viernes 30 de marzo de 2007
Proposiciones deshonestas
Wifredo Espina
L O mejor que le puede ocurrir a Esquerra Republicana es que su propuesta sea tomada en broma. Es la única manera de salvarse algo de un ridículo inmenso, que ya ha consumado. De un mayor desprestigio que el que viene acumulando, desde hace un largo tiempo, este partido que jugó un papel de protagonista y decisivo, con algunos episodios trágicos, en la historia política catalana. Pero ofrecer ahora la Presidencia de la Generalitat al líder de CíU, Artur Mas, a cambio de que éste se comprometa a convocar un referéndum sobre la independencia de Cataluña, es tan disparatado que no se puede explicar alegando un súbito “calentón”. Entre otras cosas, porque se había acordado en la Ejecutiva del partido que preside Carod Rovira y del que Puigcercós es el Secretario general. De aquí viene la gravedad, y no de las palabras del vicesecretario Xavier Vendrell que formuló la propuesta. Por esto lo mejor que le puede pasar a ERC es que todos se la tomen a broma. Todos los partidos. Y también los ciudadanos, que no salen de su asombro. Porque lo que plantea el partido de Carod, con su propuesta y condiciones, tiene un nombre claro que todo el mundo entiende: proposiciones deshonestas. Deshonestas con José Montilla, al que hace sólo cuatro meses invistieron, con sus votos y un acuerdo tripartito, para presidir Cataluña. Deshonestas con el President Montilla, de cuyo gobierno forman parte, como Vicepresident Carod y como conseller de Governació Puigcercós, y al que con este gesto irresponsable dan una solemne patada. Deshonestas con el otro socio de gobierno, ICV, de Joan Saura, al que dejarían en la cuneta. Pero deshonestas, también, con Artur Mas, que pese a haber ganado las elecciones le negaron el derecho a presidir la Generalitat, porque ahora le proponen nada menos que, a cambio de traicionar y abandonar a Montilla, a apoyarle a Mas para President, si se comprometa a cometer una ilegalidad, convocar un referéndum, lo que está tipificado como delito. Y deshonestas con los ciudadanos de Cataluña, a los que engañarían nuevamente, como hicieron con el Estatut, apoyándolo primero, votando en contra después, y exigiendo últimamente su cumplimiento. Incluso en política, es difícil encontrar tanta deshonestidad concentrada en un solo gesto, profundamente desestabilizador. Esto no se lo merece un partido histórico como ERC, ni Cataluña. Estas cosas se pagan en las urnas.
viernes, marzo 30, 2007
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