sábado, enero 27, 2007

Luis Pousa, Tambien necesita tiempo

sabado 27 de enero de 2007
LUIS POUSA
CELTAS SIN FILTRO
También necesita tiempo
Durante dieciséis años, muchos de los problemas que ahora empiezan a aflorar en el sistema sanitario gallego, algunos con inusitada fuerza, permanecieron semiocultos. Y los que lograban pasar las barreras de sombra, impuestas por los dirigentes públicos, se planteaban al modo de que el debate político subsiguiente quedase viciado por una inagotable guerra de cifras, en la que el más tonto de la clase lo mismo hacía balas que flores con las ratios. Por cierto, el anglicismo, profusamente adoptado por los gestores sanitarios, se las trae.
Al no conseguir silenciar completamente a los medios de comunicación, el aparato del sistema se defendía mediante una exasperante mezcolanza de datos. Indescifrable ésta, en sus múltiples signficados, para una sociedad poco entrenada en manejar la carne de la estadística sanitaria, pero cuyas relaciones con el personal sanitario, sobre todo con los médicos, oscilan, sólo en ocasiones muy extremas, entre el amor y el odio, pero, en general, resultan cordiales y respetuosas.
Paradójicamente, las mismas tretas que antes utilizaban quienes estaban en el Gobierno, las usan ahora desde la oposición, dándole la vuelta al calcetín. Con tanto descaro, que no tienen el más mínimo decoro de conciencia, dejémoslo ahí, en endilgarle sus viejos errores a los nuevos inquilinos. Que los otros hiciesen igual que hacían sus antecesores carecería de sentido.
Cierto, pues, que la guerra de cifras continúa, si bien, y el matiz es clave para entender lo que pasa, no tanto por razones de confrontación de políticas sanitarias como por argucias tácticas de pura y dura confrontación partidista. Con lo cual da la impresión de que lo que buscan los populares es no entrar en las cuestiones de fondo ni ir a la raíz de los problemas. Puro tacticismo.
Desde luego, la matriz de las causas que provocan las listas de espera es much0 más compleja que el simplismo con el que se manipulan unas estadísticas. Y por aquí empiezan las diferencias entre el pasado, el presente y el futuro. Por primera vez en varios lustros mana libre la información sobre la situación en que se encuentra la sanidad pública. Los colectivos con problemas los pubilicitan. Paso previo que era preciso dar para que, a continuación, puedan estudiarse los casos y arbitrarse las soluciones.
Sin menospreciar la ciencia y la tecnología, ni los equipamientos y las infraestructuras, el recurso más valioso de un sistema sanitario moderno es su capital humano. Por eso mismo no es de recibo el grado de precarización laboral que, durante muchos años, sufrió el personal sanitario gallego. Una de las consecuencias de esa precariedad fue que cientos de los afectados emigrasen a otros países. Por ejemplo, a Portugal. Y, en cambio, Galicia sea hoy deficitaria en especialistas.
Lo anterior guarda, además, relación con cuestiones como la demografía, los cambios en las llamadas enfermedades prevalentes, el hecho innegable de que el ciudadano acude cada vez más al médico y su preocupación por la salud lejos de remitir va en aumento, y el número de médicos que la universidad está en condiciones de aportar cada año.
Ninguna de esas cosas se improvisa, y por ahí debe empezar el cambio que necesita el sistema sanitario gallego para ser eficiente en todos los sentidos. Pero también necesita tiempo, porque sin tiempo no hay marea.

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