Panorama
29.06.2007 -
F. L. CHIVITE f.l.chivite@diario-elcorreo.com
Lo del coche abandonado con 100 kilos de explosivos cerca de Ayamonte fue hace más o menos una semana. Les avisaron de que había un control, dejaron el vehículo a un lado y huyeron en moto. Lo de Alsacia fue el martes pasado. En un pueblo, a las afueras de Estrasburgo. Los tres supuestos etarras entraron en el almacén, amordazaron al empleado y lo dejaron ahí. Luego se llevaron una caja con 44 kilos de pastillas para encender chimeneas. Probablemente esperaran encontrar más. Es inevitable pensar que ETA tiene intención de hacer algo que se vea. Como si en cierto modo pensara que ahora está obligada a escenificar la llamada ruptura de la llamada tregua por medio de alguna especie de atentado más o menos aparatoso. La idea, según el último informe de los expertos policiales, es provocar la alarma social sin causar muertes. Algo así como dejar claro el mensaje: 'Hemos vuelto. Ya estamos aquí. No estamos dispuestos a que os olvidéis de nosotros'. Lo cual me recuerda una vez más que el combustible que alienta al grupo terrorista es la publicidad. En un reciente ensayo titulado 'El perdedor radical', Enzensberger señala que entre las características más significativas y repetidas de cualquier clase de terrorismo destacan el mantenimiento de una utopía retrospectiva, el cultivo de la herida narcisista y la confianza en la propaganda de la acción. Eso es básico. Hacer lo que sea para que no se olviden de uno. Para salir en la tele a diario. Y en Internet. También se dice que el principal objetivo de ETA ahora es el PNV. Si es cierto lo que dice Imaz (y estoy convencido de que lo es), la estrategia de ETA para acabar de una vez con la negociación fue la de echar un órdago a la grande: exigir que el PSOE defendiera públicamente «un espacio único de autogobierno entre el País Vasco y Navarra», ¿lo he dicho bien? No sé. A mí todo esto me parece un poco ingenuo. Política naif. Cine de bajo presupuesto. Guionistas cutres. Si alguien se ha cargado al cabo de los años el sentimiento vasquista en Navarra ha sido ETA. Ésa es otra de las ideas que señala Enzensberger a propósito de los grupos terroristas: que, en el fondo, no sólo no les importa dañar y hacer sufrir al pueblo que dicen representar, sino que necesitan hacerlo para utilizar el dolor como argumento. De todas formas, y pese a que algunos han visto en el fin de la tregua una más o menos deliberada voluntad de favorecer la continuidad de la UPN en el poder, tratando de dificultar el entendimiento entre el PSN y Nafarroa Bai, parece que finalmente se constituirá el llamado gobierno de progreso. No sin el oportuno y desasosegante tira y afloja hasta el último minuto. En cualquier caso, habrá que verlo, claro.
jueves, junio 28, 2007
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