Almunia y las pensiones
POR FERNANDO FERNÁNDEZ
El examen anual de las cuentas públicas que realiza la Comisión no ha defraudado. Califica el superávit español de prudente y acorde con el Pacto de Estabilidad, pero insuficiente para equilibrar la inflación y el déficit corriente de la balanza de pagos. O sea, que en una economía recalentada como nos ven en Bruselas, y con un ajuste inmobiliario inevitable, el superávit debería ser mucho mayor.
El comisario europeo ha terciado en la polémica que mantienen el nueve jefe de la Oficina Económica del Gobierno y el ministro de Trabajo sobre la sostenibilidad de las pensiones. En su evaluación del programa de estabilidad de España, Almunia dice que, a pesar de las mejoras coyunturales, «para garantizar una posición sostenible de las finanzas públicas deben realizarse ajustes en el sistema de pensiones y una vigilancia estricta sobre el gasto sanitario». Nada que no haya repetido hasta la saciedad la CE, pero algo sobre lo que el Gobierno sigue sin darse por enterado. Curioso porque, a pesar de la complacencia oficial, han sido probablemente los técnicos de su oficina económica los que más han escrito sobre la incapacidad de la inmigración y el aumento de la población ocupada para cerrar el déficit social, sin un aumento de la productividad que no acaba de producirse. Puestos a hurgar en las hemerotecas, recuerdo una apabullante intervención de Sebastián en la Comisión para la reforma del Pacto de Toledo cuando Rato era vicepresidente.
El gasto sanitario es el otro problema estructural de las cuentas públicas, agravado por la descentralización de competencias y la escasa responsabilidad fiscal de las autonomías. De hecho, siguen gastando sin más cautela que asegurarse de trasladar la responsabilidad al gobierno central. Éste, en un alarde intervencionista de la ministra de Sanidad, ha fracasado con su ley del medicamento, que casi se lleva por delante la industria farmacéutica nacional sin contener el gasto. En resumen, diagnóstico conocido y compartido, pero acompañado de una preocupante ausencia de medidas correctoras.
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