Un asunto interno
01.08.2007 -
La anunciada pretensión del lehendakari y sus socios de Gobierno de impulsar, en el Parlamento autonómico a partir de septiembre, algún tipo de iniciativa política que pretenderían culminar con una consulta a la ciudadanía vasca coincide en el tiempo con el proceso que conducirá al PNV a elegir su nueva dirección el próximo diciembre. Los últimos pasos dados por el presidente del EBB, Josu Jon Imaz, en particular el artículo publicado en este periódico el pasado día 15, revelan que la iniciativa de Juan José Ibarretxe no sólo priva al partido jeltzale del necesario clima de sosiego para decidir su estrategia y liderazgo en los próximos años, sino que ahonda su división. Imaz ha subrayado la inconveniencia de impulsar el referéndum en un momento de renovada amenaza de ETA -ampliada con especial énfasis a los propios peneuvistas- y sin que la fórmula sometida a consideración haya sido previamente acordada por las dos grandes sensibilidades presentes en Euskadi, la nacionalista y la no nacionalista. Además, ha confrontado a los entusiastas promotores de la consulta ante el riesgo cierto de que la banda terrorista trate de poner la iniciativa al servicio de sus propósitos criminales. La situación de división, que podría materializarse en los próximos meses en la presentación de dos candidaturas para dirigir a los jeltzales, no afecta a un partido residual sino a la principal formación política del País Vasco, y volvió a evidenciarse ayer en los discursos con los que Imaz y Egibar celebraron el 112 aniversario de la fundación del PNV. La pretensión de Ibarretxe de resucitar la vía de la consulta traduce las dificultades de aceptación del encaje constitucional de Euskadi en España y muestra la incapacidad de presentar a todos los ciudadanos una fórmula consensuada para avanzar en el autogobierno que pueda además lograr un respaldo mayoritario por los procedimientos establecidos en la Constitución y el Estatuto. Representa un problema pendiente de resolver en el seno del propio partido, y en este punto cabe enmarcar la apelación del presidente del EBB a buscar «soluciones integradoras» dentro de un PNV que no debería caer en la tentación, tan querida para el nacionalismo en su conjunto, de trasladar a toda la sociedad, o a los gobiernos de las instituciones tan trabajosamente construidos desde las elecciones del 27 de mayo, los dilemas que él mismo no es capaz de solventar. La resolución intransferible de esa encrucijada puede configurarse como condición insoslayable para labrar ese nuevo pacto entre vascos y con el Estado que ayer volvió a propugnar el líder peneuvista.
martes, julio 31, 2007
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