GARGANTA PROFUNDA
En Ferraz, hundidos: Sebastián no alcanza ni la popularidad de Trini
Elsemanaldigital.com
Los nervios están a flor de piel en el cuartel general del PSOE. Su "candidato star" no arranca, no despierta pasiones. El batacazo electoral se vislumbra en el horizonte.
1 de febrero de 2007. Las elecciones municipales y autonómicas están a la vuelta de la esquina. A sólo cuatro meses para la cita con las urnas, el candidato del PSOE a la alcaldía de Madrid, Miguel Sebastián, no ha podido tener peores noticias que las recibidas de Ferraz. No escapa a nadie en la sede socialista que la última apuesta personal del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no atraviesa un buen momento. En el cuartel general socialista se alegan un buen número de razones -en privado, eso sí- ante Garganta Profunda para explicarlo, pero esencialmente el motivo es uno. A estas alturas, la popularidad de Miguel Sebastián mejora, pero no alcanza aún, ni por asomo, la que tenía entre los madrileños su predecesora en el cargo, Trinidad Jiménez. Y claro está, algunos tiran de cifras y se van poniendo en lo peor. No en vano, "Trini" cosechó hace cuatro años una estruendosa derrota ante el popular Alberto Ruiz-Gallardón en su duelo por la alcaldía de Madrid.En Ferraz se respira aflicción a raudales. El hecho de que el "candidato star" sea incapaz de batir en popularidad a su antecesora muestra hasta qué punto su designación puede pasar factura al partido. La consecuencia más inmediata en el cuartel general del PSOE, nervios aparte, ha sido el encargo de nuevos sondeos que incluirán intención de voto, además de la valoración de Sebastián. Será una prueba de algodón para el otrora asesor áulico de Zapatero porque puede acarrear una mayor desmotivación en el socialismo. Sólo un milagro, en efecto, podría salvar la carrera política de Miguel Sebastián. "Es que cada vez que Miguel abre la boca, perdemos votos", sostienen fuentes socialistas, cuya pobre performance se achaca a su condición de neófito. Casi nada. Y si a ello se suma las ganas que le tiene la poderosa corriente guerrista del PSM, además de todos los excluidos de la candidatura, las posibilidades de triunfo de Sebastián disminuyen, frente a la caballería de un Ruiz-Gallardón, que todavía no ha enseñado los dientes.
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