lunes, marzo 05, 2007

Quiñonero, El crispador y su corte

martes 6 de marzo de 2007
El crispador y su corte

Nadie sabe hacia dónde vamos, pero nadie duda de que la política antiterrorista gubernamental crispa la política y divide a la sociedad.
Periódicos tan distintos y alejados, geográficamente, como El Mercurio, en Chile, y Der Standard, en Austria, resumen la situación española con el mismo titular: «Los españoles rechazan la decisión de Zapatero». El Standard insiste en la «instrumentalización» gubernamental de una decisión política que precipita enfrentamientos políticos y sociales de tamaña gravedad.
En México, el Excelsior pone el dedo en la llaga de un presidente del Gobierno que se «escuda» en su vicepresidenta y su ministro del Interior. En París, International Herald Tribune se limita a acumular datos estadísticos de la misma cuestión de fondo: la muy alta hostilidad popular contra las concesiones gubernamentales a ETA.
En Alemania, Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ) publica una crónica titulada: «Furia contra Zapatero. La liberación de etarras encoleriza a los españoles». FAZ describe la situación española con matices que ponen los pelos de punta para un alemán medio: un jefe de Gobierno (Zapatero) tratado de «fascista» y «terrorista» por manifestantes encolerizados, cuando el periódico pone muchas comillas para tratar a De Juana Chaos de «héroe», cuya «victoria» empeña la credibilidad gubernamental.
En Marruecos, Al Bayane, prefiere avanzar un punto que considera positivo de las relaciones hispano-marroquíes: «Marruecos y España tienen que hacer frente común y coordinar sus esfuerzos contra el terrorismo». En Argelia, sin embargo, L´Expression advierte que «España corre el riesgo de dar otro paso en falso». A juicio de L´Expression, la venta de blindados españoles a Marruecos, con el pretexto de «apoyar» la «autonomía saharahui», corre el riesgo de provocar nuevos y ensangrentados problemas.
En Bélgica, RTL destaca un sondeo que sitúa a España muy a la cola europea en materia de natalidad, cuando uno de los grandísimos problemas continentales es un envejecimiento que pudiera costar caro a las sociedades que no crecen demográficamente.
Juan Pedro Quiñonero
REVISTA DE PRENSA

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