viernes, junio 29, 2007

Serafin Fanjul, Los amigos del Guia

sabado 30 de junio de 2007
Rio Cabe
Los amigos del Guía
Se someten a los carísimos caprichos y conveniencias coyunturales y regionales de tiranos tercermundistas como los citados, creyendo ganárselos de tal guisa y éstos, a la primera de cambio, les patean inmisericordes nuestro trasero.
Serafín Fanjul

En el principio no fue ni el Verbo. La mayoría pensaba que era tonto y algunos le llamaban Bambi mientras disponían la siguiente carambola con que devolverle a su sitio, por aquello del usar y tirar. Un servidor le consideraba la corporeización física de la Nada, si tal contradicción lógica es posible: la Nada sumada a la Nada, multiplicada por ella, dividida por más Nada y elevada a la enésima potencia y con rigurosa extracción de la raíz cuadrada, el teorema de Pitágoras y lo que ustedes gusten añadir. Pero la Nada. Después, cuando ya no había remedio y un par de millones de españoles probó su irresponsabilidad y cobardía votando a la Nada, comenzó el contraste de pareceres sobre si es más malo que tonto o viceversa y en qué grado. Aun no se han puesto de acuerdo y la charla sigue.
El resto es historia sabida y reciente: no la repetiremos, pero sucintamente sí hemos de fijar la atención en una de las más letales virtudes del personaje, su capacidad para hacer buenas migas con insolventes e indeseables, problema que si se redujera a los resultados de su cuenta corriente o a la estela gloriosa que en la historia de España dejará, nos mantendría tranquilos y fríos, o "al pairo", como dicen sus compadres (y compadras) con evidente ignorancia del significado de la expresión. Pero sus cabildeos y pactos con la ETA, con cualquier separatista presto a pulverizar el Estado (véanse los tremendos casos de Galicia o Baleares: con la exigua mayoría de un diputado pactan "lo que sea", cifra y leyenda ineludible para el escudo de armas del prócer, cuando le invistan Duque de la Nada) o sus exitosas gestiones en el exterior amenazan con dejarnos en cueros pero bien cubiertos de inmundicia.
Sus méritos menores en política internacional, bien conocidos, nos han colocado en envidiable posición (hagiógrafos y pelotas aseguran impávidos que en Europa se imponen y admiran sus propuestas y ocurrencias): apestados para Estados Unidos, concienzudamente despreciados por alemanes y franceses (bendición y chollo, el hombre, para estos últimos) y hasta por marroquíes, mauritanos y senegaleses. Una suerte, el tío. Sin embargo, esos constituyen los logros de segundo orden, las verdaderas hazañas son otras, si bien han contado con el imprescindible concurso de su orondo paje Moratinos. Por cierto, ¿se han percatado de cuán apropiado es este apellido para un escudero en una comedia de Lope, con muchos palos, cornudos y dueñas bachilleras?
Exhibió arrobado, pero con alto coste, la chompa de Morales y éste extorsionó y exprimió a fondo a empresas y empresarios españoles, sin obtener ni una sonrisa de conmiseración; defendió hasta la abyección el pachanguero proyecto bolivariano y ahora se descuelgan por allá insultando a beneméritos mártires de la causa como Garzón y el mismo Moratinos (en las comedias el escudero siempre endosa las puñadas); hacen el caldo gordo a Fidel y no han avanzado un milímetro (en cualquier instante les pondrá de chupa de dómine, como hizo en tiempos de González); se humillan ante el sultán de Marruecos y éste, aparte de sacarnos los cuartos, no está dispuesto ni a recibir por la frontera de Ceuta los jeeps que se le regalan; los iraníes ya les han soltado cuatro frescas en cuanto se han salido medio palmo del florido campo de las loas y el amén-amén, único terreno en el que es posible el entendimiento con quienes se consideran brazo y palabra de Dios sobre la Tierra. Suma y sigue (la Alianza de Civilizaciones). Se someten a los carísimos caprichos y conveniencias coyunturales y regionales de tiranos tercermundistas como los citados, creyendo ganárselos de tal guisa y éstos, a la primera de cambio, les patean inmisericordes nuestro trasero.
Mas la Alianza de Civilizaciones, tras obtener el desinteresado y ferviente apoyo de Turquía, Irán, Arabia o Mongolia Exterior (también estuvo in illo tempore Venezuela) induce al sabio Guía, a su galano escudero y a los muy avisados ministriles que le tocan la flauta, a concluir por decreto de su real gana y prudencia que la ETA es buena, aunque un poquito equivocada en sus formas; que los ayatollahs o el déspota saudí, en el fondo, son buenos chicos y no hay que andar con injerencias inoportunas; o que Hamás y Hizb Allah (y sus mentores iraníes y sirios) constituyen la crema de la intelectualidad y bonhomía mundial, así pues es obligado alcanzar acuerdos con ellos, acuerdos que –como es costumbre– en tan nobles y honradas casas, van a respetar y cumplir con la fiabilidad demostrada a lo largo de la historia, próxima o lejana. Premio para los sagaces escuderos (también hay otro, de nombre Bernardino, no menos digno de figurar en comedias y pliegos de cordel). Pero éstas ya no son bromas, sino palabras mayores, porque están jugando con la vida de españoles.
Un día el Guía afirma que estamos a partir un piñón con la ETA y al siguiente acaecen los asesinatos de la T-4; un año la diplomacia española y todo el aparato de propaganda del régimen se vuelcan en persuadirnos de la tierna bondad de Hamás y Hizb Allab, así como de la siniestra criminalidad israelí que ataca a tan señalados pacifistas, y al siguiente, en tierras controladas por Hizb Allah (en un país árabe "controlado" significa controlado) asesinan a seis soldados españoles. Los sabios se creyeron su propia propaganda, sus propios latiguillos. ¿Para qué enviar material militar adecuado si la Alianza de Civilizaciones es mucho más eficaz que el "Deténte, bala" de los carlistas? Además, los moros son amigos y gente constante en sus pactos (Moratinos lo sabe de buena tinta); en Líbano no hay una guerra; si cumplimos el papelón de defensores de "guerrilleros" e "insurgentes" contra Israel y Estados Unidos, ¿cómo nuestros amigos nos van a hacer la pirula? Hombre, hay que ser muy mal intencionado para pensar lo contrario. Y etcétera.
Dios nos libre de los amigos del Guía. Y librémonos de él, nosotros, lo más pronto posible: el país no resiste otros cuatro años.

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