miércoles, enero 10, 2007

Dialogar con ETA o derrotara a ETA, ZpM debe elegir

Dialogar con ETA o derrotar a ETA: Zapatero debe elegir
Elsemanaldigital.com

10 de enero de 2007. El "proceso de paz" continúa. Tras el atentado de la banda terrorista ETA en la T-4 de Barajas, que causó dos muertos el pasado 30 de diciembre, había una difusa sensación en la sociedad española de que habría cambios. El camino iniciado oficialmente por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cuando acudió en 2005 al Congreso de los Diputados a solicitar una muy condicionada autorización parlamentaria para tratar con ETA, llevó al "alto el fuego permanente" de la banda el 22 de marzo de 2006. La violencia ininterrumpida de los terroristas, que ha matado a Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate como antes a otros mil más, no lleva a la paz. Objetivamente, no hay proceso, y todas las encuestas señalan que una mayoría de los ciudadanos lo cree así.Sin embargo, ni ETA ni el Gobierno dan por terminado su diálogo. No lo termina el Gobierno, ya que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha estado dos días buscando apoyos parlamentarios menores para que la universal petición de paz vaya acompañada más por la palabra "diálogo" que por la exigencia de justicia. No lo termina Zapatero, que ya advirtió que dentro del proceso, y no como final del mismo, habría "momentos duros", uno de los cuales sería este asesinato. Y no lo liquidan ni ETA ni Batasuna, que coinciden –porque son dos partes de una sola realidad ilegal, y el lunes estaban juntos, para certificarlo, Arnaldo Otegi, Arantxa Santesteban y Rufi Etxeberria–, reclamando a ETA que "mantenga intactos los contenidos y objetivos explicitados en su comunicado del 22 de marzo", en que el proceso y el alto el fuego continúan. Un caso único en la Historia, el de un "alto el fuego" entre un Estado y una banda criminal en el que además los terroristas conservan derecho a la violencia.ETA es una organización marxista-leninista revolucionaria, que dentro de la dialéctica que le es propia no excluye la violencia como instrumento político. Desde el punto de vista de la banda, por tanto, no hay ninguna contradicción entre las negociaciones y los atentados, porque son sólo elementos distintos dentro de un proceso. Una ETA sin violencia es inconcebible, porque es una organización estructuralmente violenta, que sólo dejará de matar cuando consiga sus objetivos, a los que no puede renunciar: la legalización de sus ramas políticas y la liberación de sus pistoleros, la autodeterminación, antes llamada independencia, la territorialidad, es decir Navarra, y, después, la construcción de un Estado socialista. Sólo así terminará la violencia de ETA, y no faltan en el PSOE personas bien formadas en un marxismo-leninismo al menos juvenil perfectamente capaces de entender esta situación.Mientras tanto, el objetivo estratégico de Zapatero es aislar al PP. Con la nueva búsqueda de consenso el presidente del Gobierno no quiere enfrentarse mejor a ETA, sino liquidar formalmente el Pacto Antiterrorista que él mismo sacó adelante con José María Aznar en el poder y obtener el apoyo de muchos, partidos, sindicatos y asociaciones de todo tipo, dejando solo al PP de Mariano Rajoy. A esa política responde la insólita división entre quienes rechazan el terror de ETA; se están convocando manifestaciones y azuzando polémicas para que el PP y la media España que representa la Oposición no puedan estar junto al Gobierno, porque el Gobierno quiere volver a hablar con ETA. Más parece ahora que el PSOE trata de pelear con el PP que con ETA, quizá en busca de crear un clima social lo suficientemente caldeado como para que en futuras elecciones, a cara de perro con los populares, el socialismo salga beneficiado de una alta participación.Con todo, el penoso espectáculo de la división entre los enemigos de ETA es un triunfo anticipado de la banda. Contra ETA sólo sirve la unidad de sus enemigos dentro de la Ley, y el presidente del Gobierno está faltando a sus obligaciones al hacer imposible esa unidad. Llamar unidad a cualquier cosa en la que falte una alternativa que representa a casi diez millones de electores es, tal vez, una más de las eficaces maniobras de imagen de Zapatero. Pero no es lo que nuestra democracia requiere. ETA debe ser derrotada, y no premiada, por cuarenta años de crimen.

No hay comentarios: