sobre el tema".
“Menos mal que a mi pueblo no lo han tocado todavía".
"Un periodista conocido y muy apreciado y catalán, Josep Ramoneda, lo decía el otro día en un artículo, '¡esto da un repelús!'".
"Las palabras de Zapatero de que aceptaría lo que llegara de Cataluña fueron hechas antes de marzo de 2004. Fueron unas palabras dichas con buena fe. Lo que ocurre es que si yo le digo a usted 'pídame lo que usted quiera', no le estoy diciendo que abuse de mí. El presidente lo propició, pero no sabía que el Estatuto llevaba una bomba dentro".
“El Estatuto no cabe ni en la Constitución ni en cabeza humana que piense en un Estado democrático".
“El Estatuto deberá encajar en la Constitución y en el sentido común".
"¿Es que no había más problemas que resolver? No es de recibo que la izquierda piense lo mismo que Puyol, que hay que meter a los castellanoparlantes bajo la bota, que se metan en una vía en las que solo están a gusto los nacionalistas. ¿O es que en Cataluña no hay catalanes que no sean nacionalistas?".
"Una decepción respecto a las personas (especialmente en lo tocante a los líderes del PSC), y una decepción histórica (¿a dónde vamos por ese camino?)".

Gentileza de LD

Victor Gago Raca Raca con al cancion de autor

viernes 31 de marzo de 2006
EL CONGRESO APRUEBA EL ESTATUTO
RACA RACA CON LA CANCIÓN DE AUTOR, por Víctor Gago
Dale que te pego con Serrat. “Como diría Serrat, hoy puede ser un gran día”, citó Manuel Marín al comenzar la sesión. Vuelve el PSOE y vuelve la nostalgia de la canción de autor. La cara al vent y todo ese rollo tan conservador, de puro progre. Todos puestísimos y con un fondo de armario que ya quisiera Paris Hilton para bajar a comprar el pan, pero comprometidos con la guitarra de palo como hace treinta años. Como diría Serrat, o el portero de su finca rústica: “Hoy puede ser un gran día”.
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El debate no hizo otra cosa que confirmar el prestigio de Marín como erudito. Un gran día para el poder, un mal día para la libertad, aunque ésta brillara como nunca en las intervenciones de Mariano Rajoy. Desde este jueves 30 de marzo de 2006, España ya es otra cosa distinta de lo que quisieron los españoles en 1978. Lo han decidido unos cuantos políticos nacionalistas y de izquierdas, animados por un presidente del Gobierno que pasará a la Historia por haber recibido un país en hora con el mundo y dejar, en cambio, una “España de autor”, triste, plúmbea, acomplejada y rencorosa, como el Estatuto de Cataluña o como las canciones que escucha esta generación de antiguos que hoy gobierna en las instituciones.

La fatalidad de Rajoy es ésa: sus mejores días como parlamentario acostumbran a ser los peores para España. Cuanto más hace brillar la razón, cuanta más convicción e ideas pone en la defensa de la libertad frente al poder, más machacones se ponen los de la canción asamblearia. “Porque creemos que sólo integrando la diversidad en la unidad, es posible crear una España sin exclusiones ni excluidos”, resumió María Teresa Fernández de La Vega el valor del nuevo Estatuto de Cataluña. Pocas cosas son tan solemnes como el poder buscando coartadas. Si la Historia es la lucha de la libertad contra el poder, como afirma Rothbard, está claro que es una lucha muy desigual, en la que el poder necesita menos talento que la libertad para imponerse. A veces, como se ha demostrado en esta sesión, le basta con echar mano de la cursilería: “El Estatuto dejará huella en nuestra historia. En la historia de Cataluña y en la de España”, proclamó María Teresa Fernández.

Frente a la eficacia aplastante del “territorio” y los “derechos colectivos” en la canción del poder popular, ¿qué podía hacer un parlamentario como Rajoy, liberal, racionalista, consciente de su responsabilidad, guiado por los principios, coherente con lo que dice defender, y bastante más ilustrado que quienes han redactado el Estatuto y quienes lo han defendido en el Congreso?

Con un cambio de régimen ya decidido y en marcha, la Fiscalía persiguiendo según a qué políticos, y la aplastante mayoría de la Prensa mirando para otro lado, el margen de maniobra del PP es escaso: o se suma a la corriente, como invitan, desde dentro, Piqué y Gallardón, y desde fuera, todo el cartel de cantautores producidos, grabados y distribuidos en el mismo sello discográfico y editorial; o hace lo que tiene que hacer, que es lo que Rajoy ha hecho este jueves: un inventario de lo que se pierde con el Estatuto de Zapatero, el PSOE y los nacionalistas, que no es otra cosa que el derecho de todos los españoles a vivir como personas libres y a que el poder no se entrometa en sus vidas. Su discurso ha sido lo único “grande” de un mal día. Directo a la inteligencia, a la libertad, el corazón y la cartera de españoles y catalanes, sin dejarse ninguna verdad por el camino.

Este Estatuto, señaló Rajoy en uno de los mejores pasajes de un discurso que estuvo plagado de esos raros momentos en el pensamiento de un político en el que se confabulan la razón, el bien y la belleza, “no puede ser bueno para los ciudadanos porque lo prioritario para sus autores no es ni la libertad de la gente ni su bienestar sino imponerle el rígido ideario nacionalista y el corsé de su construcción nacional. Eso es lo principal, aunque tengan que pagar un precio en bienestar, aunque tengan que renunciar a una parte de su libertad. Lo primero es lo primero. Lo primero es la nación. El individuo es siempre secundario. No envidio a nadie de los que tengan que soportarlo y como no lo quisiera para mí, tampoco se lo deseo a los demás”.

Difícilmente, se puede expresar con mayor economía y eficacia el ideal de libertad que sale derrotado frente al poder, en este Estatuto que, si algún derecho colectivo protege, es el de la casta política a la que entroniza y refuerza en su carta blanca sobre la vida de las personas.

El debate sobre el Estatuto ha confirmado lo que Max Webber dijo de la política, y Mario Vargas Llosa recuerda en el frontispicio de sus memorias, Como pez en el agua: que no siempre, en política, el bien hace el bien. Rajoy ha dicho lo que tenía que decir y ha hecho lo que tenía que hacer, pero el resultado de este debate tan democrático es que hoy hay menos democracia que ayer en España. La política no ha servido esta vez para limitar a los políticos ante las personas, sino para que vuelvan a dominarlas. Un uso tan anacrónico de la democracia como las carpetas que Alfonso Guerra utiliza para llevar los papeles de la Comisión Constitucional, o como la canción de autor que ayuda al presidente del Congreso a interpretar a Serrat como si fuera Manuel Azaña.

Está claro que en el Ipod de Manuel Marín no suena El Canto del Loco. Si lo hiciera, habría entendido que hay vida comprometida más allá de Raimón.

“Quiero entrar en tu garito[léase territorio o nación] con zapatillas [léase Kelly Finder], que no me miren mal al pasar [léase CAC o policía lingüística] / estoy cansado de siempre lo mismo, la misma historia, quiero cambiar [atención, Piqué: un claro compromiso con el partido de Albert Boadella y Arcadi Espada] / me da pena tanta tontería quiero un poquito de normalidad [justo lo que dijo Rajoy en la tribuna del Congreso] / pero a ver, mírame y dime tronco, no veo mi sitio y no puedo aparcar [mensaje interno al alcalde de Madrid]”.
Es cuestión de aprender a escuchar a los jóvenes. El compromiso con los territorios y los derechos colectivos es cosa del pasado, como los cantautores, pero el PSOE sigue raca raca con la gramola asamblearia –que diría Rubalcaba–. Menos mal que Carmen Calvo sigue la gira de Metallica, que también es un grupo deprimente, sectario y con tendencia a la manía persecutoria, pero al menos, en sus videoclips salen unas señoras muy bien disfrazadas – vale, también aparecen hombres disfrazados, no vayamos a tener otro motín del Grupo Socialista Paritario con Montilla como no adscrito–.

Gentileza de LD

Otegui convencio a Conde Pompido

viernes 31 de marzo de 2006

SE CONMUTA LA INCONDICIONAL DE OLANO Y PETRIKORENA

Otegi convenció a Conde Pumpido pero estará en la cárcel hasta que pague 250.000 euros
El Fiscal General del Estado, Cándido Conde Pumpido, que antes del "alto el fuego" de ETA sostuvo que Otegi merecía la petición de prisión incondicional, decidió esperar hasta escucharle. Y aunque el proetarra se negó a contestar, la Fiscalía cambió de criterio solicitando prisión eludible con una fianza de 100.000. Finalmente el juez Marlaska envió a prisión a Otegi hasta que abone una fianza de 250.000 euros. Sin embargo la prisión incondicional de Petrikorena y Olano queda conmutada por prisión bajo fianza de 200.000 euros. El PP cree que la actitud de la Fiscalía es "el peor comienzo que se esperaba".

L D (Agencias) El juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande Marlaska decretó poco antes de la medianoche prisión eludible con fianza de 250.000 euros para el dirigente de Batasuna Arnaldo Otegi como autor "mediato" o inductor de los 108 actos violentos cometidos durante la huelga del día 9 convocada por la formación ilegalizada, desde sellar con silicona cajeros automáticos hasta las bombas colocadas por ETA en las carreteras de acceso al País Vasco.

El juez afirma que Otegi, quien ingresará en la prisión madrileña de Soto del Real hasta que haga efectiva la fianza impuesta, deberá, una vez que la haya depositado, personarse diariamente entre las ocho de la mañana y las ocho de la tarde en dependencias de la Ertzaintza. La misma medida ha sido acordada para Olano y Petrikorena.
Además, el magistrado excarceló a los dos imputados que se encontraban en prisión incondicional por la misma causa, al permitirles abandonar la prisión cuando paguen cada uno de ellos una fianza de 200.000 euros. Se trata del ex responsable de Gestoras pro Amnistía Juan María Olano y del responsable de comunicación de Batasuna, Juan José Petrikorena, que ingresaron en prisión tras declarar ante el juez, respectivamente, los pasados días 15 y 16. Para ellos, la Fiscalía tampoco pidió la incondicional.

Cambio de opinión pese al silencio de Otegi

Según informaron fuentes jurídicas, el fiscal jefe en funciones de la Audiencia Nacional, Jesús Santos, pidió al magistrado que eleve en 100.000 euros, hasta los 500.000, la fianza que el pasado mes de mayo impuso a Otegi en la causa en la que investiga la subordinación de Batasuna a ETA y la supuesta financiación de la banda terrorista a través de las "herriko tabernas".Esto supone un claro cambio de la postura anunciada por la Fiscalía el pasado día 10, cuando Cándido Conde Pumpido, dijo públicamente que se pediría el ingreso en prisión incondicional de Otegi al estimar que con su actuación en los días previos a la jornada de huelga había incumplido las condiciones de la libertad bajo fianza.Posteriormente, el pasado día 23, cuando ETA ya había anunciado el "alto el fuego permanente", Conde Pumpido mantuvo una reunión el fiscal jefe en funciones de la Audiencia Nacional, Jesús Santos, al término de la cual un portavoz de la Fiscalía informó de que no había "nuevas instrucciones" respecto a la decisión que el ministerio público debía adoptar en la comparecencia de Otegi.Según las fuentes consultadas, el dirigente proetarra se negó este miércoles a contestar a las preguntas que le fueron planteadas, y se limitó a hacer una exposición en la que justificó su actuación en relación con la convocatoria de la jornada de huelga tras la muerte de dos presos etarras diciendo que es propia de su actividad política, pese que se trata de una formación ilegalizada.

Otegi pronunció un discurso ante Grande Marlaska en la que se desvinculó de los actos violentos durante la huelga y afirmó que dijo que, "en términos humanos", todo el mundo sabe que construir un "modelo de solución y paz" es muy difícil, pero aseguró que ahora hay una "oportunidad real de solucionar los problemas". Añadió que el sufrimiento "existe en todas partes" y que todo el mundo tiene que poner de su parte para lograr la paz, y finalizó pidiendo que todo se haga "en términos democráticos de Justicia, libertad y paz".

Las acusaciones populares personadas en la causa, ejercidas por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y la asociación Dignidad y Justicia, pidieron el ingreso en prisión incondicional de Otegi y calificaron de "irrisoria" la fianza de 100.000 euros que solicitaba el fiscal.

Antes de la comparecencia de Otegi, el fiscal general del Estado declaró que su decisión sobre se produciría "en función de la comparecencia". Fuentes de la Fiscalía indicaron que la instrucción que dio Conde Pumpido a los fiscales que asistieron a la comparecencia fue, efectivamente, que estudiaran la medida a pedir en función de cómo se desarrollara la declaración de Arnaldo Otegi. Los fiscales que asistieron a la comparecencia de Otegi son el teniente fiscal de la Audiencia Nacional y fiscal jefe en funciones, Jesús Santos; el fiscal adscrito al caso Juan Moral y, como apoyo, el fiscal especializado en terrorismo Jesús Alonso.

El PP exige prisión

El secretario de Libertades Públicas, Seguridad y Justicia del PP, Ignacio Astarloa, aseguró por la mañana, antes de conocerse la decisión del fiscal, que la Fiscalía debe "ratificar" su solicitud de prisión para Otegi, tal y como anunció antes del alto el fuego de ETA. Según dijo, el Estado de Derecho "no está en tregua" y se debe aplicar "por igual a todos los ciudadanos". "Esperamos que, como es natural, la Fiscalía ratifique lo que anunció antes de que se produjese la declaración del alto el fuego por parte de ETA, y que era que solicitaría por razones jurídicas, que son las de aplicación a este caso, la prisión de Arnaldo Otegi", dijo Astarloa. No fue así. Horas después, aún sin conocer el auto, Astarloa lamentó que el cambio de opinión del fiscal era "el peor comienzo posible" tras la entrevista de Zapatero con Rajoy en La Moncloa.

Gentileza de LD

ZpM desprecia el debate sobre el Estatuto

viernes 31 de marzo de 2006
EL PRESIDENTE SÓLO PARTICIPÓ CON SU VOTO
Zapatero desprecia el debate sobre el Estatuto y acude horas después para hacerse la foto con Maragall
El líder del PP no entendía que el presidente del Gobierno no estuviera presente en el debate sobre el Estatuto catalán, "el más importante de la legislatura". Así, Mariano Rajoy criticó con dureza a Zapatero por no tener "la valentía y la vergüenza torera" de subir a la tribuna. Más de dos horas después de estas palabras, el presidente llegaba a las instalaciones del Congreso. Zapatero se reunió con Maragall y después se hizo la consiguiente fotografía y no fue hasta las 13:00 cuando accedió al hemiciclo. Eso sí, siguió sin intervenir en el debate y fue De la Vega la que continuó defendiendo la posición del Ejecutivo.

(Libertad Digital) Pasaban tres horas del inicio del debate del pleno de la Cámara sobre la reforma del Estatuto de Cataluña cuando el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, llegaba al Congreso a las 12:00 horas y se dirigía directamente a la zona de Gobierno en la que se ubica su despacho, donde cinco minutos después recibió a Pasqual Maragall.
Eran las 12:00 horas del mediodía. Desde las 9:00 horas el presidente de la Generalidad, junto con otros miembros de su Gobierno, seguía en la tribuna de invitados del hemiciclo el desarrollo de la sesión sobre la reforma estatutaria. Tras la entrevista entre ambos, Zapatero accedió por primera vez al interior del hemiciclo para seguir la recta final del debate y participar en la votación. Eran las 12:55 horas y hablaba Begoña Lasagabaster. Hacía más de tres horas que el presidente del PP, Mariano Rajoy, había pronunciado su discurso.Zapatero no intervino finalmente en el debate, y no está previsto que haga declaraciones posteriores a los periodistas, según informaron fuertes de Moncloa, y subrayaron que la posición del Ejecutivo ya fue expresada ante el pleno por la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega. El hecho de que el jefe del Gobierno no estuviera presente al inicio del debate llevó al líder del PP, Mariano Rajoy, a acusarle de no tener "la valentía y la vergüenza torera" suficiente.



Al comenzar su intervención, el presidente del PP, Mariano Rajoy, dijo que el debate del Estatuto catalán es una parte importante de la Historia española porque sentará un precedente para entender la misma. Consideró que de "lejos" estamos ante "un momento solemne" porque en toda la democracia "nunca habíamos asistido a un espectáculo tan lamentable" como la discusión de este texto. Rajoy recordó que aún nadie ha explicado a los ciudadanos si "era preciso" modificar el Estatuto cuando no "existía demanda" de ello. En realidad, dijo, ha sido un "antojo de gobernantes" que aún "no entienden cuál es su papel". Los españoles y en especial los catalanes, destacó, "estamos ante un desorden sin mensaje" y al que hace cualquier crítica se le tacha injustamente de anticatalán. "El espectáculo de frivolidad e indolencia que nos han demostrado algunos de los protagonistas será muy difícil que lo superen", resumió.

Tras realizar un recuento crítico de la forma en que se ha ido "confeccionando" el texto del estatuto, así como las negociaciones entre el Gobierno y las fuerzas políticas catalanes impulsoras, el líder del PP dejó en claro que el único responsable de este "desaguisado" es el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, "el mismo que afirmó que aprobaría cualquier reforma que viniera del Parlamento de Cataluña; el mismo que dijo que nación es un término discutido y discutible; el mismo que cambia de aliados cuantas veces le convenga; el mismo que hizo arreglos en La Moncloa" y el que "no tiene valentía para estar en el debate más importante de la legisltuta". Esas críticas arrancaron la tercera ovación de una parte de los legisladores presentes.

Dirigiéndose a los autores del texto, Rajoy les recriminó: "No nos engañemos (...) no estamos ante una página gloriosa de la Historia. Esta es una página de intrigas, de deslealtades, de nocturnidad" cuyo resultado es el peor "embrollo" legislativo aprobado por la Cámara baja. En su opinión, este Estatuto es uno de los peores textos que han salido del recinto legislativo porque es una ley rechazada por los profesionales en derecho que han advertido que "estamos ante un semillero de conflictos políticos que auguran problemas". El texto, dejó claro Rajoy, tiene "alma samaritana" porque "permite a cada uno interpretar lo que le convenga".

El preámbulo "tendrá efectos demoledores"

"Han hecho las cosas muy mal, con muchas prisas, al estilo del 'como sea', y así ha salido" el Estatuto, "de cualquier manera". "Si algún reproche se puede hacer es su inconstitucionalidad", dijo Rajoy, y se centró en un aspecto concreto del texto: el Preámbulo y la definición de Cataluña como "nación". "Según el Estatuto, Cataluña pertenecería a dos naciones, por muchos circunloquios que se quieran intercalar". El Preámbulo, recordó, "informa del espíritu de la Ley" y los jueces "lo interpretan en términos jurídicos". "Los preámbulos", continuó, "siempre han sido muy importantes", no son "introducciones corteses" ni "lugar de desahogos líricos". A juicio de Rajoy, "tendrá efectos demoledores" porque "no sólo tiene fuerza jurídica" sino también "fuerza política". "Determina el futuro constitucional de España entera", sentenció.

En la última parte de su intervención, Mariano Rajoy se dirigió al grupo socialista, cuyos diputados deberán votar si aprueban o no el texto de forma nominal. "¿Cuál es el beneficio? ¿No defendían un Estado fuerte o ya se han olvidado?", les preguntó. El Estatuto "debilita el Estado" y "exalta la insolidaridad", recordó. Rajoy indicó también que el texto plantea que "lo primero es la nación, el individuo siempre es secundario" y "ustedes están detrás de este planteamiento", acusó. "¡Viva el socialismo!", exclamó con ironía.

Tras los cinco minutos de tiempo extra que le concedió el presidente del Congreso después de que Rajoy le recordara que se trataba del "debate más importante de la legislatura", el líder del PP insistió en que en "el modelo de Estado nadie puede actuar por cuenta propia". "Podrá ser legal", indicó, "pero no es moral abusar de una ley". "Tan convencido está Zapatero de que no está bien que no ha venido aquí", continuó Rajoy en alusión a la ausencia del presidente del Gobierno. "Sólo quiere una cosa, deshacerse de este incordio que tanto le perjudica a ojos de los españoles, tiene que soltar lastre como sea".

"A mí no me da igual una cosa que otra, a algunos ustedes, sí, a mí, no", dijo Rajoy dirigiéndose de nuevo a los escaños socialistas. "Creo en la España constitucional, de los ciudadanos libres e iguales, de que las leyes están para ser cumplidas, de la necesidad de consenso", enumeró, tras lo cual afirmó que "en esas pocas cosas que creo, creo con firmeza y por eso ni yo ni mi grupo estamos en condiciones de aprobarlo" y "ustedes tampoco", dijo a los representantes del PSOE. Concluyó sus palabras dirigiéndose a ellos: "Les agradezco que tengan la valentía de quedarse aquí. Tienen la responsabilidad de este colosal disparate. Lo pienso así y lo siento mucho".

Gentileza de LD

Mariano Rajoy, El principio del fin del Estado

vierens 31 de marzo de 2006

DEBATE SOBRE EL ESTATUTO DE CATALUÑA
"El principio del fin del Estado", por Mariano Rajoy
Lea también el discurso pronunciado en el TURNO DE RÉPLICA

DISCURSO INICIAL

Sr. Presidente; señoras y señores Diputados,

Hoy, como siempre que esta Cámara se ocupa del desarrollo de la Constitución, de la articulación del Estado, de la mejora del régimen de libertades... Escribimos, sin darnos cuenta, una página muy importante de nuestra historia contemporánea. Importante por el contenido. Se trata de un estatuto de autonomía, en concreto del Estatuto de Cataluña, cuyos debates tanto el de 1932 como el de 1979 continúan vivos en nuestra memoria y regresamos a ellos con frecuencia. Importante también por lo que pueda contener de precedente que muchos, sin duda, consultarán para constatar nuestra manera de entender el desarrollo constitucional.

No es presuntuoso suponer que el propio Tribunal Constitucional ha de repasar las actas de esta sesión para conocer cuál era la intención del Legislador a la hora de aprobar este Estatuto. Todo pues parece sugerir que atravesamos un momento solemne que es preciso abordar con la mayor seriedad y un gran sentido de la responsabilidad. Esto, al menos, sería lo deseable, Señorías. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.

Desde 1978, en que esta Cámara aprobó la Constitución Española, hasta hoy se han tramitado aquí un sinfín de iniciativas legislativas. Pues bien, nunca habíamos asistido a un espectáculo tan lamentable como el que se ha producido con ocasión del debate del texto que hoy nos ocupa.

Hace dos años y medio se iniciaron los trabajos para reformar el Estatuto. Nadie explicó entonces a los ciudadanos qué se pretendía, cuál era el objetivo, por qué había que reformar el Estatuto, para qué era preciso hacerlo... No existía demanda social. Tuvo un nacimiento absolutamente gratuito. Un antojo de gobernantes que no entienden cuál es su papel. A partir de ese momento, los españoles –primero los catalanes, luego el resto– asistimos entre incrédulos y asombrados –y muchos indignados– a un lío interminable en el que nadie lideraba nada, nadie ponía orden, nadie ofrecía un solo mensaje puesto en razón.

Por descontado, si alguno se atrevía a criticar aquel desbarajuste, se le acusaba de anticatalán, una respuesta que estaba perfectamente a la altura de la racionalidad de aquellos debates. Siempre me he preguntado cuál será el coeficiente intelectual de quienes usan tan elaboradísimos y brillantes argumentos.

El Estatuto comenzó siendo una criatura de dos señores, Maragall y Carod Rovira. Lo apadrinó el señor Rodríguez Zapatero y lo concibió el Tripartito. Ya eran tres más el padrino. Como al señor Rodríguez Zapatero le parecían pocos citó al señor Mas en la Moncloa y así fueron cuatro más el padrino.

Los debates en el Parlamento Catalán se redujeron a una constante puja al alza para ver quién llegaba más lejos. Como dijo el señor Duran: El Estatuto aprobado por el Parlamento Catalán es fruto de puro tacticismo. Maragall quiso presentarse más nacionalista que CiU. Y CiU más nacionalista que Esquerra. El espectáculo de frivolidad, de indolencia y de oportunismo pedestre que nos han mostrado algunos protagonistas será muy difícil que nadie lo supere. El propio conseller de Gobernación del Tripartito reconocía que 'Todo el mundo votó el Estatuto en Barcelona sabiendo que iba en broma'. Por lo visto se trataba simplemente de alborotar un poco y tirar para adelante. Todo muy honorable y muy edificante.

Una vez que el Estatuto llegó a esta Cámara, volvieron a reunirse los señores Zapatero y Mas. ¿Qué acordaron? Dejar a un lado al Tripartito. El señor Mas se alzó con el santo y la limosna mientras el Tripartito mascullaba por los rincones que lo de Mas era un acuerdo dudoso y precipitado. Y así hasta hoy que ya no se sabe ni de quién es la criatura, ni qué futuro le aguarda ni a qué intereses sirve. Lo único claro en toda esta triste historia es que el principal responsable ha sido el señor Rodríguez Zapatero.

El mismo que afirmó que aprobaría cualquier reforma que viniera del Parlamento de Cataluña. El mismo que dijo en el Senado que Nación era un concepto discutido y discutible. El mismo que abrió el melón del que otros se apresuraron a sacar tajada. El mismo que ofreció a CiU un modelo de financiación a sabiendas de que no podía concederlo. El mismo al que no le importó desautorizar al Presidente de la Generalitat que es de su propio partido. El mismo que cambia de aliados cuantas veces le convenga. El mismo que se toma los acuerdos tan en serio como la Nación que prometió defender.

Es evidente que no estamos ante una página gloriosa en la historia de la democracia. Más bien se trata de una de las páginas menos edificantes. Un triste rosario de artimañas, intrigas, nocturnidad y deslealtades.

Señorías, si el espectáculo que se ha ofrecido a los españoles ha sido malo, el resultado no ha podido ser peor. ¿Saben como llama el diccionario a una cosa mal hecha y desordenada? Lo llama embrollo. Eso es lo que han hecho ustedes: un embrollo, una de los peores textos que han salido de esta casa; una ley mal hecha, indigente, defectuosa a los ojos de cualquier profesional del Derecho; un enredo que no resuelve nada con eficacia y crea incontables problemas nuevos. Estamos ante un semillero de conflictos jurídicos porque todo él está impregnado de una enorme incertidumbre.

Han pactado ustedes unas enmiendas que lo mismo autorizan para entender una cosa que su contraria. A los nacionalistas les permiten presumir de haber clavado una pica en el corazón del Estado. A los señores del PSOE les permiten decir que han dejado el texto limpio como una patena. Por lo visto es un Estatuto con alma samaritana que permite a cada uno leer lo que le guste e interpretarlo según le convenga.

Abundan los artículos que son sencillamente incomprensibles. Defienden el derecho a morir con dignidad pero no aclaran si aprueban la eutanasia. A la Generalidad se le otorga competencia exclusiva en Cajas de Ahorros de acuerdo con la Constitución pero independientemente de lo que diga la Constitución. Organizan un galimatías con la intervención en las instituciones del Estado que no se sabe si reclaman participaciones o designaciones o vaya usted a saber qué... Ni ustedes mismos saben qué es lo que van a aprobar, porque no lo entienden. No se lo reprocho: no hay quien lo entienda.

¿Cómo se puede entender si se han limitado a pegar retazos de cualquier color? Lo que les reprocho es que no les importe. Les reprocho que estén más preocupados por quitárselo de encima cuanto antes que por las consecuencias.

Han hecho las cosas muy mal, con muchas prisas, cerrando acuerdos de cualquier manera... Lo han hecho todo al estilo del señor Rodríguez Zapatero: como sea. Y así ha salido. Cuando las cosas se hacen como sea resultan de cualquier manera. Pero dejemos esto, porque si algún reproche se puede hacer a este proyecto, Señorías, es el que se refiere a su inconstitucionalidad. Yo no sé si ha cambiado la definición de las cosas, pero si todavía llamamos inconstitucional a la norma que se opone a los preceptos de la Constitución, el Estatuto que hoy nos ocupa es objetivamente inconstitucional: contradice objetivamente la Constitución. Quiebra la letra y el espíritu de la Constitución.

Comienza por mencionar en el Preámbulo una nación que la Constitución rechaza. Sabido es que el artículo 2 de nuestra ley suprema no reconoce en España más que una nación que incluye a todos los españoles. Tanto si gusta como si no gusta, eso es lo que dice la Constitución.

Según este Estatuto, Cataluña pertenecería a dos naciones, cosa difícil de digerir para cualquiera por muchos circunloquios poéticos, sentimentales o culturales que se quieran intercalar.

No es que yo mire al Estatuto con malos ojos. El señor Mas, por ejemplo, ha visto lo mismo que yo veo. Por eso dice que se acaba de establecer por primera vez en la historia de España que Cataluña es una nación. Es verdad. Eso es lo que dice el Estatuto. Se alega, sin razón, que el Preámbulo carece de operatividad jurídica. No es verdad. La tiene y mucha. Informa sobre el espíritu de la ley, sobre la intención del legislador, sobre la interpretación de la norma.

Cualquier juez se sentirá autorizado para proclamar que en la intención de los que hoy nos reunimos aquí estaba el dejar constancia de que Cataluña debe ser contemplada a todos los efectos como una nación. Los jueces no se enredan con la semántica. Si ven la palabra nación en un texto jurídico la interpretan en términos jurídicos. Esto lo saben los nacionalistas muy bien. Por eso insisten. Los preámbulos de las leyes siempre han sido muy importantes, señorías. Las primeras palabras del preámbulo de la Constitución del 78 son: La Nación española... ¿Por qué? Para dejar bien claro quién está hablando y quién redacta el texto constitucional.

No son adornos retóricos ni introducciones corteses ni lugar para los desahogos líricos. Todo lo que aparece en un preámbulo tiene validez. Si el preámbulo de este Estatuto sigue en pie, tendrá efectos demoledores porque, como muy bien ha señalado el señor Mas, no solo tiene fuerza jurídica; tiene más: fuerza política. Es verdad: Determina el futuro constitucional no solo de Cataluña sino de España entera. Fíjense, Sres. Diputados, hasta qué punto es esto cierto que ya CIU ha planteado en el Parlamento de Cataluña que los organismos estatales no usen el término “nacional” en Cataluña. Pretende que sólo los de la Generalitat pueda utilizar esta denominación en la Comunidad.

En fin, Señorías, consecuencia de lo anterior y corroboración de ello es que en el Estatuto afirman ustedes que los poderes de la Generalitat emanan del pueblo de Cataluña. El sentido de este logro lo ha explicado muy bien el Sr. Más: Estamos ante un acto de soberanía del Parlamento de Cataluña, reconocido por las Cortes. En efecto, estamos reconociendo de facto la existencia de un poder soberano en Cataluña.

La Constitución (articulo 1.2) dice que la soberanía nacional reside en el pueblo español del que emanan los poderes del Estado. No señala excepciones, señorías: se refiere a todos los poderes del Estado, incluida la Generalidad de Cataluña. ¿Alguien cree que este artículo admite interpretaciones? ¿Alguien cree que nuestra Constitución podría reconocer que en España existe más de una fuente para la soberanía o que cabe parcelar la soberanía? Yo no lo creo. No quiero extenderme, señorías, pero las consecuencias de estos planteamientos se esparcen por todos los rincones del Estatuto e inspiran la mayoría de sus disposiciones. En una palabra, están defendiendo ustedes un texto empapado de inconstitucionalidad. Por ejemplo, el articulado pretende fijar unilateralmente las competencias de la Generalidad, que además blinda y de paso, también las del Estado. Antes, estas cosas las definía la Constitución, y los desacuerdos eran resueltos por el Tribunal Constitucional. Ahora, es un estatuto de autonomía el que pretende decirnos cuál es la legislación básica del Estado (precisamente aquella legislación que garantiza un tratamiento igual y homogéneo para todos los españoles). ¿Conocen ustedes algún país del mundo en el que las competencias de un Estado las fije una parte del territorio? ¿Se les ha ocurrido pensar qué puede ocurrir si generalizamos esta norma a todas las comunidades autónomas?

¿Y esa bilateralidad? Cualquier intento de establecer una relación de bilateralidad entre la Generalidad de Cataluña y el Estado español, una relación de igual a igual, de tú a tú como dijo el Sr. Más, parte de un mal entendido fundamental. Pretende ignorar que las autonomías, por ser autonomías, no son equiparables con el Estado. No cabe paridad entre la parte y el todo, entre quien autoriza y quien es autorizado. Si hay paridad, entonces no hay autonomía sino otra cosa que el Estatuto no deja clara. A mayor abundamiento, es esta una relación bilateral que no es recíproca. Porque ni el Gobierno ni estas Cortes Generales podrán intervenir en las competencias blindadas de la Generalidad, mientras que la Generalidad participará en las decisiones de lo que queda del Estado español. No quiero extenderme más en este asunto. Pero por la misma razón que se establece un modelo de relación bilateral o se liquidan las competencias del Estado, se crea un Poder Judicial propio, una Política Exterior propia y una Política Europea.

Y además, se impone el deber de conocer una lengua, deber que se rechazó expresamente en los debates constitucionales en esta Cámara. Pero lo más grave es que la lengua no se pone al servicio de las personas como un factor de entendimiento, sino al servicio de una construcción nacional. En toda la regulación prima esa construcción nacional por encima de la libertad de las personas. Nada nuevo, los supuestos derechos colectivos por encima de los individuales.

Señorías, la Constitución dice (artículo 14) que todos los españoles son iguales ante la Ley. ¿Este Estatuto afirma lo contrario? Sí. Establece una ciudadanía diferenciada con distintos derechos y deberes fundamentales. ¿Va pues en contra de la normativa constitucional? Sí. Con esta ley, los españoles se dividen en dos grupos que ni tienen los mismos derechos fundamentales ni tienen las mismas obligaciones ni se rigen por las mismas leyes ni está claro que compartan el mismo proyecto de vida en común. Sorprendentemente, este desvarío discriminatorio está apadrinado por los socialistas. ¡Les cabe el honor de haber sembrado la desigualdad entre los españoles!

El título I del Estatuto, que regula lo que llaman “derechos y deberes”, es grotesco. Y ha provocado justa indignación en amplísimos sectores de la sociedad catalana, que no quieren que se les imponga un modelo de sociedad, ni que se intervenga en sus vidas.

En fin, señorías, se nos presenta hoy un texto que es inconstitucional en todos sus renglones. El Sr. Rodríguez Zapatero nos habló de una patena. La verdad es que no se ha preocupado de que el resultado no fuera inconstitucional, sino de que se notara lo menos posible. Pero no lo ha conseguido. Es inconstitucional y, además, se nota. Este Estatuto no dice lo mismo que la Constitución: Dice lo contrario. No es que interprete la Constitución en lo que ésta tenga de interpretable, no: es que la contradice. Mal se puede interpretar una ley afirmando lo contrario. Eso no es interpretar, es olvidarse de la Constitución. Es equiparar la Constitución con el Estatuto. Es negar la vigencia de la Constitución allí donde se aplique el Estatuto.

Señorías, no podemos admitir que a la chita callando, con mucho golpe de pecho constitucional y patriótico, con mucho decir que no pasa nada, nos encontremos, a efectos prácticos, con dos Estados. Como ha escrito recientemente don Antonio Elorza –a quien el señor Rodríguez Zapatero no considerará sospechoso de nada– están ustedes creando un Estado Dual, una Confederación. El señor Elorza es Catedrático de Ciencia Política; debe saber de qué habla. Eso sí, añado yo, una confederación mal hecha porque se improvisa, se construye con disimulos, de espaldas a los ciudadanos y ocultando la realidad.

Pero la verdad es ésta: estamos en el principio del fin del Estado tal y como los españoles lo diseñaron en 1978. ¿Por qué les da miedo confesar la verdad? Temen a la verdad porque saben que en cuanto los ciudadanos descubran el pastel lo impedirán.

Como dije el 2 de noviembre durante el Debate de Totalidad de este mismo proyecto, todos sabemos que ustedes solamente podían ponerse de acuerdo en un texto que diga sin decir, que haga sin hacer y que no parezca ni claramente constitucional ni claramente inconstitucional. Un producto elástico, flexible, impreciso, ambiguo, que permita soslayar la Constitución de manera elástica, flexible, imprecisa y ambigua. Algo que permita aplicar o dejar de aplicar la ley según convenga a los propósitos de transformación del Estado, y crear situaciones que, una vez instaladas, resulten incorregibles. n esto consiste la reforma encubierta de la Constitución que pretenden ustedes realizar. Como no se atreven a plantearlo francamente porque saben que los españoles no lo aceptarán jamás, recurren a estas marrullerías en la confianza de que si se camina despacio y sin alborotar a la opinión pública, no será difícil crear situaciones de hecho que, cuando se descubran, no tengan remedio. Es la misma técnica que emplea la carcoma, ese minúsculo insecto que parece inofensivo pero echa las casas abajo.

¿Y todo esto para qué, señores del PSOE? ¿Cuál es el beneficio? Para España todo son perjuicios. ¿No eran ustedes los que defendían un Estado fuerte que protegiera a los débiles, o ya se les ha olvidado? Este Estatuto debilita al Estado hasta extremos de consunción y le impide velar por los intereses del conjunto; divide a los españoles; exalta la insolidaridad; nos hará más ineficaces dentro de las fronteras y más irrelevantes fuera de ellas... ¿Cuál es el beneficio? No lo ve nadie. Para colmo, nos dice el señor Rodríguez Zapatero que este galimatías jurídico contribuirá a la estabilidad política y a la unidad de España. ¿Es esto lo que entiende el señor Rodríguez Zapatero por unidad? Que estemos más separados, más distantes, más divididos, más incomunicados, ¿es ésta su unidad?

La verdad es la contraria, señorías. Este Estatuto no resuelve nada. Ni tranquiliza a los nacionalistas que ya están calculando los próximos pasos, ni une a los españoles. No resuelve nada de nada de nada. Ni siquiera es bueno para los catalanes. Ya lo he explicado muchas veces y no me voy a extender ahora. Los catalanes ni son todos nacionalistas, ni les gustan las legislaciones metomentodo, ni disfrutan cuando se constriñe su libertad, ni van a percibir ningún beneficio directo de este Estatuto, ni siquiera en el terreno económico. Está claro que es una ley muy buena para fortalecer al nacionalismo y a sus representantes. Lo que no ha demostrado nadie todavía es que vaya a ser buena para quienes tengan que soportar esa administración nacionalista fortalecida.

No puede ser bueno para los ciudadanos porque lo prioritario para sus autores no es ni la libertad de la gente ni su bienestar sino imponerle el rígido ideario nacionalista y el corsé de su construcción nacional. Eso es lo principal, aunque tengan que pagar un precio en bienestar, aunque tengan que renunciar a una parte de su libertad. Lo primero es lo primero. Lo primero es la nación. El individuo es siempre secundario. No envidio a nadie de los que tengan que soportarlo y como no lo quisiera para mí, tampoco se lo deseo a los demás.

En resumen, señorías. Mi grupo no puede aprobar el proyecto de Estatuto que hoy se debate porque es un mal texto jurídico, divide a los españoles, es inconstitucional, encierra una reforma subrepticia de la Constitución y nos instala en una incertidumbre jurídica y constitucional permanente. A eso debemos añadir que es injusto, discriminatorio e intervencionista. Que perjudica tanto los intereses generales de los españoles como los particulares de los catalanes y, en fin, que no resuelve nada porque ha nacido para dar satisfacción a los nacionalistas sin lograrlo.

Los insatisfechos de oficio seguirán insatisfechos. El destino principal de este Estatuto es convertirse en antesala de nuevas reivindicaciones nacionalistas, de nuevas osadías. En nuestro criterio, lo mejor sería retirar este proyecto y comenzar a elaborarlo de nuevo. Este sería un gran servicio a los españoles, un gesto de grandeza que los ciudadanos agradecerían. Les devolverían ustedes algo de ilusión y un mucho de tranquilidad, porque la mayoría de los españoles está en contra de este proyecto.

Lo proclaman a voces los sondeos de opinión. Si alguien lo duda, se convencerá en cuanto acepte la celebración del referéndum que nosotros reclamamos con el aval de más de tres millones de firmas. A los españoles no les gusta este Estatuto. Tampoco les gusta que lo apoye un presidente del Gobierno de España. Por eso tienen ustedes tanta prisa. Pero la solución no consiste en sacudirse el problema sin considerar las consecuencias, sino en hacer las cosas bien.

Si no quieren retirarlo, tienen ustedes la obligación moral de esperar a que el Tribunal Constitucional entre en el fondo del asunto y aceptar el recurso previo de inconstitucionalidad, tal y como lo hemos planteado en la reforma de la LOTC. Sería una grave irresponsabilidad no esperar. Estamos ante un asunto suficientemente grave y no pasará nada porque su tramitación se retrase un tiempo. Por el contrario, pueden pasar muchas cosas y ninguna buena, si se elude el dictamen. Saber qué opina del fondo el Tribunal Constitucional sería también muy útil para los ciudadanos de Cataluña que tendrían así un mejor conocimiento de causa. Aquí no vale todo, señorías, ni el poder otorga la razón ni los votos no autorizan para hacer lo que a uno se le antoje sin encomendarse a nadie.


Pero el mayor error de este Estatuto es, al mismo tiempo, el mayor error del señor Rodríguez Zapatero. Me refiero a la rotura del consenso. Señorías, como todo el mundo sabe, el señor Rodríguez Zapatero decidió romper la línea de acuerdos entre el Partido Socialista y el Partido Popular que han caracterizado la Transición Española y el desarrollo de todo el bloque constitucional. En una palabra: Hasta llegar el señor Rodríguez Zapatero al poder, no se modificaba ni una baldosa de la estructura constitucional del Estado sin que mediara un acuerdo, como mínimo, entre los dos partidos que representan juntos a casi todos los españoles. Pues bien, como es sabido, el Sr. Rodríguez Zapatero, en su afán por arrasar todo lo que se le puso por delante, decidió quebrar esta sólida y constructiva línea de conducta, nunca escrita pero siempre respetada, y excluir al PP. Fruto de esa actuación es este Estatuto partidista, el primer estatuto del disenso, de la división, del desacuerdo. Un estatuto que se ha fraguado con nocturnidad, disimulos y de espaldas a la voluntad general. En consecuencia, un estatuto frágil que carece de apoyos suficientes para garantizar su estabilidad porque más de media España no lo aprueba y porque ni siquiera los socialistas querrán reconocerlo como propio en el futuro.

El señor Rodríguez Zapatero no ha entendido: Primero, que el consenso es indispensable. Segundo, que el consenso no consiste en pactar esta o aquella medida. Tercero, que el consenso no consiste tampoco en que la oposición aplauda todas las ocurrencias del Gobierno. El consenso consiste en acordar los procedimientos que se consideran legítimos sea quien fuere el que gobierna. Lo diré en otras palabras: El consenso consiste en establecer de común acuerdo a qué llamamos juego limpio. Pondré un ejemplo: El señor Rodríguez Zapatero está legitimado para aprovechar su triunfo electoral, aunque sea minoritario, e imponer su criterio en cualquier materia opinable: el Plan Hidrológico, la Ley de Educación o la Vivienda. Que prefiera dejar a los valencianos sin agua, a los estudiantes sin esperanza y a los jóvenes pateando la calle en zapatillas deportivas, es cosa suya. Ese era su programa y no ha engañado a nadie, salvo a los distraídos.

Otra cosa es el modelo de Estado. Aquí nadie puede actuar por cuenta propia. Hacerlo equivaldría a un golpe de mano ventajista, un abuso, una extralimitación. Nada que ver con el juego limpio. No es una cuestión de poder ni de mandar. Es que no está bien. Podrá ser legal si existe un defecto en la legislación que exige sólo la mayoría absoluta para aprobar este texto. Pero está mal abusar de ese defecto. No discuto el derecho, discuto la moralidad. Es inmoral abusar de una ley que se redactó de buena fe porque nadie imaginaba que una persona con intenciones frívolas pudiera estar en el Gobierno. ¿Alguien piensa que si los españoles hubieran sospechado que pudiera ocurrir lo que ha ocurrido con este Estatuto no se hubieran tomado medidas para evitarlo? No tengo ninguna duda y ustedes, tampoco, porque esto es el abc de la urbanidad democrática. Me sorprende que personas que se proclaman demócratas y a las que considero demócratas se dejen deslumbrar por el señuelo de un botín fácil y olviden lo más elemental de la conducta cívica.

Tan convencido está el señor Rodríguez Zapatero de que no está bien lo que hace, que no se atreve a consultar a los ciudadanos. Quiere deshacerse ingenuamente de este incordio que tanto le perjudica a los ojos de los españoles. No tiene ya más empeño que aprobar el Estatuto como sea y soltar lastre. Los contenidos le importan muy poco y las consecuencias me temo que aún menos. Pero es una ingenuidad porque este Estatuto está destinado a dar mucha guerra durante mucho tiempo. Cuando uno juega al aprendiz de brujo tiene que saber cargar con las consecuencias.

Yo, señorías, no acepto este juego frívolo, irregular e irresponsable. No es manera de hacer las cosas. No lo acepto y no lo apruebo. Ni el resultado ni el procedimiento. No se preocupen sus señorías que, cuando me toque, no voy a seguirles por ese camino. No pienso imitarles. Seguiré defendiendo y reclamando el acuerdo para cualquier reforma en el bloque constitucional. Si no lo hiciera, si aceptara que se puede actuar como ustedes hacen, si reaccionara con los mismos procedimientos, este país se desharía, en muy poco tiempo, como un azucarillo en el agua.

Yo no soy un político profesional señorías. No me da igual una cosa que otra. Yo estoy aquí para defender unos principios que es preciso defender. Creo en la España constitucional. Creo en una Nación de ciudadanos libres e iguales que ostentan la soberanía nacional. Creo que las leyes están hechas para ser cumplidas. Creo en la necesidad y en la fuerza del consenso. Creo que los gobiernos están para atender las demandas de los ciudadanos y no al revés. Creo en pocas cosas, señorías, pero les aseguro que en esas pocas creo con enorme firmeza.

Por eso, además de por todo lo dicho, ni yo ni mi grupo estamos en condiciones de aprobar el Proyecto de Estatuto para Cataluña en su redacción actual.
Muchas gracias, señor Presidente.

Gentileza de LD

Pio Moa, ¿Que hacer?

¿Qué hacer?
30 de Marzo de 2006 - 12:14:11 - Pío Moa
Dice la vicetiple que el estatuto separatista catalán “es la mejor argamasa para cohesionar el Estado”. Como la gasolina es la mejor sustancia para apagar los incendios. A qué punto de desfachatez idiota está hundiendo esta gente la política.
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Las investigaciones de Luis del Pino no parecen vanas, lo prueban los nervios del gobierno. Lo prueban los sindicatos-Gestapo de la televisión madrileña tratando de censurar el reportaje sobre los puntos oscuros -- tantos y tan oscuros-- del atentado. Lo prueba el cierre en falso de la “investigación” de las Cortes. Lo prueba el intento de dar por zanjado el asunto. A toda costa. “No hay pruebas ni las habrá”. ¿Recuerdan?
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Algunas claves de la historia no salen en los manuales:
“—Ha habido reuniones con el PSOE, y con el Partido Socialista francés también. Se está haciendo un curro de la hostia —le explica la dirigente batasuna.—Miedo me dan a mí estas decisiones –comenta el preso etarra—¡No, joder! Hay que tantear por todos los lados —y ríe—. Para el PSOE es la hostia, que estén ellos gobernando y solucionar uno de los mayores conflictos que tiene el Estado español. Hay que planteárselo así al señor ZP, o sea: «tú vas a solucionar el conflicto mayor que ha tenido el Estado español. Pasas a la historia, tío, premio Nobel de la paz, te dan el premio Nobel de la paz”.
La ETA sabe, ciertamente, cómo tratar al ilumineta.
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¿Qué hacer? Se trata de un problema de opinión pública y movilización. En una democracia asentada, la opinión pública rechazaría de plano una alianza de socialistas, separatistas y terroristas contra la Constitución y la unidad del país. Pero en España prevalece la confusión, porque la demagogia antidemocrática y separatista nunca ha sido bien criticada, y la mayoría de los medios de masas está en manos de los enemigos de la democracia. Llegar a este extremo ha requerido muchas claudicaciones y muchas desidias, pero eso ahora es lo de menos. Tratemos de ver la situación con claridad, y planteémonos cómo invertirla. No es imposible, aunque el tiempo se echa encima Que hay mucha gente indignada y dispuesta a movilizarse, se ha demostrado ya, pero falta organización y liderazgo. Seguiremos con el asunto.
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Un amigo socialista me comentaba, desalentado: “Con la que cae, y en el partido no hay debate alguno. En Madrid, por ejemplo, todas las riñas vienen de si a uno no le han dado tal cargo o tal beneficio, o al otro le han hecho pasar por delante...”
Entre los dirigentes nacionales, la cosa no es mejor; quizá peor incluso. No hay Besteiros. Podríamos decir que personas valerosas y honradas como Gotzone Mora, Rosa Díaz, Redondo Terreros o Maite Pagaza (observen la escasez de hombres) salvan el honor del PSOE, pero son tan pocas y están tan aisladas, al menos hoy por hoy…
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Notas para una historia del PSOE. He sugerido en varias ocasiones que algún historiador serio y con criterio escribiera una historia del Partido de los ciento y pico años de honradez. Me ha propuesto la tarea alguna editorial, pero ya tengo bastante que hacer. Ofreceré aquí, no obstante, algunos apuntes, sin orden cronológico, que quizá sean útiles a quien se ponga a la obra.
1.- El PSOE fue, con toda probabilidad el partido más infiltrado por la policía franquista. En su excelente libro Clandestinos, J. R. Gómez Fouz trata algo del caso, referido a Asturias, y J. I. Gracia Noriega hace en el prólogo estas reveladoras apreciaciones: “La traición es moneda de uso corriente tanto entre quienes se proponen derribar el Estado como entre los que pretenden apuntalarlo, y, debido a ello, Vasílief [el último jefe de la Ojrana, la policía secreta zarista]describe una psicología del traidor: “Ocurría, además, un fenómeno psicológico que se presentaba casi con regularidad en los colaboradores secretos. Éstos se hallaban en continuas relaciones, tanto con la policía como con los revolucionarios. Esta situación, nada natural, incluía perniciosamente en sus nervios. La traición de que sin cesar hacían objeto a sus propios correligionarios y que no pocas veces conducía a su encarcelamiento o destierro, pesaba sobre las conciencias de estas gentes, mientras que, por otra parte, siempre temían ser desenmascarados o asesinados por los revolucionarios”. El infiltrado es la obsesión de la lucha clandestina (…). Añade Vasílief: “Por este motivo nunca faltaba en la vida de todo colaborador secreto el instante en que súbitamente se arrepentía del doble papel que se había prestado a hacer. En este crítico momento despertábanse en él algunas veces fanáticos sentimientos de odio contra aquel oficial de la Ojrana que dirigía la actividad del agente”
Pero, observa Gracia Noriega, ¿es posible que la delación conviva hasta puntos extremos con el fanatismo? (…) Las circunstancias de la clandestinidad antifranquista (…) fueron muy distintas de las de los revolucionarios rusos. En España, el confidente delataba por conseguir algún tipo de beneficio, bien en el orden material, recibiendo, de oscuros presupuestos, el equivalente a las treinta monedas, o bien para preservar su seguridad. En este ambiente, el fanatismo estaba de más. Me contó el comandante Mata que, de inmediato, desconfió de alguien que se había infiltrado en la guerrilla debido a su fanatismo. El delator era, en la España de los años cincuenta y sesenta, por lo general un pobre hombre. Cualquier parecido entre el atormentado Gypo Nolan, de la novela de Liam O´Flaherty, y el delator de la policía franquista, que delataba a cambio de miserables prebendas, salvo el actos mismo de la delación, es inexistente”
No vamos a caer en la injusticia de pretender que todos los socialistas de la época de Franco fueran como sus infiltrados. Pero algunos de estos “pobres hombres” han llegado a desempeñar cargos muy altos en el PSOE de la democracia. Gómez Fouz ha documentado alguno de ellos, y, desde luego, habrá más. Es parte de una tradición ideológica muy asentada, la del pesebrismo, impuesta hoy decisivamente en ese partido. Gracia Noriega yerra en algo: también el pesebrismo genera conductas fanáticas. ¡Y tanto!

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El verdadero talante está en Guadalajara

viernes 31 de marzo de 2006
Opinión
El verdadero talante está en Guadalajara
Ignacio Villa

Las familias de las once víctimas de Guadalajara han tenido que irse a Bruselas para que una institución oficial escuche su clamor y sus peticiones.

El incendio que, el verano pasado, asoló parte de la provincia de Guadalajara con un triste balance de once agentes forestales muertos se ha convertido ya en uno de los capítulos más negros de la legislatura Zapatero. Aquel incendio, ocho meses después, sigue persiguiendo al ejecutivo central y al gobierno autonómico. Hablar del incendio de Guadalajara es mentar la bicha tanto en el Palacio de la Moncloa como en el Palacio de Fuensalida. En Madrid y en Toledo las cosas se hicieron rematadamente mal; y como no han querido nunca reconocer los errores iniciales, el desastre se ha convertido en una auténtica maldición.
Zapatero no podrá escuchar nunca más "La flauta mágica" de Mozart sin recordar que, mientras escuchaba placidamente esta ópera en el Teatro Real de Madrid, morían once personas en Guadalajara. Ciertamente el presidente del Gobierno no tiene la culpa de estar en la ópera mientras ardía la Alcarria. El problema del Jefe del Gobierno fue su incapacidad para la reacción, el retrasar una visita a la zona hasta la vuelta de un viaje oficial a China, acercarse a escondidas un domingo por la mañana para ver lo ocurrido sobre el terreno, recibir a las familias de las víctimas tarde y mal e impedir por todos los medios que esta negligencia en la gestión fuera reconocida por parte de su gobierno.
Tampoco Barreda podrá desde ahora disfrutar de unas chuletitas de cordero en una barbacoa de verano. Y es que es imposible de explicar y de justificar que el presidente de Castilla-La Mancha prefiriera –el verano pasado– disfrutar de una merienda campestre antes de acercarse a Guadalajara para vivir de primera mano uno de los peores desastres ecológicos y humanos de los últimos años. Barreda se equivocó desde el principio y ha insistido en el error. Hay que recordar que en el discurso institucional de Navidad no tuvo ninguna palabra para las victimas y las familias. El prefirió quedarse con el Quijote. Y así le va. Un presidente autonómico con esta capacidad de olvidar lo que importa a los ciudadanos, no puede impulsar correctamente la comisión de investigación que se puso en marcha en el parlamento autonómico.
La persistencia en el error se ha completado al no acudir el consejero de Medio Ambiente de la Junta de Castilla-La Mancha a la sesión del Parlamento Europeo por "estar de baja". Un nuevo concepto acuñado desde Toledo para parar la reprimenda pública que han recibido en Europa. El consejero, en un gesto más de desprecio hacia las víctimas, ha enviado a un director general y se ha quitado del medio.
Por lo menos, ante este panorama desolador en España, las familias de las víctimas han podido hablar y ser escuchadas en Bruselas este lunes. Su comparecencia en el Parlamento Europeo ha sido recibida con gran expectación puesto que es muy llamativo cómo el gobierno español y el autonómico se han desentendido de las victimas por pura estética política. Y de lo que no hay duda es que de nuevo Zapatero y su gobierno han vuelto a quedar en evidencia en una Europa asombrada por su inacción.Las familias de las once víctimas de Guadalajara han tenido que irse a Bruselas para que una institución oficial escuche su clamor y sus peticiones. En España, Zapatero y sus amigos les han cerrado las puertas de la comprensión, de las ayudas y de los ánimos. Un gobierno que no escucha ni entiende a los ciudadanos es un gobierno que está para el arrastre.

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ZpM utiliza a cinco de sus ministras contra Esperanza Aguirre

viernes 31 de marzo de 2006
SALGADO, NARBONA, ÁLVAREZ, CALVO Y TRUJILLO CONTRA MADRID
Zapatero utiliza a cinco de sus ministras en su campaña contra Esperanza Aguirre
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha puesto a trabajar a sus ministras de Sanidad, Medio Ambiente, Fomento, Cultura y Vivienda contra la gestión de Esperanza Aguirre al frente de la Comunidad de Madrid. Así, Elena Salgado anuncia que recurrirá varias de las disposiciones legales del gobierno madrileño al respecto de la Ley Antitabaco, Cristina Narbona utiliza un caca de lince para arremeter contra Aguirre y Magdalena Álvarez insiste en paralizar las radiales y la 501. Mientras, Carmen Calvo excluye a la presidenta de actos relevantes y María Antonia Trujillo desprecia la política de viviendas de alquiler de la CAM.

(Libertad Digital) Hasta cinco ministras ha puesto el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a trabajar contra la gestión de Esperanza Aguirre al frente de la Comunidad de Madrid. El diario La Razón publica este jueves que "que Madrid es un objetivo preferente para el PSOE en las próximas elecciones autonómicas y municipales ya no lo discute ni Rafael Simancas".

La ministra de Sanidad, Elena Salgado, anunció este miércoles que recurrirá varias de las disposiciones legales que la Comunidad de Madrid que dirige Esperanza Aguirre ha dispuesto contra la Ley de Antitabaco. Hay que recordar que el ejecutivo regional tiene previsto ser más permisivo con los fumadores –permitiendo fumar en banquetes o en salas habilitadas en las oficinas de trabajo– que lo que contempla el texto del Gobierno central.

Igualmente, Salgado anunció su intención de impugnar las intenciones del gobierno madrileño de adelantarse al Ejecutivo en la instalación de bancos privados de sangre de cordón umbilical en Madrid. Salgado es la misma ministra contra la que la Comunidad de Madrid ha presentado una querella por decir que el Ejecutivo regional actuaba siempre en contra de la salud de los ciudadanos.

Linces y radiales

Por su parte, la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, ha reclamado esta semana al consejero ambiental de la Comunidad de Madrid, Mariano Zabia, la paralización cautelar de las obras de la carretera M-501, tras aparecer casualmente una supuesta caca de lince en la zona.

Es conveniente recordar que en agosto de 2005, los motivos eras distintos y el ministerio de Narbona ya se mostró preocupado por la decisión del Gobierno madrileño de llevar a cabo estas obras y así se lo hizo saber al consejero presentando una Declaración de Impacto Ambiental negativa.

Del mismo modo, la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, sigue manteniendo un pulso con la presidenta Aguirre, al respecto del cierre de la M-50 a través de El Pardo y las infraestructuras de la R-1. El Consejo de Ministros ordenó el 17 de marzo a la Abogacía del Estado presentar un recurso de incompetencia ante el Constitucional contra la Comunidad, después de que el Gobierno regional rechazase el requerimiento de Fomento para paralizar los trabajos de estas dos obras.

Desde el Ejecutivo madrileño ya se ha dicho que si el Constitucional atiende el recurso del Gobierno y paraliza el proyecto, la Comunidad lo sacará adelante con otro nombre y con ligeros cambios en el trazado para que las carreteras enlacen con otras autonómicas.

Homenajes y "Keli finder"

Una muestra más de que la presidenta de la Comunidad de Madrid es un objetivo prioritario del Partido Socialista se vio cuando el Ministerio de Cultura que dirige Carmen Calvo excluyó a Esperanza Aguirre de la lista de invitados a la cena presidida por los Reyes que se le ofreció al centenario Francisco Ayala el pasado 16 de marzo en la Biblioteca Nacional.

Para terminar, la ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, famosa últimamente por los minipisos de 28 metros cuadrados y luego por regalar zapatillas "Keli finder", también criticó duramente las decisiones de Esperanza Aguirre en torno a las políticas de las viviendas de alquiler.
El diario La Razón también señala este jueves que "ante esta avalancha, cabe preguntar a qué habrán dedicado el día de ayer el resto de las ministras".

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Carta abierta de Woody Allen a Platon

viernes 31 de marzo de 2006
FILOSOFÍA Y LIBERTAD
Carta abierta de Woody Allen a Platón
Por Gorka Echevarría Zubeldia
Desde que El mundo de Sofía se convirtió en un sorprendente best seller, la filosofía ha comenzado a ser un territorio al que cada vez más gente se acerca en búsqueda de respuestas. Esta moda ha llegado a tal punto que, con Más Platón y menos Prozac, el norteamericano Marinoff planteó la terapia filosófica en lugar del psicoanálisis y se alzó a los primeros puestos de superventas.
Sin llegar tan lejos, Juan Antonio Rivera se plantea, tras su exitoso Lo que Sócrates diría a Woody Allen (premio Espasa de Ensayo 2003) y su brillante Más libertad y menos utopía, relacionar cine y filosofía. La mezcla se disfruta no sólo por la idoneidad de los largometrajes elegidos (Antz, Granujas de medio pelo, La leyenda de la ciudad sin nombre o El millonario, entre otras), sino por cómo consigue explicar el funcionamiento del orden social.

Ya en la "carta" del director de Todos dicen I love you con que abre el libro demuestra que Platón ha sido uno de los más terribles pensadores de todos los tiempos, por cuanto ha sentado las bases de la tiranía. Así, le espeta al maestro de Aristóteles:

"Lo malo de los iluminados es que quieren hacer comulgar con sus delirios a los otros y a veces esos otros son multitudes (...) Tú hablabas de limpiar la sociedad recibida de sus malos hábitos e instituciones para pintar luego sobre ella el nuevo orden social y Mao (…) decía en su empachoso estilo poético: Una hoja de papel en blanco no tiene borrones de modo que (...) en ella se pueden dibujar las imágenes más hermosas".

Esta influencia ha sido tal que, como apunta el autor, todos los reaccionarios, tanto a derecha como a izquierda, han pensado en que se puede hacer tabla rasa y crear el Hombre Nuevo. La sociedad, para ellos, era algo así como el Quimicefa de nuestra infancia, un divertido juego en el que plasmar nuestra creatividad, aunque las pócimas que preparábamos no sirvieran para nada.

La historia les ha quitado la razón y nos ha puesto en jaque contra tanta ingeniería social. Pero sin filosofía no entenderemos qué es lo que motivó a quienes llenaron de sangre el siglo XX.

Contrariamente al estilo platónico de recomendar la sumisión total a los intelectuales, a quienes se les entrega el destino de la humanidad, Rivera advierte de que la civilización nunca puede ser obra de una sola persona, sino la acumulación de acciones de millones de individuos.

Todo intento por dirigir la sociedad se enfrenta a un estrepitoso fracaso porque, como señala el autor, citando al gran liberal italiano Bruno Leoni, "las autoridades nunca pueden saber con certeza que lo que están haciendo es de verdad lo que la gente quiere que hagan".

Aun así, Rivera considera que debe existir algo de Estado, principalmente para paliar los casos en que la acción involuntaria del hombre da lugar a resultados indeseables, como por ejemplo los derivados de la contaminación. Su explicación parece francamente razonable:

"En la medida en que aprendamos a comprender las fuerzas espontáneas, podemos abrigar esperanzas de usarlas y modificar sus operaciones a través de los ajustes apropiados en las instituciones que forman parte de un más amplio proceso".

Sin embargo, es en este campo donde deja al lector sediento de más detalle, porque los problemas ecológicos son resultado directo de la existencia de bienes comunes: al no ser éstos de nadie en concreto, no se cuidan con la diligencia con que un propietario trata lo que es suyo.

Salvando este pequeño escollo y los que derivan de justificar el Estado del Bienestar, como hizo en su anterior obra, el libro no deja de asombrar. Especialmente, por cómo elogia la división del trabajo de la mano de El vuelo del fénix. Esta película trata de unos supervivientes del aterrizaje forzoso de un avión que tienen que ponerse de acuerdo y sacar partido a sus cualidades, así como a la escasez de medios, para poder reconstruirlo y escapar a la muerte.

Al analizar este asunto vital, Rivera demuestra un excelente conocimiento de autores como Adam Smith o Milton Friedman, llegando en ocasiones a condensar con mayor claridad algunas de sus ideas, como ésta: "Para que el funcionamiento [de la sociedad] sea armónica no es preciso que exista ninguna coincidencia en torno a los fines y a las preferencias de las personas".

Decía Akira Kurosawa que las películas "no son planas. Son esferas multifacéticas". Como los individuos. Por eso Rivera, inspirándose en el cine, consigue escenificar el drama de la realidad con un realismo francamente sorprendente. Así que cuando llega el "the end" y el libro cierra con una recomendación genial: "Líbrese de Platón y de cuantos han hecho y hacen de la política una variante del arte de la ventriloquia y corra sobre sus propias piernas", sólo queda aplaudir.

Juan Antonio Rivera: Carta abierta de Woody Allen a Platón. Espasa Calpe, 2005; 293 páginas.

Gentileza de LD