domingo, enero 28, 2007

Alvaro Sanchez, Bandas juveniles

lunes 29 de enero de 2007
Bandas juveniles
ÁLVARO SÁNCHEZ/POR ANDRÉS MONTERO GÓMEZPSICÓLOGO Y EXPERTO EN VIOLENCIA POR FABIÁN MOHEDANOPRESIDENTE DEL CONSEJO DE LA JUVENTUD DE BARCELONA
La primera vez que los Latin Kings acudieron al Casal d'Associacions Juvenils de Barcelona, equipamiento municipal gestionado por el Consell de la Joventut de Barcelona (CJB) en convenio con el Ajuntament de Barcelona, nuestra reacción fue más cercana al recelo que a la confianza y a la voluntad de trabajar conjuntamente. Seguramente se debió al hecho de que la prensa tiene una capacidad de crear opinión de la que, a veces -creo- no es plenamente consciente. Fue precisamente esa opinión creada lo que nos asustó: Si el CJB promueve, entre otros, los valores de la paz..., ¿podían ser los Latin Kings usuarios o incluso miembros activos del centro?De todo el proceso que se derivó de este primer acercamiento queremos destacar lo siguiente: el hecho de que los Latin Kings aterrizaran en el Casal y no, por ejemplo, en un centro cívico, fue determinante para que todo terminara bien. ¿Se imaginan a estos jóvenes reunidos en una sala al lado de las abuelas que hacen esmaltes en un centro cívico? ¿Hubiera terminado la historia igual? Me anticipo yo mismo a la respuesta: no. Con esta afirmación tan tajante no pretendemos ponernos medallas, sino constatar que hacen falta equipamientos destinados a los jóvenes en los que puedan desarrollar actividades en un ambiente ajustado a su forma de ser y de actuar.Sin duda, el momento en el que el CJB optó por abrir la puerta a este colectivo fue el más importante del proceso de legalización de los Latin Kings como asociación. Pero este camino no acaba aquí. La 'Organización Cultural de Reyes y Reinas Latinos de Catalunya' ya se ha constituido: ahora tiene que dar un paso más. Deben entender que, en Catalunya, el tejido asociativo es muy fuerte y que gracias a la elevada participación de los ciudadanos y ciudadanas se construye una sociedad más justa y equitativa para todos. Tienen que entender que las demandas de los jóvenes latinos (trabajo, vivienda, reconocimiento social...) no se alejan demasiado de las demandas de los jóvenes 'de aquí'. Han de asumir que más de 25 años de trabajo interasociativo no son en balde y que el CJB es, como se ha reiterado ya en algunas ocasiones, la plataforma donde pueden expresar todas estas reivindicaciones conjuntamente con el resto de las asociaciones juveniles de la ciudad de Barcelona. Como dijo el padre Barrios, conocido mediador y referente para diversos grupos de jóvenes latinos de todo el mundo: «lo opuesto de la exclusión no es la inclusión, es la participación».www.cjb.org El pensamiento de que los fenómenos de bandas pueden desactivarse nada más que con mayor presencia policial es insustancial. Considerar que las bandas juveniles son un producto exclusivo de un déficit en los procesos de integración de los inmigrantes es absurdo. Las bandas juveniles latinas ni son un problema de orden público ni de alternativas de integración, sino de socialización extrasistema. Ni siquiera antisistema, sino extrasistema, ajena al sistema.Las bandas compuestas por jóvenes latinos no son ni las primeras en asentarse ni las más violentas, ni desde luego las más originales. Antes de su llegada, ya existían en la mayoría de los grandes núcleos urbanos bandas de jóvenes con estética particular, con lenguaje singular, con comportamiento de rebaño, con códigos secretos, con un componente de dominación territorial, empapadas de algún tipo de pseudoideología mítica, jerarquizadas y que hacían uso de la violencia tanto hacia el interior de la banda como hacia el exterior. Las bandas neonazis y las diversas ramificaciones de los grupos skin han proliferado en nuestras comunidades con índices de actividad variable. La única novedad del fenómeno en torno a los grupos latinos es que los jóvenes que los colorean son inmigrantes, ecuatorianos y dominicanos esencialmente.El problema de las bandas no es su constitución en sí, sino que sean violentas. La violencia siempre es la materialización de la intención de imponerse al otro por la fuerza. La diferencia entre bandas neonazis y bandas latinas es que las primeras quieren subvertir el sistema mientras que las segundas pretenden funcionar ajenas a un entramado social al que sólo se acercan para trasgredirlo y obtener un beneficio por la fuerza. Las bandas latinas proceden de experiencias fallidas de socialización, del choque identitario de jóvenes que provienen de medios culturales donde las estructuras del Estado son prácticamente inexistentes, que se encuentran con un medio ambiente nuevo al que tienen que adaptarse sin poseer los recursos necesarios. Y la estructuración de las grandes ciudades en grandes periferias urbanas no es un generador, sino un facilitador de este fenómeno de desintegración social. Las soluciones van a resultar de la combinación de una rigurosa aplicación de la ley con la facilitación de la integración desde las corporaciones locales. Hay que promover recursos de adaptación mediante el tejido asociativo, rediseñar los barrios periféricos con parámetros de seguridad urbana, endurecer las penas por delitos violentos e introducir la dispersión de presos de bandas latinas. Y no dramatizar porque el color del pandillero esta vez sea oscuro y al ritmo de 'hip-hop' en vez de blanco al ritmo de 'heil Hitler'.

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