miércoles, junio 27, 2007

Marcello, Blair, ejemplo y mentiras

jueves 28 de junio de 2007
Blair, ejemplo y mentiras

Mientras en el Parlamento español ayer se enseñaban “las vergüenzas” el jefe del Gobierno y el líder de la oposición, en la Cámara de los Comunes Tony Blair era despedido del cargo de primer ministro y de diputado con un aplauso general de toda la Cámara, allí incluida la oposición. Y Blair se va no porque haya perdido las elecciones sino para asumir, con ello, toda la responsabilidad política de las mentiras, no probadas en Inglaterra, de su Gobierno y servicios de información sobre la guerra de Iraq, y también sobre las presuntos favores —presencia en la Cámara de los Lores— de Blair a importantes financieros que ayudaron económicamente a su partido.
Blair, sin duda un gran político y un renovador de la izquierda europea, ha cometido errores de bulto y sobre él pesa la sospecha de la mentira, y eso en las democracias asentadas es crucial y por ello se va, a pesar de no haber sido derrotado por su joven adversario, David Cameron, que lo aplaudió en su despedida del poder que, sin lugar a dudas, ha sido ejemplar. Nada que ver con el espectáculo español, donde las responsabilidades políticas no existen ni se depuran, pase lo que pase con la corrupción, los GAL, nuestras mentiras sobre la guerra de Iraq, sobre el 11M o sobre la más que mentirosa negociación con ETA, en los tiempos respectivos de González, Aznar y Zapatero.
En España la mentira de los políticos es algo habitual y no pasa nada. Todo queda relegado al veredicto de las urnas, y nada más. Y ésa es la grandeza de la democracia británica y de Blair, quien, a lo largo de su mandato, tuvo tres actuaciones poco afortunadas para España, metiendo a Aznar —con la ayuda de Bush— en el trío de las Azores, y a Zapatero en la negociación con ETA (que nada tiene que ver con el caso del IRA), aunque la banda siga en la violencia. Además le quitó a Zapatero, con suma habilidad, el istmo de Gibraltar, y se inmiscuyó en las últimas elecciones generales españolas al dar, desde la izquierda —Bono le llamó por ello “gilipollas integral”— apoyo al heredero de Aznar.
La Historia dirá más cosas buenas de Blair que malas, y en todo caso salió de la política en mejores condiciones que Aznar —que sigue erre que erre con sus mentiras— y que Bush cuando le toque abandonar la Casa Blanca, lo que está al llegar. Pero en el debe de su largo mandato la mentira —más incluso que la guerra— provocó su adelantado final.

No hay comentarios: