Horacio Vazquez Rial, El oasis, el apagon y la ministra expropiadora

martes 31 de julio de 2007
LAS GUERRA DE TODA LA VIDA
El oasis, el apagón y la ministra expropiadora
Por Horacio Vázquez-Rial
Ha sido terrible el mes de julio. A continuación mencionaré algunos hechos, fuera de su orden cronológico.
Allá voy: el apagón de Cataluña, el Minicarmelo, cuyo origen oí explicar hace tiempo a Loyola de Palacio en una conferencia, y que más abajo explico a los lectores; la imposible apuesta de la designación de Carmen Chacón para el ministerio ése de las casas de protección; el secuestro de El Jueves y la defensa de la Monarquía a cargo de un hombre de Carod; la urgente cesión de la vicepresidencia del Congreso a Carmen Calvo, celebrada en el mismo edificio en el que, horas más tarde, se velaría a Gabriel Cisneros, bondadoso y lúcido hombre de Estado. Alcanza para ocho artículos, pero me limitaré a uno.

El apagón: las eléctricas españolas hacen lo que quieren, y además lo hacen mal, aquí y en todos los lugares del mundo en que han sentado sus reales, que no son pocos pero, con ser unos cuantos, tienen en común un muy deficitario régimen de garantías para la libre competencia. Pero el caso catalán, como suele ocurrir, tiene su aquél: lo que explicaba Loyola de Palacio era, simplemente, que la llegada de energía más barata y más limpia desde Francia requiere unas obras de instalación de torres y de cables de alta tensión directamente relacionadas con el tendido del AVE, al que se han opuesto de manera sistemática los miembros menores del Tripartito, con Carod, el de Perpiñán, a la cabeza. Hablo de esa gente a la que la Pantera Rosa pretendía entregar Endesa, la empresa española ahora participada por el Estado italiano por arte de birlibirloque tal vez sebastiánico.

No se sabe por qué, amén de las ya tradicionales razones de paisaje defendidas en el Estatut, ERC odia irracionalmente el ferrocarril de alta velocidad, que parece afectar a no sé qué esencias patrias, del mismo modo en que la izquierda en general odió siempre, en este secarral en que vivimos (y que lo es por razones estrictamente políticas, porque agua hay), la construcción de pantanos y presas que dejaran sumergidos algunos ilustres pueblos de nula trascendencia histórica.

Siempre, pase lo que pase, la izquierda encuentra una buena razón para oponerse al progreso, llámese éste Plan Hidrológico, AVE o energía eléctrica francesa, nuclear, por supuesto, y por eso barata: cementerios de pieles rojas, Villaliebres de Arriba o Hiroshima, todo sirve. O el peligro, en el caso del AVE. ¿Recuerdan ustedes los socavones que se abrían al paso del nuevo tren por Aragón, y que eran culpa de Álvarez Cascos? Pues hete aquí que, con el Gobierno de la Pantera Rosa, desaparecieron, la prensa no volvió a mencionarlos: el socialismo lo remedia todo, como dice Fidel Castro. Es mejor, sin duda, seguir dependiendo del gas argelino, tras su paso por territorio marroquí, o del gas ruso distribuido por Schroeder, que de la maldita energía nuclear de Sarkozy.

La prueba de las virtudes balsámicas del socialismo es que Carme Chacón ha llegado a ser nada menos que ministra de soluciones habitacionales. En un artículo titulado "La expropiación cultural (y material) en tiempos del PSOE", publicado en estas mismas páginas hará pronto dos años, comenté la siguiente información:
El Ayuntamiento de Esplugues de Llobregat (Barcelona), gobernado por el PSC con mayoría absoluta y entre cuyos concejales se encuentra la actual Vicepresidenta del Congreso de los Diputados, Carme Chacón, continúa los trámites para expropiar de forma totalmente arbitraria el Monasterio de Santa María de Montsió y expulsar a la comunidad de religiosas dominicas que ahí vive.

La última notificación que recibieron al respecto está fechada el 6 de octubre (de 2005), les llegó el 13 del mismo mes y se publicó en el boletín oficial el pasado día 27 de septiembre. Por lo tanto, como indican las hermanas dominicas, las alegaciones terminan el 28 de octubre. Y no saben qué hacer. Pero piden ayuda y oraciones. El objetivo del Ayuntamiento es apropiarse de todo el monasterio (Iglesia, claustro gótico del s. XIV, dependencias y jardines), que es propiedad de la Comunidad de religiosas. Y, para tal fin, pretende modificar el Plan General Metropolitano actualmente vigente y recalificar los terrenos, pasándolos de zona verde privada de uso religioso a terrenos de titularidad pública con la zonificación de verde público y equipamiento. Esta modificación es totalmente contraria a Derecho e infringe el ordenamiento jurídico, además de ser poco coherente, irracional y antieconómica. Y los argumentos dados por el Ayuntamiento no tienen ninguna justificación. El Ayuntamiento afirma que con la expropiación se pretende preservar el conjunto patrimonial y garantizar la apertura del mismo a todos los ciudadanos. Pero esas razones son falsas y no se sostienen. El conjunto patrimonial ha sido preservado, desde su creación (s. XIV), precisamente por las distintas comunidades de religiosas que ahí han vivido a lo largo de los siglos. Gracias a ellas, solamente a ellas, el claustro ha llegado hasta nuestros días en perfecto estado. Y gracias también a ellas, cualquier persona puede visitar el claustro y los jardines cuando lo desee.
Pues bien, queridos lectores, pueden estar tranquilos: el socialismo la ha curado, sus ansias expropiadoras (¿o únicamente desamortizadoras?) son cosa del pasado y ha asegurado que en su ministerio se alcanzará la idílica situación en que ningún proyecto vital se vea truncado por la falta de vivienda; no aclaró si ese "ningún" incluía el proyecto vital de las monjas de Esplugues, pero era tal el buenismo de la declaración que me quedé tranquilo: no tirarán todavía la bomba de neutrones allí para eliminar a las religiosas, dejando su monasterio para usos populares. Para su legítima okupación, por ejemplo, como les gusta a Inma Mayol y a su esposo, el de los mossos pegadores, tan autonómicos o tan nacionales, no sé, tan diferentes de la policía del franquismo. (Digresión: ¿me engaña la memoria o las viviendas de protección oficial fueron ideadas por José Luis Arrese?).

La vicepresidencia del Congreso de los Diputados: premio para Carmen Calvo, la mujer de corcho. Que no, que no estaba muerta, que no la habían enviado a casa, que aún no era tiempo de decir cosas tan malas de ella como que lo comparte todo con su hija, novios inclusive, ni de recordar a Dixie, a Pixie y al Gato Félix. No sé qué sabrá esta mujer, qué secreto guardará que la hace tan poderosa. Fue una ministra infame en un ministerio infame por definición: el de Prensa, Cinematografía, Televisión y Propaganda, por cuya desaparición seguiré abogando hasta el día de mi muerte. Y han apresurado los trámites para que no se pierda los dos millones de pesetas del salario de agosto, que las vacaciones están muy caras.

Como culminación de desaguisados, a petición del maleable zapaterista y fiscal general del Estado señor Conde Pumpido, y con la anuencia del sectario ministro de Justicia, señor Bermejo, el juez del Olmo ordenó el secuestro de la revista El Jueves por una viñeta sobre el Príncipe de Asturias y su esposa. No quiero abundar yo también en la torpeza de la medida, ni en el sentido político de la cuestión, analizado en su detalle histórico en LD por Jorge Vilches, sino comentar lo que ha ocurrido en torno del hecho con los nacionalistas. Por un lado, Anasagasti, que, sin haber podido librarse de ese gato que siempre duerme sobre su calva, se despachó con una diatriba de borracho de bar cutre sobre los miembros de la Familia Real, tildándolos de vagos (que era lo que, en última instancia, proponía El Jueves) y de impresentables. Y por otro, el que debiera ser su aliado natural, Joan Tardá, de ERC, otro que tiene conflictos con la cabellera, aunque de sentido inverso al del vasco, que se despachó con una inverosímil (en él, provocador sistemático con la cuestión de la lengua en el Congreso y decididamente separatista) defensa de la Monarquía. Pero cómo, ¿acaso no estaba en contra de todo eso? ¿O es que su austrohungarismo le lleva a imaginar dos naciones mal avenidas, España y Cataluña, bajo la misma corona?

¿Y van a volver a ganar elecciones? No tenemos perdón.


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