martes, enero 30, 2007

Ignacio Villa, Preceso de rendicion, toma dos

miercoles 31 de enero de 2007
Zapatero
Proceso de rendición, toma dos
Ignacio Villa

Mientras se prestan a hacerle carantoñas al mayor asesino en serie de ETA, no hemos escuchado a ningún dirigente socialista condenar con claridad la profanación de la tumba de Gregorio Ordóñez el pasado fin de semana.

El respaldo que el presidente del Gobierno ha dado a Ibarretxe es la demostración palpable de la verdadera estrategia del Gobierno. Zapatero ha justificado la actitud del lehendakari y de todo el Partido Nacionalista Vasco en su feroz acoso al poder judicial. La manifestación que el lunes recorrió las calles de Bilbao en protesta por la citación a Ibarretxe de la Justicia por reunirse con el batasuno Otegi le parece al presidente del Gobierno respetable y respetuosa. Algo que deja a Zapatero en el lugar que le corresponde.
Después del atentado de Barajas, Zapatero ha vuelto a las andadas. Nadie debería haberlo dudado, pero muchos lo hicieron. Sin embargo, ya no quedan excusas con las que taparse los ojos. El presidente está poniendo de nuevo en marcha el proceso de rendición y lo está haciendo de la mano del nacionalismo vasco. Por eso todas las iniciativas del PNV y del Gobierno de Vitoria van a contar con el apoyo de Zapatero y los suyos. No sólo hemos podido comprobarlo con ese respaldo a Ibarretxe, sino también con la decisión de los socialistas vascos de aceptar debatir una moción de los batasunos de las tierras vascas sobre la excarcelación del terrorista De Juana Chaos.
Mientras se prestan a hacerle carantoñas al mayor asesino en serie de ETA, no hemos escuchado a ningún dirigente socialista condenar con claridad la profanación de la tumba de Gregorio Ordóñez el pasado fin de semana. Ni Blanco, ni Zapatero, ni López Garrido han mostrado públicamente su repulsa por esa barbaridad del terrorismo etarra. Claro que tampoco han pedido disculpas todavía sobre los insultos y las descalificaciones que dedicaron a un enfermo de polio que asistió a una manifestación de las víctimas del terrorismo.
Zapatero está en lo que está. Por un lado se dedica a fabricar un falso consenso parlamentario sin el Partido Popular con el objetivo de dinamitar el Pacto Antiterrorista y, por otro, articulan una estrategia conjunta con el Partido Nacionalista Vasco para volver a la senda de la rendición. Y la primera posta de ese camino es pasar página del atentado de Barajas. Para el presidente del Gobierno la bomba y los muertos no son más que una mala pesadilla del pasado. La prueba más evidente es precisamente que este martes, el día en que se cumplía un mes del atentado de Barajas, Zapatero no ha dedicado ni dos palabras en su rueda de prensa a las víctimas mortales de ese atentado etarra.
Lo lamentable es que ya nada relacionado con esto nos sorprenda, ni en el terreno político ni en el judicial. Ni siquiera el auto de Garzón del pasado viernes en el que afirmaba que Arnaldo Otegi actuaba como miembro de la "izquierda abertzale", concepto poco jurídico donde los haya, no como portavoz de la ilegalizada Batasuna. Volvemos a la pirueta dialéctica, a la mentira, a la trapisonda. Y de todas esas cosas, que nadie se engañe, Zapatero es el principal impulsor.

No hay comentarios: