viernes 29 de junio de 2007
La autodeterminación de Baleares
POR CARLOS HERRERA
ES que ya me pierdo. Si las Islas Baleares tienen derecho a la autodeterminación, como exigen los parlamentarios del «Bloc», es porque consideran que aquel territorio es una nación. Nación oprimida, supongo. Lo que no sé, y de ahí mi legendaria desorientación, es si esa nación lo es por sí sola o lo es por el hecho de estar encajada en la Gran Nación Pancatalana, es decir, si la autodeterminación es para proponer un país independiente o una federación entre islas, principado y lo que caiga. Ignoro, asimismo, si la propuesta encierra un secreto casi atómico: la de incorporar Baleares a un nuevo imperio alemán que se anexionaría las bellas tierras mediterráneas. Lo ignoro todo, hasta quiénes son estas dos lumbreras autocráticas. Sí que adivino que se debe tratar de una mezcla moderna de asaltapiscinas y revolucionarios de cuatro tenedores con toque de pana y espesura de rizos e ideas. El nuevo gobierno de Antich ha tranquilizado a las masas y ha evidenciado que no está entre sus inmediatos proyectos exigir la autodeterminación de nada y que tranquilos, hombre, que estas son cosas de estos chicos y no hay que darle más importancia. Sin embargo no ha dicho, y lo echo en falta en un miembro de un partido que dice ser socialista español, que eso es una gilipollez inconmensurable y que no piensa perder ni un solo minuto de su vida en analizar tonterías de ese calado. No lo hace porque a los socialistas esas cosas les hacen gracia, las consideran elementos progresistas del pensamiento político: una idiotez así, efectivamente, sólo la puede decir un progresista, con lo que, como mucho, le dicen que no comparten la idea, pero jamás le afean el discurso.
La consecución del legítimo gobierno de Baleares lleva a incorporar a las filas del mismo todo lo que se mueva en las islas y no parezca del PP, incluidos merluzos. La sirenita mallorquina, el político que sabe sacarle más partido, más jugo, a sus pocos votos, ha optado por amortiguar su futuro penal merced al acuerdo parlamentario con el batiburrillo de izquierdas que forma el llamado Pacto de Progreso. Una fiscalía sensible a la presión política podría crearle algunos problemas a la princesa, mientras que una fiscalía perezosa le garantiza más tiempo sin problemas, y el PSOE puede influir debidamente en ello. Eso es todo. Entre todos han tomado una primera medida que da a entender el alcance político de su apuesta de futuro: suprimir una hora de enseñanza de castellano en las escuelas del archipiélago. Tal vez teman que los niños baleares aprendan demasiado castellano y eso les perjudique cara al apasionante futuro autodeterminado que les espera. ¿De qué se trata realmente?, ¿de que no hablen español en condiciones? ¿En el programa del Partido Socialista estaba recogida la pretensión de rebajar las horas de enseñanza del idioma común de todos los españoles? ¿Están en eso los votantes del PSOE?
En el ideario básico de todo nacionalista bisagra figura como elemento principal el desmarque escénico de cualquier nexo con el resto del país. Eso está más investigado que la fórmula de la cocacola. El idioma, evidentemente, es la primera víctima. No se trata de que aprendan más mallorquín, cosa muy saludable por otra parte, sino de que no aprendan tanto español, aunque con ello lastren sus posibilidades de futuro. En Navarra, los pactos que van cerrando los varios Petain que habitan en el PSN y los independentistas de Nafarroa Bai comienzan por establecer una mucho más acentuada enseñanza en vascuence en la comunidad foral en detrimento, evidentemente, de la lengua natural y propia de Navarra, que es el español. Que ello lo exija una formación que tiene como inspiración definitiva la anexión de Navarra a esa gran majadería llamada Euskal Herría es comprensible, pero que lo acepte un partido como el socialista es indicador de la ambición sin límite y de la falta de principios de la supuesta izquierda española.
Lo de Baleares y Navarra, como ven, va a dar para mucho. La fiesta no ha hecho más que empezar
jueves, junio 28, 2007
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