Moratinos se apunta al partido del diablo con España bajo amenaza
Luis Miguez Macho
La entrevista del ministro de Asuntos Exteriores con uno de los líderes del grupo terrorista Hezbolá arruina un poco más las relaciones con Estados Unidos, claves para nuestra seguridad.
1 de agosto de 2007. Como tenemos motivos más que suficientes de preocupación con la política interior del actual Gobierno, los medios de comunicación cada vez prestan menos atención a la política exterior. Es algo que no vende entre el gran público, y cualquier profesional de la comunicación puede ratificar que dedicar un programa de radio o un artículo de prensa, sea en papel o electrónica, a la cuestión internacional es asegurarse la deserción de los oyentes o de los lectores.Sin embargo, es mucho lo que nos jugamos fuera de las fronteras. Y no se trata sólo de intereses económicos, cosa que conviene aclarar en un país donde con frecuencia se confunde la proyección exterior con los buenos negocios que las empresas españolas realizan más allá de nuestro territorio, sino del puesto que nos corresponde ocupar en la escena internacional y de la protección de intereses nacionales básicos.Mi opinión sobre la política exterior de José Luis Rodríguez Zapatero la he expuesto repetidas veces en estas páginas electrónicas. Sólo añadiré en esta ocasión que, cada vez que algún hecho relacionado con la misma ocupa los titulares periodísticos, es por tener un carácter que suele oscilar de lo chocante a lo simplemente ridículo.La última hazaña de este tipo es la entrevista del ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Fernández Moratinos con un líder de Hezbolá. Antes de entrar en más profundidades, recordaré que nuestros soldados desplegados en el Líbano sufrieron no hace mucho un atentado con víctimas mortales que, ciertamente, fue condenado por Hezbolá, pero cuyos autores siguen sin conocerse.Para decirlo de la manera más clara posible: la situación en el Líbano y Palestina es lamentable, pero allí no se nos ha perdido nada. En cambio, en la lucha contra el terrorismo internacional sí, puesto que somos un país que sufre la amenaza terrorista, como el ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba nos recuerda un día sí y otro también con una insistencia que tiene algo de excusatio non petita y mucho de macabro, y necesitamos en este terreno de la solidaridad y de la cooperación de los demás países.Todavía más. Si la versión oficial del 11-M es cierta, hemos sido blanco específicamente del terrorismo islamista, con lo que todavía se entienden menos las veleidades conciliadoras de nuestro Gobierno con una rama de aquél. A no ser que se pretenda aplicar a los islamistas la misma receta que a la ETA, y rendirse como modo de que nos perdonen la vida.El estar con el bloque occidental capitaneado por los Estados Unidos para nosotros no es una cuestión de buena o mala política. Es una cuestión de pura supervivencia, y no implica la adhesión a aventuras imperiales más o menos discutibles emprendidas de acuerdo con los intereses geoestratégicos de otras potencias, sino buscar la mejora manera de defendernos contra las amenazas que sufrimos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario