viernes 29 de junio de 2007
Guerra de Irak
Lo que dice Colin Powell sobre George Bush
Cierto, Sadam no poseía arsenales de armamentos de destrucción masiva, pero nuestras agencias de Inteligencia tenían razones para asumir lo contrario. Además, el dictador tenía toda la intención de reconstruir su programa de armamento químico y biológico.
Larry Elder
¿Ha dejado realmente "por los suelos" el ex secretario de Estado Colin Powell al presidente Bush a causa de la guerra de Irak? Eso es lo que dice la presentadora de Today Meredith Vieira. La imparcial Vieira, que en su día participó en una concentración anti-guerra, describía la entrevista de Powell con Tim Russert, de Meet The Press, de esta manera: "El ex jefe de Powell no estará contento con lo que dice".
Pero Powell no hizo tal cosa. De hecho, respaldó al presidente en lo que se refiere a la guerra de prácticamente todas las formas concebibles. Powell cree que enviamos un número de efectivos insuficiente, pero considera que es demasiado pronto para predecir el resultado de la guerra. Dijo que el presidente actuó de buena fe. No, afirmó, no se sintió utilizado Y no, cuando algunas de las informaciones de la presentación ante Naciones Unidas resultaron ser erróneas –los tubos de aluminio y los laboratorios móviles vinculados a las armas de destrucción masiva– nunca pensó en dimitir. Cierto, Sadam no poseía arsenales de armamentos de destrucción masiva, pero nuestras agencias de Inteligencia tenían razones para asumir lo contrario. Además, el dictador tenía toda la intención de reconstruir su programa de armamento químico y biológico. Y cualquiera que piense lo contrario, dice Powell, tiene una "confianza ingenua".
¿Nos mintió o engañó el presidente?
Fuimos a la guerra sobre la base de que tenemos un régimen terrible... Siempre ha sido terrible. Lo que lo hace tan terrible ahora –tras el 11 de Septiembre– es que han demostrado que utilizarán estas armas. Las han utilizado contra su propio pueblo, las han utilizado contra el enemigo. Disponían de ellas en tiempos de la primera Guerra del Golfo... Y la comunidad de Inteligencia decía tenía todos los motivos para creer que no sólo tenían la capacidad de disponer de ellas de nuevo, sino que tenían incluso arsenales. Y esa fue la causa que precipitó la decisión... Estoy satisfecho de que Sadam Husein haya desaparecido. Pero los argumentos que presentamos al mundo y al pueblo norteamericano no sólo descansaban en sus violaciones de los derechos o su fraude a cuenta del programa Petróleo por Alimentos, sino en el peligro real y presente de las armas de destrucción masiva se podría utilizar contra sus vecinos, o que los terroristas podrían utilizar contra nosotros.
¿Tuvo alguna duda de que Sadam poseía arsenales de armas de destrucción masiva?
Cuando nos preparamos para esta presentación ante la ONU, no nos inventamos nada. Reflejamos la opinión imperante de la comunidad de Inteligencia en aquel momento... Y también el tipo de información de Inteligencia que se presentó al presidente Clinton en 1998 cuando llevó a cabo la Operación Zorro del Desierto, durante la cual se bombardeó Irak durante un período de cuatro días... Tardó siete semanas obtener la resolución de la ONU –una resolución unánime, como fue el caso– 1441, y esa resolución tenía una vía de salida para Sadam Husein. Le daba creo que 30 o 60 días para salir a la palestra y responder a todas las preguntas pendientes acerca de la capacidad y sus arsenales y lo que había hecho con ellos. Y en lugar de intentar responder a esa pregunta con seriedad, se limitó a soltarnos un montón de documentación que no era creíble ni fiable. Fue en ese momento en el que Saddam nos puso en el camino de la guerra. Tuvo la oportunidad de detenerla.
Cuando informé al presidente en agosto de 2002 sobre las consecuencias potenciales de la guerra, me preguntó: "¿Qué hacemos?" Yo le contesté: 'Recomiendo que vayamos a la ONU'... Pero también le advertí en aquel momento: "Sadam podría satisfacernos, y si nos satisface, si deja claro que tiene tal y cual cosa y que eso es todo lo que tiene, entonces hay que estar preparados para aceptarlo, que no habría una guerra, y que habríamos cambiado al régimen pero sin cambiar de régimen". El presidente lo entendió perfectamente.
¿De modo que usted hizo su presentación ante Naciones Unidas de buena fe?
Pasé cinco días en la CIA contrastando cada información que iba a aparecer en mi presentación. Hubo multitud de datos que otros querían que utilizara, pero que rechacé. Todo en esa declaración tenían las bendiciones del director de la Agencia Central de Inteligencia, George Tenet; su representante, John McLaughlin, y todos los demás altos funcionarios... Y así acudí a la ONU habiendo dejado de lado un montón de cosas porque no provenían de varias fuentes. Y el motivo de que vea al director Tenet sentado detrás de mí en la ONU es que quiso cerciorarse de que la gente comprendiera que no estaba haciendo una declaración política, sino una relación de los hechos tal como los conocíamos.
Sin embargo, el texto del sumario del programa Today rezaba: "Rompiendo su silencio: Powell deja por los suelos las políticas bélicas de Bush". El problema es que no lo hizo.
© Laurence A. Elder. Distributed by Creators Syndicate Inc.
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