martes, julio 31, 2007

Maria Maizkurrena, Torres, chalés y otras piedras

Torres, chalés y otras piedras
31.07.2007 -
MARÍA MAIZKURRENA m.maizkurrena@diario-elcorreo.com

El afán por renovar la ciudad parece que lleva directamente a las torres de cristal y piedra, de cristal o piedra. Barakaldo tenía que hacer algo ante las nuevas torres de Bilbao, dar la réplica, y muy pronto, dicen, tendrá su torre, la de Pormetxeta, en cristal y acero. Siempre son más livianas, más airosas las edificaciones en envoltura de vidrio. Un rectángulo o un cubo de cristal nos garantiza la limpieza de líneas, la expulsión del perifollo y las complicaciones inútiles. En este sentido, era bueno el incumplido proyecto de Gorordo y Jorge Oteiza para la Alhóndiga bilbaína. En cuanto a las torres de piedra, la cosa suena medieval, pero también las torres de viviendas actuales se revisten de láminas de piedra gris, verdosa, rosácea o blanca, de un blanco deslumbrante y sureño, como las que van a sepultar en su optimismo universal el perfil decadente, fantástico y estético, con su estética un poco Tápies, un poco Wim Wenders, de la península de Zorrozaurre. Luego hay torres mixtas, como las de Isozaki, que, quizás por adaptarse como sea al uso también mixto (oficinas y viviendas) tienen esa especie de pegotes de piedra siniestra, pesados, terrestres, nada aéreos. Esos pegotes desde una cierta distancia dan un color gris depresión, y, ya vistos de cerca, un color gris verdoso, como si a la pesadilla de un anime japonés le hubiera salido un moho digital. Es muy raro ver a nadie sentado en las escaleras de Isozaki Atea, que, además, producen vértigo. En fin, que una remodelación urbana como la de Bilbao es fascinante, pero también decepcionante en mayor o menor medida. ¿Cuántas ocasiones se han perdido de consultar al buen pueblo soberano, no tan soberano después de todo! Porque, en estas cuestiones, a menudo pesa más la opinión de un solo empresario que la de todos los habitantes de una villa. Hay un hervor fascinante y un poco aterrador en Abandoibarra. Es el hervor del poder, que va dando forma al nuevo Bilbao, y su forma no es otra que la de esa ciudad universal, igual en todas partes, con sus torres de cristal y piedra que, con demasiada frecuencia, buscan dar el espectáculo y la campanada especulativa por el mismo precio. El mismo partido político que desde la concejalía de Urbanismo de Bilbao ampara un modelo de ciudad basado en 'oficinas y viviendas de lujo' tiene en Getxo un proyecto de 8.300 viviendas que defiende por ser más sostenible que el de los chalés a mansalva, pero que destruiría el carácter rural del barrio de Andra Mari y esa parte de la memoria que se escribe en las casas, la tierra y los caminos. El proyecto acaso estaría muy bien en otra parte. Y quizás lo que habría que hacer es preguntar a la gente qué quiere hacer con su pueblo, con su espacio y con sus vidas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pero qué bien escribe esta tía...