viernes, enero 26, 2007

Aznar rompe su silencio denunciandoel "apaciguamiento" de ZpM

EN EL HOMENAJE A GREGORIO ORDÓÑEZ
Aznar rompe su silencio denunciando el "apaciguamiento" de ZP
Elsemanaldigital.com
CLARIDAD ANTE TODO
"Cómo se mantiene, a prueba de bombas, un proceso que reafirmará a la banda en la idea de que matar y negociar son dos ingredientes que entran en la misma receta", se preguntó Aznar.

"Es sólo cuestión de dosis y de tiempos para que lo que hoy es un crimen pase a ser considerado un mero accidente" ha asegurado el presidente de FAES tras recibir el premio Gregorio Ordóñez.

27 de enero de 2007. Extenso repaso el que ha dado este viernes el ex presidente del Gobierno a la política antiterrorista llevada a cabo por José Luis Rodríguez Zapatero. José María Aznar ha acudido a San Sebastián para recoger el premio -"por su especial firmeza y compromiso en la lucha contra el terrorismo"- que concede la Fundación Gregorio Ordóñez en su décima edición, en un acto que se ha celebrado en el Kursaal donostiarra –que estuvo abarrotado de gente- y que ha sido conducido por el periodista Carlos Herrera. Antes, a las 17:30 de la tarde, Aznar acudía al cementerio de Polloe para realizar una ofrenda floral al concejal del PP asesinado por ETA en 1995, Gregorio Ordóñez. Junto a él, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, la presidenta del PP vasco, María San Gil, así como la viuda de Ordóñez, Ana Iribar y Teresa Jiménez Becerril, hermana del concejal Alberto Jiménez Becerril, asesinado junto a su esposa, Ascensión García, en Sevilla, en 1998. "Ni se humilló ni se sometió a los agentes del terror"El presidente de FAES inició su intervención con sentidas palabras de recuerdo a Goyo al que calificó de "insistente, sincero, creíble"; un hombre que "trasgredió los límites", "que asumió de manera íntegra y consciente un compromiso, hasta su propia muerte, por el bien de la libertad" y que "se rebeló contra el terror y contra el miedo no sólo por un sentido de justicia que no admitía transacción, sino por dignidad". Fue –siguió- el "elemento subversivo" de un régimen en el que "durante demasiado tiempo se creyó que lo mejor era subcontratar la solución del problema", encomendando la solución a "quien era parte del problema". "¿Os imagináis qué respondería Gregorio si después de las dos nuevas víctimas del atentado de Barajas le dijeran que se había quedado sólo?", pregunta ésta que se hizo Aznar para hilar un discurso muy duro y crítico contra el Gobierno socialista. Para el ex jefe del Ejecutivo, el único final "aceptable" del terrorismo es "su derrota", pero "desgraciadamente" –siguió- la "levedad" y el "radicalismo" del Ejecutivo de Zapatero, se ha dejado sentir en que "primero destruyen acuerdos, instituciones, leyes, y marcos de organización que han demostrado eficacia y capacidad de concitar adhesión; y luego los sustituye por sucedáneos que solo se justifican dentro de un proyecto sectario y excluyente", dijo. El Pacto Anti-ETA: "Eficaz y comprobado"Aznar aludió al Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo firmado con el PSOE cuando él era presidente del Gobierno que va a ser sustituido –dijo- por un "supuesto consenso de mínimos", cuyo objetivo no será la "derrota de ETA" sino "cómo se mantiene, a prueba de bombas, un proceso que reafirmará a la banda en la idea de que matar y negociar son dos ingredientes que entran en la misma receta. Es sólo cuestión de dosis y de tiempos para que lo que hoy es un crimen pase a ser considerado un mero accidente", dijo en alusión al lapsus de Zapatero cuando calificó el atentado de "accidente". Por todo ello, Aznar se pregunta si "es razonable a estas alturas un consenso que no apoye la Ley de Partidos", o a costa de "estar dispuestos los integrantes de esos acuerdos a activar todos los resortes internacionales contra ETA-Batasuna". La realidad para el ex presidente es que la política antiterrorista "no se puede hacer a base de dibujos tan alejados de la realidad, ni de entretenidos temas de tertulia", como tampoco se puede esperar nada de "un Estado que no confirma su fuerza y voluntad de prevalecer sino que manifiesta su debilidad". Es lo que Aznar denomina "la lógica perversa del apaciguamiento, del chantajista que sigue exigiendo el pago, no porque la víctima no pague sino porque ha empezado a pagar". Es la diferencia que existe, a su juicio, con la política del Pacto y la Ley de Partidos que negaba "precio político alguno". Y todo, "¿para qué?" –se pregunta el ex presidente- "¿Para que el Gobierno y el PSOE vuelvan a entenderse con los que no han querido ni quieren la derrota de ETA? ¿Para volver a entenderse con los que pactaron con ETA en Estella echarles de la vida pública en el País Vasco? ¿Para volver a entenderse con los que se han opuesto y se oponen a todos y cada uno de los instrumentos más eficaces del Estado de Derecho contra el terrorismo? ¿Para volver a entenderse con los que deslegitiman, precisamente, al Estado que tiene que asegurar la libertad de sus ciudadanos? ¿Para volver a entenderse con los que dicen querer la paz pero alimentan su poder y su libertad excluyente con la falta de libertad de sus conciudadanos?". "Andan rebuscando frases mías"Aznar también quiso responder con precisión a las alusiones a su persona que viene haciendo el PSOE y el Gobierno: "Ahora andan algunos rebuscando frases mías pronunciadas tras el final de la tregua de 1999. Creo que dije que haría todo lo posible para buscar los caminos que nos conduzcan a una paz definitiva. Y eso es justamente lo que hice. Fue justamente esa política, la de la ilegalización de Batasuna y la del cumplimiento total y efectivo de las penas, la que sabía que nos conduciría a una paz definitiva", afirmó. Pese a todo, se mostró convencido de que la solidez de "nuestras posiciones" será "determinante para evitar que el aventurerismo arrastre al conjunto de las instituciones del Estado hacia una crisis generalizada en los instrumentos básicos del Estado de Derecho y de la organización territorial", dijo, para terminar con su particular "credo", en el que ETA "puede ser derrotada", sin "impunidad jurídica, ni política, ni social para los terroristas y sus cómplices". Aznar afirmó que "no se deben negociar treguas con una organización terrorista", que "es preciso quitarle a ETA la llave de la solución dialogada", que "un Gobierno puede y debe explicar sus actos, pero no reivindicar sus errores como un derecho; y creo que hay errores que cuando se insiste en cometerlos son inexcusables, y son además la expresión del miedo y de la cobardía". Cree en definitiva Aznar que "nunca, jamás, se debe unir el final del terrorismo con una negociación política bajo ningún nombre, y que debería quedar claro a los terroristas que no verán otra mesa que aquella en la que depositen sus armas"; y cree en las víctimas "ajenas a la tentación de la venganza, y que constituyen un ejemplo de confianza en el Estado de Derecho y un imperativo de justicia que nos compromete a todos", aseguró para terminar.

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