España directo

España directo
Santi Lucas

31 de enero de 2007. La ínclita Carmen Caffarel ha dejado RTVE plagada de minas y pesados lastres. Su sucesor, un tal Fernández, deberá emplearse a fondo en desactivarlas antes de que exploten, aunque confirmar en sus puestos a los responsables de programas e informativos de Televisión Española (Pablo Carrasco y Fran Llorente) no haya sido el medio más eficaz de empezar a neutralizar la voladura de la cadena pública.Una de las trampas menos disimuladas que ha dejado Caffarel en antena, como parte de su nefasta herencia, se llama España directo. No es un espacio más, como tantos otros en los últimos tiempos, que se haya entregado al negocio de las productoras privadas. Es el emblema de un proyecto audiovisual que ha desembocado en la peor crisis de la historia de RTVE. Con España directo y del mismo y único golpe se logra un mal producto, realizado con una atroz penuria, que en su codicia comercial desprecia a los excelentes profesionales de los Centros Territoriales de TVE y que ha abierto de par en par la puerta a las productoras privadas en el terreno informativo, algo que legalmente RTVE no puede nunca transferir. Cuando se consume el cese previsto de la mitad de la plantilla, la ocupación del espacio vacante en todos los géneros por parte de las productoras privadas será inevitable para poder sostener en pie el servicio aunque este sea residual.La idea de España directo, fusilada de las cadenas autonómicas, se basa en una ensalada de reportajes diarios (incluido el domingo) emitidos desde toda la geografía hispana y seleccionados, normalmente, entre las cosas menos interesantes y oportunas que ocurren, y todo ello a partir de una lamentable puesta en escena. Los trabajadores de TVE se muerden las uñas impotentes ante este potaje insulso y mal hecho salido de la factoría Caffarel mientras ellos hacen fila en la atestada oficina de la prejubilación instalada en Prado del Rey.Es indiferente que tenga más o menos audiencia. La clave está en que la información no puede contratarse fuera de RTVE rehuyendo la responsabilidad del contenido y que las hechuras de este programa serían mucho más dignas si las cortasen los que saben hacerlo, los que las han hecho antes con plenas garantías y ahora se les ignora sin ningún recato.