lunes, enero 29, 2007

Presion inaceptable del nacionalismo vasco a los jueces

Presión inaceptable del nacionalismo vasco a los jueces
Elsemanaldigital.com

30 de enero de 2007. Ayer lunes a última hora de la tarde tuvo lugar en Bilbao una manifestación convocada por el Tripartito vasco y los nacionalistas de Aralar, bajo el lema "En defensa de nuestras instituciones". Esta convocatoria se desarrolló sin incidentes a dos días de que el lendakari del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, tenga que presentarse a declarar imputado ante el Tribunal Superior de Justicia vasco por reunirse el 19 de abril de 2006 con dirigentes de Batasuna. El nacionalismo vasco democrático y la izquierda de IU-EB echó ayer el resto y miles de personas llenaron con éxito las calles de la capital vizcaína para escuchar las palabras finales de los dos ex presidentes, los nacionalistas Carlos Garaikoetxea y José Antonio Ardanza.PNV, EA, EB y Aralar han permanecido durante dos años casi al margen de las conversaciones y negociaciones que el PSOE y el Gobierno de Zapatero han mantenido con ETA y con Batasuna. La coalición que actualmente gobierna el País Vasco, con su bagaje de votos y de escaños, se ha sentido incluso postergada por el posible entendimiento directo entre Zapatero y la banda. A partir del brutal atentado terrorista del 30 de diciembre en la T-4 de Barajas, que incluyó dos asesinatos, el presidente del Gobierno ha tendido puentes hacia el nacionalismo no terrorista, en un intento de hacer más sólida su postura política. Ayer esos nuevos interlocutores, aparentemente privilegiados en La Moncloa como el PNV que preside Josu Jon Imaz, quisieron hacerse sentir en la calle. Si alguien quiere que el "proceso" prosiga tendrá que contar con ellos.Pero no debe olvidarse el motivo de la manifestación: los aliados presentes y futuros de Zapatero se manifestaron ayer contra las leyes y contra los jueces que las aplican, en una presión inconcebible, ya que Ibarretxe está acusado penalmente de "cooperación necesaria" en un delito de desobediencia cometido por los batasunos Arnaldo Otegi, Pernando Barrena y Juan José Petrikorena. Incluso si el PNV no está de acuerdo con la Ley de Partidos, con el Código Penal o con la misma Constitución no puede eximirse de su cumplimiento y no puede reprochar a los Tribunales que cumplan con su deber institucional. Si se demuestra que Ibarretxe cometió un delito tipificado deberá pagar por él, ya que en otro caso podría darse por roto el Estado de Derecho, cuyos fundamentos se basan en que nadie está al margen de la Ley, tampoco los políticos.Incluso si la posición política de PNV, EA, EB y Aralar es ahora más cercana a la de Zapatero, o si el presidente tiene necesidad de ellos para su política, las leyes en vigor deben ser respetadas y aplicadas. Ayer lo que se aplaudió es la presunta comisión de un delito, y lo que se solicitó en definitiva fue la irresponsabilidad legal de los representantes políticos, y eso no debería ser moneda común en una democracia.La manifestación de ayer en Bilbao, a la que seguirá dentro de dos días una concentración convocada por el nacionalismo vasco ante el Tribunal al que deberá acudir el lendakari, es un signo de anormalidad institucional, porque los políticos deben cumplir incluso las leyes que no han votado. No es menos cierto que Zapatero debería reflexionar sobre la posición de su propio partido, ya que los dirigentes del PSE Patxi López y Jesús Eguiguren –entre otros- han hecho pública su participación en reuniones y negociaciones con Batasuna que tal vez algún Tribunal considere que violan a su vez alguna de las leyes del Estado. Que están, sin duda, para ser cumplidas.

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