sábado, marzo 03, 2007

Navarra, en su disyuntiva

domingo 4 de marzo de 2007
Navarra, en su disyuntiva
AUNQUE la lista de UPN sigue siendo con notable diferencia la opción preferida por los ciudadanos navarros, son ya muchos los signos visibles que apuntan hacia una eventual coalición social-nacionalista entre elementos heterogéneos tras las elecciones de mayo que, llegado el caso, podría alterar la mayoría electoral en esta Comunidad. Pese a la envolvente que de modo poco transparente se planifica desde el PSOE en busca de una gran -y extraña- coalición contra UPN, llama la atención la fortaleza que mantiene el partido mayoritario. Sin embargo, las maniobras de aproximación entre el PSOE y los diversos grupos que -por una u otra vía- expresan las posiciones del nacionalismo vasco convierten las elecciones de mayo en una apuesta sin final conocido. Lo relevante es que el resultado de las urnas en Navarra puede ser determinante para el futuro de la organización territorial del Estado porque cualquier alteración en el estatus actual de la Comunidad Foral rompería los equilibrios vigentes. La fuerte personalidad histórica de Navarra y su integración inequívoca en el proyecto común no es obstáculo para que el nacionalismo expansionista lance sus redes sobre un territorio donde realmente obtiene una representación muy reducida. La estrategia coyuntural de los socialistas podría permitir a los nacionalistas dar un salto cualitativo que no se corresponde con su implantación entre los ciudadanos.
La disposición transitoria cuarta de la Constitución dejó abierta en su día una puerta que la evolución del Estado autonómico ha cerrado sin rodeos a través de la Ley de Amejoramiento del Régimen Foral. No faltan opiniones bien fundadas en torno a la conveniencia de derogar dicha disposición transitoria, que fue en su día una concesión inútil durante el proceso constituyente y carece ya de sentido en pleno desarrollo del sistema foral. La tentación de utilizarla para forzar un acercamiento entre Navarra y el País Vasco chocaría sin duda con la opinión pública, pero podría servir de cauce a una negociación a gusto de socialistas y nacionalistas y para mantener la incógnita sobre un posible referéndum. Por eso es tan importante lo que está en juego en las elecciones del próximo mes de mayo, de manera que la respuesta de los ciudadanos ante la disyuntiva que se abre paso será un elemento fundamental para cortar de raíz o para alimentar las maniobras posteriores, que pueden resultar enormemente irresponsables.
Entre las claves principales que resolverán las urnas autonómicas figura sin duda la consolidación del modelo actual en Navarra o bien la apertura de un proceso plagado de riesgos y contradicciones que ya se encargó ayer de glosar el batasuno Arnaldo Otegi, en otro nítido anuncio de chantaje al Gobierno: para ETA y su entorno, Navarra es «el pilar de Euskal Herria» y «sin Navarra no queremos nada, nada».

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