lunes 29 de enero de 2007
Paso decidido hacia el futuro
El brazo político del Ejército Republicano Irlandés, el Sinn Fein, acordó ayer en una decisión crucial dar su apoyo a la Policía norirlandesa de Ulster. Tan importante era el resultado de la votación del congreso extraordinario que celebraban los republicanos en Dublín que su líder, Gerry Adams, sentenciaba solemnemente ante los periodistas que «la guerra ha acabado, y si ha acabado tenemos que construir la paz». Y aunque es posible que sea pronto para mensajes de ese calado, sí es cierto que el paso dado abre las puertas a la posibilidad de que republicanos y unionistas formen un Ejecutivo autónomo en los plazos previstos en el acuerdo de Saint Andrews; lo que reactivaría el proceso político iniciado en Stormont un histórico Viernes Santo de 1998.Para llegar a este punto, todos los sectores implicados han conseguido respetar parte de sus principios pero dejando al tiempo que el proceso mantuviese el suficiente pulso como para no hacer desistir definitivamente al otro en su empeño de llegar a un punto de encuentro. Así, el Gobierno de Londres, aunque no abandonará su deber de mantener activos los servicios secretos antiterroristas, accede a que el día a día de la acción policial pueda tener una supervisión multipartita, llegando al extremo de divulgar un delicado informe en el que se probaba la connivencia entre grupos paramilitares unionistas y la Policía norirlandesa, el Royal Ulster Constabulary. El reconocimiento de este cuerpo policial por los republicanos del Sinn Fein era uno de los pilares sobre los que el siempre polémico Ian Paisley, jefe del partido más votado y próximo primer ministro del Gobierno autónomo, había hecho depender cualquier avance hacia la restauración del régimen de autonomía de la provincia británica. Pero el reverendo protestante supo también aumentar su presión cuando todo indicaba que Gerry Adams había cocinado ya entre bastidores la aprobación de tan importante decisión. Por su parte, el liderazgo demostrado por Adams y su irrefutable argumento de que es imposible ser un partido de Gobierno socialmente útil si no se trabaja con la Policía y los jueces, ha conseguido arrancar incluso a los más reacios veteranos del IRA su voto afirmativo. Ahora, salvo improbables contratiempos de última hora, las partes cumplirán a tiempo con todas las especificaciones del calendario anunciado en su día por Londres y Dublín como última oportunidad para recuperar la normalidad institucional. Finalmente, la extendida convicción de que el proceso había arraigado socialmente y era inútil volver a las armas y el terror se ha demostrado correcta. Algo, desafortunadamente, muy diferente a la experiencia española, donde ETA, el último grupo terrorista en activo que queda en Europa, y la izquierda abertzale han descarrilado una vez más las esperanzas de paz de todo un país.
domingo, enero 28, 2007
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