TRAS SU SILENCIO EN EL JUICIO DEL 11-M
Rajoy desea pasar página al espinoso "tormentón Díaz de Mera"
Eloísa Sánchez Bolinaga
Rajoy anima a Díaz de Mera a dar el nombre de su informadorDíaz de Mera abre otra vía de agua en el Gobierno por el 11-MDíaz de Mera debe decir ahora lo que sabe
El silencio del ex director general de la Policía vuelve a centrar la actualidad en la masacre. Algo que a un PP que mira al futuro y piensa en las elecciones no le conviene nada.
30 de marzo de 2007. El tribunal que enjuicia el 11-M aplicó a rajatabla la Ley de Enjuiciamiento Criminal que sanciona con multa a aquel testigo que se niega a declarar. Y como Agustín Díaz de Mera, director general de la Policía el día de la matanza, persistió en la negativa de facilitar el nombre que le informó de la supuesta existencia de un informe que recogía vinculaciones de ETA con el atentado, el tribunal decidió deducir testimonio para que la autoridad judicial proceda por el delito de desobediencia grave.La máxima autoridad policial del PP en aquellos días prefirió quedarse mudo en la sesión del juicio y, de forma involuntaria, ha vuelto a echar leña al fuego en la polémica sobre la autoría de los atentados. Según ha constatado Elsemanaldigital.com, en el Partido Popular parece que se busca correr un tupido velo y no dedicarle al silencio de Díaz de Mera más tiempo que el estrictamente necesario y, si es posible, menos. El líder de la oposición, Mariano Rajoy, se ha limitado a expresar su comprensión por "el dilema" del hoy eurodiputado al proteger sus fuentes.Sin embargo, Rajoy ha considerado públicamente que Díaz de Mera "como cualquier ciudadano, debería atender los requerimientos" y "colaborar con la Justicia". El presidente del PP sabe que esto es así, pero desde su púlpito de futuro candidato a ocupar el Palacio de La Moncloa ansía marginar el 11-M a un segundo plano y dedicar la mayor parte de sus esfuerzos a presentarse como alternativa a un Gobierno ineficaz y frívolo. Pocos en el Partido Popular quieren hablar de Díaz de Mera y su repentina "afonía", porque, dicen en Génova, "hemos puesto rumbo a las elecciones y queremos ganarlas".Tan es así que las fuentes populares consultadas repiten ante este asunto un escueto "el PP respeta las decisiones judiciales y quiere que se haga justicia porque es lo que quieren las víctimas". Esta postura es la que comparten la mayor parte de las personas que integran el entorno de Rajoy, pero no es la que defienden todos los dirigentes de su partido y, sobre todo, no es la que unos medios de comunicación esperan del presidente del PP. "Una cosa -advierten esas fuentes- es que nosotros veamos que hay muchas cosas que no están claras, y otra que nos dediquemos a hablar del tema a todas horas".Ocurre que el 11-M es una cuestión compleja de gestionar, porque el líder del PP no quiere transmitir una imagen de no haber digerido los resultados del 14-M, pero a la vez el juicio va a seguir avanzando y aportando nuevas sorpresas que pueden contribuir a afianzar la idea de que, cuando menos, ha habido una trama de ocultaciones. Pero Mariano Rajoy apuesta por trasladar a los ciudadanos la imagen de un Partido Popular capaz de gestionar sus problemas y darles solución. "Las obcecaciones, por el contrario, suelen ser malas compañeras", advierten las mismas fuentes.
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