lunes 30 de julio de 2007
Un gol da una alegría a Iraq Inocencio Arias
“...No a la política y sí al fútbolEl fútbol se las arregló paraunir a los iraquíes, vale milveces más que la política,Rompamos los carnets de identidadque nos separan,Pongamos una sola palabra: Iraq...”
El poema, publicado en las páginas deportivas del periódico iraquí Azzamar hace días cuando la selección de Iraq vencía en semifinales a la de Corea en la Copa de Asia, es un buen reflejo del momento en que vive aquel país asiático. En el equipo iraquí hay chiitas y sunitas, comunidades cuyos elementos extremistas están enzarzados en un principio de guerra civil que ha removido odios ancestrales entre las mismas, así como kurdos.
El fútbol ha cauterizado momentáneamente las heridas y el país, entre toques de queda y bombas, se ha paralizado para seguir las evoluciones de su equipo.
La selección es quizás el único símbolo de unidad del país en este momento.
Los fanáticos lo saben y el día del triunfo sobre Corea colocaron un par de coches suicidas que causaron 51 muertos y unos 160 heridos (la cifra, que debería dar escalofríos, en Iraq parece ya banal). Por ello las autoridades habían prohibido ayer domingo, día de la final, la circulación de vehículos en diversas zonas de Bagdad y otras capitales. La providencia ha sonreído, al menos en el fútbol, a Iraq. Su selección vencía a la tres veces campeona de Arabia Saudita por un gol a cero marcado de cabeza, a la salida de un córner en el minuto 70, por una de sus figuras, el delantero Younis Mahmoud, fichado al parecer por el Lyon francés. El país ha estallado en un grito esta vez pacífico y la gente, a pesar de la prohibición, se ha echado a la calle. En las circunstancias actuales es un hito balsámico, primer campeonato conquistado por Iraq, y la gente recuerda que en la época anterior, el sádico hijo de Sadam Husein, jefe nacional de deportes, torturaba a los jugadores que fallaban un penalti.
Los cantos callejeros entusiastas a la unidad hoy son un desmentido a lo que aparece hoy en cierta prensa estadounidense: el proyecto de partición de Iraq en tres partes, lanzado hace meses por el candidato presidencial y senador Joe Binden, cobra más predicamento ante el encono sunita-chiita y la repetición de los atentados y los ajustes de cuentas.
El fútbol, origen cercano de alguna confrontación violenta, guerra entre dos países centroamericanos, tiene en su haber al mismo tiempo abundantes ejemplos de efectos benéficos, ha aliviado resquemores entre los blancos y los negros en África del Sur, devolvió el orgullo a la Alemania perdedora de la Segunda Guerra Mundial cuando en el Campeonato del Mundo del 54 derrotaba en la final de Berna al equipo húngaro maravilla de Puskas, Kocsis, Czibor, etc. Sería bonito, aunque improbable, que el milagro ayer del equipo de Iraq en Yakarta limara los odios entre los iraquíes. Lamentablemente, conscientes de la posibilidad, los radicales pondrán un par de bombas donde más duele. Y la espiral continuará.
lunes, julio 30, 2007
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