jueves 29 de marzo de 2007
España, nuevas amenazas
POR JUAN PEDRO QUIÑONERO
No sólo el cáncer ideológico guerracivilista amenaza a España.
Washington Post intenta evaluar las «aspiraciones de paz e independencia entre los vascos». Pello Salaburu, antiguo rector de la Unidad del País Vasco, afirma: «Se llegó a un grado de fanatismo asombroso, y la gente aceptaba cosas terribles como normales. Lentamente, la sociedad está cambiando y mucha gente comienza a comprender que se está tratando con una banda de asesinos». Verónica Portell, hija del primer periodista asesinado por ETA, añade: «Mucha gente de mi generación no sabía cómo hablar. Nuestros hijos saben. Para ellos, el tiempo de la violencia ha terminado».
Sin embargo, las maniobras de Batasuna despiertan nubarrones de incertidumbre. En Buenos Aires, Clarín recuerda: la nueva Batasuna sigue siendo «políticamente afín» a ETA. Sud Ouest, en Burdeos, y Le Monde, en París, insisten en el punto capital: la exigencia decisiva del «rechazo sin equívoco de la violencia».
En el terreno económico aparecen nuevas advertencias graves. En Londres, Financial Times publica un análisis implacable de Martin Wolf, que anuncia «malos tiempos para España tras los años de crecimiento económico». Martin Wolf denuncia siete puntos débiles de nuestro modelo económico: 1. España ha perdido competitividad. 2. Débil capacidad tecnológica. 3. Las inversiones recientes han ido al boom de la construcción. 4. La industria española es muy vulnerable ante los nuevos productores del Este europeo. 5. Baja productividad nacional. 6. Rigidez del mercado laboral. Desmenuzada con frialdad clínica tal fragilidad estructural, Martin Wolf concluye: «Cuando termine el boom de la construcción, los políticos españoles tendrán que gestionar el ajuste».
Por su parte, Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ) destaca a toda página un artículo durísimo de Paul Ingendaay, que titula «Tiempo de avaricia». A juicio del corresponsal de FAZ, «España está malgastando su futuro, insensible al cambio climático» y, víctima de los propios españoles, obedece a este principio zoológico atroz: «El primer principio consiste en saquear».
Juan Pedro Quiñonero
jueves, marzo 29, 2007
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