Un Gobierno impermeable a la Iglesia en "Educación para la Ciudadanía"
Miguel Ángel Orellana
28 de junio de 2007. El Gobierno no dará su brazo a torcer y está decidido a seguir adelante la asignatura de Educación para la Ciudadanía en sus actuales términos. A pesar de que las fuentes de La Moncloa consultadas por Elsemanaldigital.com quitan hierro al enfrentamiento con la llamada a combate de la jerarquía católica –Vaticano incluido-, tal y como ya hizo el viernes pasado en rueda de prensa la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, recuerdan una obviedad que suena a advertencia: sus iniciativas legales están avaladas por la mayoría de los ciudadanos en las urnas. "Los ciudadanos votaron un proyecto electoral y lo que el Gobierno lleva a las Cortes es estrictamente el contenido de lo que ha tenido el respaldo en las urnas; por lo tanto, el Ejecutivo no tiene en esa dirección ninguna actitud ni ningún problema con la jerarquía eclesiástica. Es una mayoría de los ciudadanos la que ha dicho que quería reformas educativas", aseguran esas fuentes. A la vez, inciden en mostrar su consideración hacia la Iglesia, pero deslizan su advertencia: "El presidente tiene un profundo respeto por la posición que mantienen los obispos, aunque sean críticos con el Gobierno. Sin embargo, la Iglesia u organizaciones afines parecen haber desencadenado una campaña contra el Ejecutivo" que en medios monclovitas se califica de "gratuita" y "desproporcionada".Según el Ejecutivo, su intención es evitar abrir un nuevo frente con la Iglesia dando la impresión de que existe un enfrentamiento más allá de la dura crítica de la Conferencia Episcopal contra iniciativas legales del Gobierno. La misma vicepresidenta se esforzó públicamente en mantener unas formas exquisitas: "La Iglesia Católica nos merece todo el respeto". Pero el pulso de los obispos le llevó a mostrar el puño de hierro que esconde bajo el guante de seda y fue expeditiva: "En un Estado de Derecho la ley es exactamente igual para todos. Nadie puede vulnerarla, incumplirla u objetarla. No hay excepciones". "Nosotros respondemos ante los ciudadanos, la Iglesia responde ante sus fieles y existe un máximo respeto y diálogo con la Iglesia", agregan en La Moncloa que niegan que la asignatura Educación para la Ciudadanía "no es en absoluto adoctrinamiento, sino que impulsará la solidaridad, la cohesión social y el diálogo intercultural". Según mantienen las mismas fuentes, la introducción de la asignatura en la educación general obligatoria tiene como objetivo que los alumnos "actúen en el ámbito público de acuerdo con los principios de la Declaración de los Derechos Humanos y la Constitución de 1978".El llamamiento de los obispos a combatir Educación para la Ciudadanía "con todos los medios legítimos" ha vuelto a agitar las aguas de los más laicistas del PSOE, que no comparten lo que califican de miramientos del Gobierno con la Iglesia. Sin embargo, el Ejecutivo es consciente de que la jerarquía católica no está sola en sus posiciones y son millones los españoles los que temen las consecuencias de una asignatura que a largo plazo puede convertir al país en un páramo de pensamiento único y, por supuesto, socialista.
miércoles, junio 27, 2007
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