domingo, julio 29, 2007

La vice veranea en las galeras de Ben-Hur

lunes 30 de julio de 2007
La vice veranea en las galeras de Ben-Hur

En Nueva Umbría (Huelva) buscan voluntarios para contar camaleones. En Palma sobran los voluntarios para contar Borbones. Eso sí, para poder contarlos tienen que aparecer por las zonas comunes o, lo que es lo mismo, por las que la prensa puede transitar. O por las que los objetivos de las cámaras pueden alcanzar. El conteo ya ha empezado. Sincronicemos nuestros relojes.
Y ahora bajemos unos peldaños. En otro orden de personajes, los sabuesos de la prensa mallorquina han cazado a los invitados de Manolo March Cencillo (bueno, no tanto) en su casoplón de Son Galcerán. Entre los invitados estaban Florentino Pérez y Pitina (el barco no, su mujer) o Marina Castaño, según veo en las fotos de «Última Hora». También han retratado a Carolina Herrera cenando en Illetas (pero descansa en Formentor, que es más fino).
La suegra de El Litri iba, claro, vestida de blanco porque ella siempre va vestida como si fuera masajista y te fuera a cobrar 50 euros por media hora de shiatsu. Cristina Fernández de Kirchner, que se parece a Evita mucho menos que Carolina Herrera, también estuvo en Palma.
En una audiencia privada con Don Juan Carlos y, por tanto, no hubo fotos. Pero en cuanto se fue a Madrid nos hinchamos a candidata y pudimos observar que la esposa del presidente argentino tiene un no sé qué tirando a una mezcla perfecta entre la mirada intensa de Vicky Martín Berrocal, el barbismo rampante de Ivana Trump y la incontinencia verbal de Bárbara Rey. En España, lo he cronometrado, Bárbara Rey y Bibiana Fernández son las personas que más palabras consiguen meter en un minuto.
En fin, que no le arriendo la ganancia a los argentinos con su candidata en campaña, que también habla mucho. Y tampoco a María Teresa Fernández de la Vega. Un año más seguimos igual. Vamos a ver, ¿es que esta señora no puede tener vacaciones como cualquier político? Hombre, tú, que parece que se ha acogido voluntariamente al mismo estatuto laboral de Ben-Hur cuando lo contrataron en las galeras. Ya que no hay enlaces sindicales en el Gobierno, estoy pensando en montar una plataforma (y luego bajarme) para reivindicar el merecido descanso de la vice.
El turismo es un gran invento, ya lo machacaba la pelí de Pedro Lazaga (pongamos música dabadaba, que, si no, no es lo mismo), pero las vacaciones son un adelanto todavía mejor, aunque desconocido para algunas pobres desgraciadas. Hablando de dabadabas, llevamos unas alturas de verano bastante preocupantes. A día de hoy (por utilizar las palabras de Sergio Alis; es que me temo que este viaje tampoco voy a encontrar acomodo a Montaigne) no tengo muy claro cuál es la canción del verano. Si el «Mecagüentó» de Georgie Dann, el carro de El Koala o el «Dame la manita» de Los Lunnis, que nada tiene que ver con Tip y Coll y su mítica «Dame la manita Pepe Luis».
Lo de los Lunnis es más inquietante porque la copla tiene baile del verano también. Acabará en el purgatorio, donde vagan «Los Pajaritos», «Macarena» (ah, ah) o el «Aserejé». Dame tu mano, toma mi mano y bailemos juntos este verano... Para mí que es por estas cosas por lo que todos los agostos la vicepresidenta abandona el país.

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