viernes, marzo 16, 2007

Xavier Gurrutxaga, Que se comprenda

viernes 16 de marzo de 2007
Que se comprenda
XABIER GURRUTXAGA
El ministro de Interior expresó en el debate parlamentario del pasado martes las razones del Gobierno para acordar el régimen de prisión atenuada para De Juana Chaos. Rubalcaba aprovechó la ocasión que se le ofrecía para desarrollar las razones de peso para una medida tan poco popular -según su expresión- e intentar corregir el déficit de explicación que se le había imputado al Gobierno. Parece que a Zapatero y a Rubalcaba no les preocupa demasiado la campaña orquestada por el PP. Pensarán que la inmensa mayoría del electorado socialista no va a compartir la «hipocresía y la doble moral» de los populares. Sin embargo, es obvio que al ministro se le ve preocupado. Al fin y al cabo el 'caso De Juana' es un ejemplo claro de cómo es posible manipular la opinión pública hasta el punto de generar en ésta un estado de ánimo y unas expectativas que jurídicamente en un Estado de Derecho eran imposibles. Un ejemplo claro de cómo la razón jurídica y también la razón política han estado muy condicionadas por ese estado emocional que con total desenfreno se creó en buena parte de la opinión pública. Esta preocupación la ha venido reflejando el ministro cuando en repetidas ocasiones ha afirmado que el Gobierno sabe que la ciudadanía no comparte la medida de prisión atenuada, pero que por lo menos espera que se comprendan sus razones. La preocupación, lógicamente, no tiene su causa en la mala conciencia por lo actuado, ni en cuestiones de legalidad, como tampoco en la supuesta rendición del Estado ante ETA. Intuyo que es una preocupación por cómo se ha actuado desde distintos poderes del Estado en todo este asunto, creando un auténtico problema, cuando en realidad en sus orígenes, con un clima sosegado, no habría dado más que para un auto de archivo como bien lo entendió el juez Pedraz. Desde el principio, tanto desde los poderes públicos como desde ciertos medios se quiso instrumentalizar la justicia, queriendo hacer prevalecer la 'razón moral' frente a la 'razón jurídico-legal'. No se ha pretendido aplicar el Código Penal a De Juana por los artículos publicados. Lo que se buscó, a toda costa, era evitar la excarcelación tras el cumplimiento de la pena. Esa instrumentalización la inició el propio Gobierno de Zapatero, cuando su ministro de Justicia soltó aquello de que si hace falta fabricaremos un delito. Un error de partida que ha resultado determinante en el devenir del caso y que ha extendido esa 'vis emocional' como una auténtica marea de presión sobre las instancias políticas y judiciales.Sin esa presión emocional, tengo la impresión, formada con argumentos jurídicos, de que el TS no habría observado en los artículos delito alguno, tal y como concluyen dos magistrados de la Sala. El Supremo también sabía que su decisión no iba a ser compartida por la mayoría de los españoles, como tampoco creo que compartan sus razones. Supongo también que en el Supremo hay magistrados que también están preocupados por cómo se ha gestionado este caso. Es decir, preocupados por cómo cada instancia ha ido pasando a la siguiente la patata caliente. Fue el Gobierno quien inició el juego, a sus manos se la han devuelto. Dicho lo anterior, comparto y comprendo la decisión última del Gobierno, en cuanto corrige parcialmente toda una actuación errática.x.gurrutxaga@diario-elcorreo.com

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