miércoles, marzo 28, 2007

Tonia Etxarri, Peligro de contagio

miercoles 28 de marzo de 2007
peligro de contagio
TONIA ETXARRI

«!No os acerqueís que contagian¿», se oyó gritar a un par de voluntarios, entre la multitud peneuvista, momentos antes de que el dirigente del Foro Ermua, el socialista Antonio Aguirre, cayera al suelo abatido por el golpe propinado por quien prefirió atacarle por sorpresa. Esa expresión de odio, que ni dirigentes tan cabales como Imaz pueden contener en momentos de creciente tensión como la vivida el pasado lunes en las calles de Bilbao, refleja lo peor del momento político que nos toca vivir. Y eso que ETA lleva ya 87 días sin matar Pero mientras a la banda terrorista no se le enciendan las luces que iluminaron a los del IRA cuando anunciaron, en septiembre del 2005, su desarme total (siete años después del Acuerdo de Viernes Santo), el caos se va adueñando de la escena política sin que el presidente Zapatero ponga remedio.Durante la campaña que le ascendió a los cielos de la presidencia del Gobierno, en un mitin en Bilbao, fue claro y nítido: «Terminaremos con ETA sin contrapartidas porque la libertad no se negocia». Y es eso lo que está esperando la ciudadanía. El fin de ETA sin cesiones. Hechos son amores. Pero los hechos, precisamente, están provocando la intriga del proceso, la incertidumbre entre la población y la desconfianza generada por las medidas adoptadas en torno al descanso del preso De Juana y la suspensión de la acusación fiscal contra Otegi. Hechos que no auguran un clima sereno para la próxima campaña. Con la última noticia salida del horno, la inscripción de una nueva agrupación electoral del entorno de Batasuna, Abertzalen Sozialista Batasuna, a cargo de la conocida Marije Fullaondo, que se presentó en las pasadas elecciones europeas en la candidatura Herritarren Zerrenda (anulada por el Tribunal Supremo) han empezado las apuestas. «Batasuna concurrirá a las elecciones sin desmarcarse del terrorismo. Diga lo que diga el Gobierno socialista». Esa es la impresión del pueblo llano. Se admiten encuestas. Está el patio tan revuelto que si el PP se dedica a pedir al Gobierno que no flojee ante la presión del entorno de ETA, se las acaba cargando el mensajero. Claro que, después de haber oído a López Garrido decir, en el Congreso, que el PP es «un arma de destrucción masiva de la convivencia» ya no hay de qué extrañarse. Contra las armas de destrucción masiva solo queda la lucha sin cuartel. O sea que quien pida acuerdo entre los dos partidos es el ingenuo de esta película. En Canadá las urnas acaban de decir que no habrá más remedio que un acuerdo entre adversarios. En Irlanda, los enemigos irreconciliables acaban de firmar un pacto de Gobierno. Todo es posible menos aquí. La confrontación les ciega tanto que el propio Blanco dice que seguirá trabajando por la paz sin el PP. ¿Nadie le ha contado a este dirigente que el fin de ETA es, materialmente imposible, sin el principal partido de la oposición?

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