miércoles, marzo 28, 2007

Juan Bas, Eutanasia

miercoles 28 de marzo de 2007
Eutanasia
JUAN BAS j.bas@diario-elcorreo.com

El reciente asunto de la mujer impedida que por fin ha conseguido que se cumpla su voluntad de morir del todo -pues lo suyo no era vida y hacía años que pedía terminarla- mediante la desconexión de su respirador artificial ha vuelto a agitar el espinoso tema de la eutanasia en España.De nuevo, la Iglesia católica ha expresado su radical negativa a que se ejerza la eutanasia en caso alguno, aunque estés agonizando y no te quede más horizonte que el dolor, seas un vegetal soldado a una cama o sufras una parálisis, no muevas más que los ojos y ruegues que te ayuden a morir porque no soportas existir de ese modo. De nuevo, el irritante intento por parte de la Iglesia de imponer a toda la sociedad lo que debe limitarse al ámbito de sus feligreses. Los que somos partidarios de la eutanasia -con precisas condiciones controladas- sólo queremos que se practique, como es obvio, a los que libre y voluntariamente la pidan. Nadie va a exigir a los católicos que hagan uso de la eutanasia. Ya sabemos que para ellos esta vida es una estación de paso y un valle de lágrimas y no deben dejar de soltar ni una, ya que después de diñarla van a resucitar y tener un premio sin fin. Sin embargo, la Iglesia quiere obligarnos a todos, incluidos los perros ateos como yo que no aspiran a más premio que algún buen rato en esta vida sin repuesto, a seguir su criterio moral al respecto. Su cruel, despiadado e inhumano criterio falto de respeto hacia el que quiere morir porque no puede vivir.Por supuesto, abogo por una eutanasia racional y controlada por una ley exhaustiva y sin huecos, garante de que esa muerte dulce y voluntaria se lleva a cabo en estrictas condiciones de ética. Ya que el quid de la cuestión está en que necesitas de ayuda exterior para acabar con tu simulacro de vida. Precisas auxilio médico porque tú estás tan hecho polvo que no puedes ni suicidarte. Y ésa es materia delicada, sobre todo cuando el necesitado de eutanasia no puede expresar su voluntad por deterioro mental o inconsciencia y son su familia o su pareja quienes tienen que tomar la decisión.Creo que el Gobierno socialista mantiene una actitud cobarde con la eutanasia. Se escuda en decir que es un tema que no tiene todavía el suficiente calado social, por lo que pospone afrontarlo y gana tiempo. Considero que la auténtica razón para evitar legislar sobre la eutanasia es el miedo electoral; el miedo a perder los votos de su electorado católico si una ley pro eutanasia sale adelante por iniciativa del PSOE. El mismo miedo por el que todos los gobiernos socialistas han mantenido y mantienen, en un Estado laico, unas especiales relaciones y privilegios para con la Iglesia católica que debían haberse roto desde el primer mandato de Felipe González.

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