lunes, julio 30, 2007

Gordon Brown visita Camp David

martes 31 de julio de 2007
Gordon Brown visita Camp David
EL nuevo jefe del Gobierno británico, Gordon Brown, ha realizado su primera visita oficial a Estados Unidos en plena normalidad de las relaciones bilaterales. Brown no desconoce que la situación es gravísima en Irak y que por el momento no se puede ser especialmente optimista en cuanto a la dirección que llevan los acontecimientos en Afganistán. Tampoco ignora las presiones de la opinión pública, que ya no soporta la sucesión cotidiana de atrocidades terroristas en Bagdad, ni que tiene menos de media legislatura para convencer a los electores británicos de que merece seguir en el puesto en el que ha sucedido a Tony Blair. Ni siquiera es ajeno al hecho de que en los próximos meses podemos encontrarnos ante una situación en la que la tozudez de los ayatolás que gobiernan en Irán y su voluntad de construir armamento nuclear, pongan a la comunidad internacional ante un nuevo desafío diplomático o militar. Aún siendo consciente de que el presidente norteamericano está prácticamente en el periodo de descuento de su último mandato, Brown tiene su propia política, probablemente algo distinta de la que tenía su correligionario laborista Blair, pero en lo que respecta a las relaciones con Estados Unidos este viaje ha demostrado que cualquier diferencia con su antecesor es pura cuestión de matiz.
Blair buscó su propio punto de equilibrio entre las dos identidades de Gran Bretaña, entre Europa y EE.UU. y Brown encontrará el suyo, que probablemente esté un poco más alejado de Bruselas en algunas cosas, y algo más cercano a Washington, en otras. En el caso de Irak, por buscar un asunto en el que los análisis simplistas podrían estar esperando la aparición de divergencias, los dos gobernantes son conscientes de lo aislados que están en aquella compleja misión y de que el único horizonte que se atisba es el de minimizar las pérdidas durante el periodo gradual de retirada que empezará muy probablemente el año que viene. Difícilmente se podrían encontrar actitudes irreflexivas o puramente electoralistas en el discurso de un jefe del Gobierno de un país que todavía tiene en Irak un contingente militar muy significativo, cumpliendo una destacada misión.
Brown ha insistido en que lo que comparte con Estados Unidos son valores, que están por encima de las contingencias temporales. Tal vez Brown pueda poner el acento en aspectos que hoy están en el primer rango de la preocupación de las sociedades modernas, como el cambio climático, y que no lo estaban hace diez años cuando Blair o el propio Bush estaban empezando sus mandatos. Pero en los aspectos esenciales, el primero de ellos la lucha contra el terrorismo, Brown ha garantizado que su visión y la de la Casa Blanca están en la misma longitud de onda. La sintonía entre Gran Bretaña y Estados Unidos sigue siendo una de las piezas clave de la seguridad de Occidente, y, como se ha demostrado en esta visita de Brown a Camp-David, goza de muy buena salud.

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