jueves 28 de junio de 2007
Una vergüenza Pablo Sebastián
La sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados ofreció ayer un espectáculo poco edificante por parte del presidente del Gobierno y del líder de la oposición, que se enzarzaron en mutuas descalificaciones por la muerte de seis soldados españoles en el Líbano, algo que no suele ser ni mucho menos habitual en los debates que sobre estas guerras se celebran en otros países democráticos de nuestro entorno, cuando hay muertos de por medio, pero que en España ha ocurrido. Porque Rajoy calificó como “una vergüenza” que el Gobierno no haya instalado los inhibidores de frecuencia que prometió con la urgencia necesaria, una vez que en Afganistán había ocurrido un caso similar meses atrás. Y Zapatero contestó, diciéndole al líder de la oposición, que “una vergüenza eran sus palabras y demagogia”.
Rajoy llegó caliente al Congreso de los Diputados porque sabe que se había equivocado cuando dio su apoyo incondicional a Zapatero en la Moncloa para luchar contra ETA, sin exigir previas garantías del fin de los contactos con los terroristas y sobre el futuro de Navarra, y llevaba varios días más bien inquieto por las revelaciones de Gara y el avance de la negociación del PSN-PSOE con Nafarroa Bai sobre el Gobierno de Navarra, y se disparó de una manera poco razonable sobre la muerte de los soldados en Líbano. Y Zapatero aprovechó la ocasión para devolverle la agresión con los mismos tonos, dejando uno y otro el terreno expedito para el gran enfrentamiento de ambos en el debate sobre el estado de la nación de la próxima semana.
Es verdad que Zapatero se comprometió a instalar los citados inhibidores de frecuencia, y que el ministro de Defensa, Alonso, se ha hecho un lío con las explicaciones sobre los retrasos, como también es cierto que durante los gobiernos de Aznar, donde estaba Rajoy, tampoco se instalaron los citados aparatos en los vehículos españoles desplegados en Iraq. El problema de fondo está, e insistimos en ello, en otra pregunta: ¿acaso es España una potencia militar para esos despliegues en zonas de guerra, sin que antes las tropas españolas estén dotadas de los medios necesarios, apoyos logísticos, informativos y de retaguardia? Al final de esta cuestión, tanto Zapatero como Rajoy coinciden en afirmar que sí, el presidente en su empeño en colaborar con sus aliados europeos y el líder de la oposición en el suyo de apoyar a Estados Unidos, y los dirigentes de ambos partidos apoyaron el envío de tropas a zonas de guerra sin los medios suficientes, y es cierto que en Afganistán se estaban instalando los inhibidores pero, no se sabe bien por qué, no se hizo lo mismo en Líbano. Y ahora uno y otro se echan los trastos a la cabeza escenificando la ruptura de la luna de miel o de la escena del sofá monclovita que, por lo que se ha visto, pertenece al pasado.
Sobre todo porque lo que sí es una vergüenza es que Rajoy se achantara en la Moncloa en un momento crucial de la lucha contra ETA y que luego se viera pillado en el compromiso de silencio cuando Gara ponía las cartas boca arriba, como las ha puesto ayer el presidente del PNV, Imaz, después de reconocer que ha estado en las negociaciones con Batasuna y que fue la cuestión Navarra la que provocó la ruptura del alto el fuego. Un asunto el de Navarra que ya veremos cómo acaba, porque el PSN-PSOE insiste en llegar a un acuerdo con Nafarroa Bai, a pesar de los riesgos que incluye, y seguramente por encargo de Zapatero, que a lo mejor espera reconducir la tregua unos meses más. Y a pesar del creciente malestar en las filas del PSOE, y de los medios informativos afines al Gobierno, como el diario El País, que ayer le aconsejaba a Zapatero que el PSN se quedara quieto en la oposición navarra.
Motivos todos ellos que nos anuncian un tenso debate sobre el estado de la nación, similar a los desarrollados en los pasados años, y donde el tema de ETA volverá a salir en el centro de la discusión. Lo de ayer, sobre Líbano, sólo fue el preámbulo de lo que está por llegar, convencido como parece estar el presidente del PP de que Zapatero está contra las cuerdas y que, esta vez, no se le puede escapar.
miércoles, junio 27, 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario