HACIENDO RUIDO CON SU PROCESAMIENTO
Temor en La Moncloa a que Ibarretxe recupere terreno respecto a Imaz
Elsemanaldigital.com
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Durante la tregua de ETA el Gobierno encontró en el presidente del PNV un interlocutor con el que se siente a gusto, sobre todo con la deriva radical del lendakari.
1 de febrero de 2007. El Palacio de La Moncloa sigue sin tener dudas. Su interlocutor en el PNV no es otro que el presidente del partido, Josu Jon Imaz, a quien desde el PSOE no tienen ningún reparo en alabar tras las conversaciones mantenidas con él en los últimos meses. Un protagonismo que, sin embargo, ni La Moncloa ni Ferraz pretenden dar al lendakari, Juan José Ibarretxe, a pesar de que éste ha vuelto a ganar protagonismo con su motín contra los Tribunales de Justicia y ha sabido mantener unida, prietas las filas, alta la moral, a la tropa nacionalista, con la manifestación del pasado lunes en Bilbao y la concentración del miércoles a las puertas de los tribunales.El caso es que La Moncloa trabaja con la hipótesis de que Ibarretxe ha vuelto a saltar al ruedo, recuperando parte de su liderazgo perdido, e Imaz corre un serio riesgo de ver reducida su labor a ir tras él. Algo que, evidentemente, no entusiasma en el entorno del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Así lo ha podido constatar Elsemanaldigital.com en fuentes que coinciden en señalar el papel "claramente secundario que le está tocando jugar en estos momentos" al presidente del PNV.Es el indicio de que en La Moncloa van a desmelenarse en defensa de un Imaz que, por cierto, ha vuelto a recordar entre llamamientos a la movilización el santo y seña del nacionalismo: "El objetivo del PNV es ser dueños de nosotros mismos y no someternos a nadie". Todo un aviso para navegantes desorientados... y, sin embargo, en el entorno del presidente del Gobierno se considera necesario que Zapatero reciba en breve a Imaz. Según las fuentes consultadas, el jefe del Ejecutivo reforzaría con dicho encuentro el liderazgo interno en el nacionalismo vasco de Josu Jon Imaz en un momento en el que éste puede verse cuestionado por el "ala dura" del PNV.Sabido es que la apuesta personal de Zapatero es "cerca del PNV, lejos del PP". Vuelta, pues, a posiciones fallidas en el pasado. "No seremos la tabla de salvación del PNV", dijo siempre Nicolás Redondo Terreros. Pero a Redondo Terreros se lo cargaron los suyos, caballos sin memoria que no se acuerdan de lo ocurrido en la valla anterior cuando se disponen a saltar la próxima. Recordemos: oxígeno socialista al PNV cuando Xabier Arzalluz y Carlos Garaikoetxea lo partieron en dos en el 86. Desenganche en el 97 cuando, después del asesinato de Miguel Ángel Blanco, los socialistas detectaron la deriva soberanista y los cadáveres de algunos compañeros aparecieron bajo la manta.Y de nuevo, al cabo de los años, oxígeno del socialismo al PNV, ahora que el "proceso" ha volado con el aparcamiento de la T-4 de Barajas. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha descubierto que la marca del demonio la lleva el líder del PP, Mariano Rajoy, no quienes asesinan en nombre de la patria vasca o quienes en nombre de la patria vasca gobiernan en Vitoria. Así pues, Zapatero persiste en su volantazo.
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