¿Polanco? No, gracias
Santi Lucas
28 de marzo de 2007. El Partido Popular ha condicionado las solicitudes del Grupo Prisa a que su presidente rectifique unas palabrotas. No creo que sea una rabieta circunstancial, fruto de las inconveniencias dichas por Polanco ante sus accionistas. Parece, más bien, el final de un hartazgo prolongado e incorregible, de un maltrato cotidiano hiriente, y gradualmente intenso cuando hay unas elecciones a la vista. Desde hace mucho tiempo, los medios de comunicación de Prisa practican un periodismo militante. Marcan la doctrina correcta al PSOE y vuelcan toda la sañuda reprobación sobre el PP. En su estratégica embestida no engañan a casi nadie, por eso no creo que la conclusión del PP haya sido fruto de una decisión precipitada, sorpresiva, ni tampoco la respuesta a un solo desaire.Es realmente chocante que esta decisión del PP se tome como un atrevimiento intolerable por parte de sus destinatarios, que han reaccionado con tal virulencia y enojo que justifican todavía más el desplante. La libertad de información no se ve afectada en absoluto por que el PP desatienda las entrevistas de Prisa. La libertad del PP para seleccionar dónde quiere que le den un mamporro cada cuarto de hora debe prevalecer sobre la permanente manipulación de sus iniciativas y el insulto a sus diez millones de votantes.Para que el imperio de Polanco disimule algún pluralismo informativo y acredite su supuesta, aunque decadente influencia social, necesita forzosamente que el PP no se espante del todo, y que se trague la quina dócilmente, sin aspavientos ni alharacas. Hasta ahora, salvo el desafío de José María Aznar de no asomarse a la cadena SER, los antecedentes de réplica a la agresión continuada contra el PP no han pasado de efímeros y cíclicos enfados individuales. El Grupo Prisa ha venido salvando la cara de algunos dirigentes "populares" para vestir el descrédito del resto. A partir de ahora, deberá alimentarse solo, con la carnaza de sebo que ellos mismos se las pintan para ofrecer continuamente a su audiencia. Sin el concurso del PP, Prisa rebaja al nivel de mueca cualquier pretendida objetividad.Polanco considera que el PP ha tomado una decisión insolente, que delata un clamoroso sectarismo y que le apea a él de ejercer el monopolio sobre el reparto de honradez y democracia que oficiaba hasta ahora sin ningún recato. Polanco ha optado, y no recientemente, por combatir abiertamente al PP y, parece lógico que el PP, cansado del zarandeo, escoja defenderse y dejar de poner sumisamente una y otra vez la mejilla. Lo otro se llama masoquismo. Contrariar a Polanco tiene un precio calculado, lo importante es resistir
miércoles, marzo 28, 2007
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