1-II-2007
Involución democrática en Iberoamérica
EDITORIAL
La ola democratizadora que recorrió Iberoamérica en las tres últimas décadas del siglo XX ha dado paso a un auténtico huracán dictatorial y ante el que Occidente no puede mirar a otro lado, ni menos aún emitir mensajes equívocos.
El proceso de involución, y no de "profundización democrática" como afirmó la semana pasada Trinidad Jiménez, que viven algunas naciones iberoamericanas, es a fecha de hoy un proceso imparable. Si el martes se produjo el golpe de mano protagonizado por los seguidores del presidente ecuatoriano Rafael Correa, el miércoles la farsa de democracia que viene siendo Venezuela en los últimos años dio su último y definitivo paso hacia la dictadura.
La nueva ampliación de poderes conseguida por Hugo Chávez, la tercera en ocho años, le otorga poderes nunca vistos en el país desde tiempos de la dictadura de Pérez-Jiménez. Entre otras cosas, y en aras del establecimiento del socialismo, a partir de ahora el presidente venezolano podrá nacionalizar y reorganizar la división territorial del país a su antojo, además de decretar reformas tributarias y adaptar las leyes para "asegurar una distribución igualitaria de la riqueza". Este último punto, inaudito en cualquier sistema que se precie de llamarse democrático o simplemente representativo, no debería dejar lugar a dudas sobre lo que a partir de hoy es Venezuela, una dictadura autoritaria y personalista dirigida por un tirano.
Por tanto, no caben ya las medias tintas ni los disfraces. La ola democratizadora que recorrió Iberoamérica en las tres últimas décadas del siglo XX ha dado paso a un auténtico huracán dictatorial que amenaza extenderse a otros países de la región y ante el que Occidente no puede mirar a otro lado, ni menos aún emitir mensajes equívocos. A este respecto, la reacción del director de la inteligencia estadounidense, John Negroponte, que ha declarado que Venezuela constituye la principal amenaza para la seguridad de los Estados Unidos en América Latina, nos parece cabal y acertada, aunque tal vez tardía. Convendría que el Gobierno español tomara nota y adoptara una postura clara a favor de la democracia en vez de hacer lobby a favor del tirano venezolano y otras figuras similares, sea en Iberoamérica o en otros lugares del mundo.
miércoles, enero 31, 2007
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