domingo, junio 03, 2007

GEES, El meteoro Rice

lunes 4 de junio de 2007
Política exterior
El meteoro Rice
Nunca se ha visto que un partido de oposición tenga tamaña influencia internacional y eso sin que su presidente apenas haya puesto el pie fuera de España, que esa es otra.
GEES

Llegó, se dejó ver fugazmente y desapareció, en versión siglo XXI de Bienvenido Mr. Marshall. No parece que se le hubiera perdido gran cosa, quizás sólo pretendía cumplir, pero el mínimo imprescindible. ¿A qué viene Rice?, se preguntaba el día anterior La Primera de La Razón. ¿Por qué invitó Moratinos a Condi Rice?, era el titular de Ramón Pérez Maura dos días después en ABC.
Otra vez Moratinos triunfando. La acosa, le ruega, le insta y cuando por fin viene, su colega de Defensa le caldea el ambiente con cortesía zapateril criticando un típico accidente bélico de las tropas norteamericanas en Afganistán de hace dos meses. Esas cosas les pasan a los que combaten terroristas cuya táctica predilecta es asesinar civiles y tender trampas para que los maten. Uno puede tratar de ahorrarse problemas enviando a sus servicios secretos a buscar un pacto con esos grandes innovadores tácticos, para poder dedicarse a gratificantes labores de ONG mientras otros ponen los muertos. Además, el pegajoso anfitrión le dio lecciones a la representante de la primera democracia del mundo sobre cómo sacar de la miseria económica y política a un depauperado país comunista caribeño a base de hacer carantoñas a su senil tirano.
Rodeada de tan hirsuta cordialidad, Rice se quedó pasmada por el gran aplauso con que la recibió el personal del Palacio de Santa Cruz. ¿Es por mí?, le preguntó a su colega. Quizás eran diplomáticos hartos por la manera en que se hacen las cosas, aprovechando la oportunidad de expresarse de la más diplomática de las maneras. Quizás querían resarcirla de tanto pellizco monjil con la mano siniestra, mostrando que aún quedan profesionales. Pero con todo el antiamericanismo del que se disfruta en este país, a la derecha y a la izquierda, arriba y abajo, entre gentes del oficio y meros aficionados, cabe también la posibilidad de que más que en honor de la secretaria de Estado fuera en deshonor del ministro de incompetencias.
Mientras tanto, la responsable de internacional del PSOE se desmelena contra el PP al que acusa de falta de patriotismo por no apoyar a su Gobierno en política exterior. ¡Como odian la oposición! No la toleran ni hacia dentro ni hacia fuera. Les crispa. Puro extremismo la idea misma de oponerse. ¡Qué idílica democracia tendríamos si no existieran ni el PP ni su votantes! ¿Con que derecho existen? Hay que ganar un segundo mandato para que Bermejo les ajuste las cuentas en serio. Si los aliados euskéricos han sabido cómo ahuyentar a muchas decenas de miles, que se han ido con el voto a otra parte, y saben muy bien cómo hacer entrar en el redil a funcionarios que pretendían que el Estado fuera neutro, ¿no van a saber los zapateristas hacer lo propio con esos fachas en lo que quede de España, si revalidan el inquilinato en Moncloa? ¡Con lo poco que le importa a los suyos que les digan mentirijillas! ¡La beatífica tranquilidad con la que podría darle a la lengua Zapatero, con su coro de pepolos y zeroliños!
A esa eminente pensadora internacionalista ¿le faltará memoria o le sobrará cara? Lo uno o lo otro por arrobas. Apoyar al Gobierno en política exterior. Justo como el PSOE con Aznar. Apoyar la firme marcha de Hugo hacia la tiranía y la miseria. La perpetuación de la pobreza secular adobada de resentimiento y arbitrariedad por parte de Evo. La añoranza de holocaustos pasados que se niegan y el regodeo con los futuros que se prometen, de Ahmadineyad. Nuestra servil neutralización en Europa. Y aún ha dicho más: los problemas exteriores –¿cuáles?– vienen de las intrigas del PP. Nunca se ha visto que un partido de oposición tenga tamaña influencia internacional y eso sin que su presidente apenas haya puesto el pie fuera de España, que esa es otra. No hija, no. Zapatinos y Morateros se lo han ganado a pulso por méritos propios. Matrícula de honor a la visita de Rice.

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