lunes, marzo 05, 2007

Una manifestacion con sentido

Una manifestación con sentido
Rafael González Rojas

6 de marzo de 2007. Lo que desde el jueves pasado venimos oyéndoles a destacados líderes del PSOE es nada comparado con lo que todavía nos queda por oírles. Menuda semanita nos van a dar Rubalcaba (que hasta los de su partido se parten de risa cuando acusa al PP de mentir -él, que miente más que parpadea-), López Garrido, con su pinta de vendedor de turrón en las ferias, y sobre todo el siniestro Pepe Blanco. Incluso es posible que nuestra vicepresidenta Fernández de la Vega, de rosa pálido, siga calificando de "verdaderas obscenidades" las "ocurrencias" del PP al protestar por los beneficios penitenciarios concedidos a uno de los asesinos más sanguinarios de la historia criminal de España. Y eso sin contar a los numerosos tertulianos radiofónicos y televisivos afines al PSOE. A todos ellos les irrita la manifestación que ha convocado el Partido Popular para el próximo sábado, bajo el lema España por la libertad; no más cesiones a ETA; y aunque su objetivo es compartido por la mayor parte de la sociedad española, incluyendo a muchos votantes del partido socialista, sus dirigentes no soporta una manifestación que pueda superar a la que ellos convocaron contra la guerra de Irak. Y se irritan porque saben que va a superarla. Contra la guerra de Irak, en efecto, había una notable mayoría social; pero ahora se calcula que dos de cada tres españoles están en contra de la decisión política tomada por el Gobierno en el caso de De Juana. Notables socialistas con pedigrí (con perdón) proclaman su desacuerdo. Harían bien los dirigentes socialistas en tomar nota y no volver la espalda a la realidad. Que no haga Zapatero oídos sordos al "no más cesiones a ETA", como hizo Aznar –desoyendo incluso al Papa- con el No a la guerra. Que no incurra él o su Gobierno en la felonía de considerar antidemócratas y de pertenecer a la extrema derecha a cuantos se oponen a su política antiterrorista (que de anti tiene cada vez menos), cuando no de acusarles abiertamente de fascistas y de golpistas. Por que no son nada de eso, sino pacíficos demócratas, es por lo que todavía conserva el poder. El más destacado especialista que tiene Zapatero para esas acusaciones es José Blanco. Pero palabras tan gruesas pronunciadas por una boquita como la suya resultan ridículas. Lo que no es ridículo, sino una realidad que grita por sí sola, es que nunca en nuestra historia un gobernante había tomado una decisión acobardado por un chantaje terrorista. Zapatero ha incurrido en ese deshonor, en contra de la voluntad de la inmensa mayoría de la sociedad que gobierna. Por eso, desde que el jueves pasado De Juana se viera beneficiado con la prisión atenuada y trasladado a San Sebastián, se han sucedido, espontáneamente en toda España, los actos de protesta y de solidaridad con las víctimas. Tiene, pues, sentido, también para los votantes socialistas, una manifestación como la que ha convocado el PP para el próximo sábado.

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