viernes, enero 26, 2007

Tontia Etxarri, Ahora, los jueces vascos

sabado 27 de enero de 2007
Ahora, los jueces vascos
TONIA ETXARRI t.etxarri@diario-elcorreo.com

La decisión de la Audiencia Nacional sobre el destino inmediato del preso De Juana Chaos les pilló a los socios y amigos del lehendakari Ibarretxe en plenos preparativos de la manifestación del lunes en Bilbao. Una movilización concebida para presionar a los magistrados del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco que han tenido el 'atrevimiento' de admitir la querella contra el presidente del Gobierno vasco por haberse reunido con el portavoz de la ilegalizada Batasuna, con luz, taquígrafos, focos y propaganda en un momento político en el que la Ley de Partidos era considerada algo más que «un papelito».Todavía no se ha apagado el fuego desatado por la decisión de los doce jueces (en el caso de que los cuatro magistrados discrepantes de la mayoría hubieran logrado imponer su criterio ¿de quién se habría dicho que eran sumisos?) cuando los magistrados vascos vuelven a sentirse el centro de las miradas. No sólo porque se saben objetivo de ETA sino porque los amigos de Ibarretxe volverán a protagonizar esa imagen de presión al pie de las escalinatas del Palacio de Justicia de Bilbao. Una escena tan familiar para Arzalluz o Atutxa. Una actitud, la de adhesión inquebrantable con el lehendakari, de la que ya pudo disfrutar, y padecer las consecuencias de aquel inmenso error, el propio Ibarretxe cuando asistía a la manifestación de duelo por el asesinato de Fernando Buesa. Pero el Gobierno vasco está convencido de que el 'caso Ibarretxe' es un ataque a toda la sociedad vasca (un concepto patrimonialista tan propio del nacionalismo) y no hay quien le saque de esa casilla. Y en vez de mostrar su respeto por la institución de la judicatura, recurriendo como es normal, utilizan la calle. No es que sean tiempo idóneos para «exhibir músculo como el Play Boy playero», una estampa de la que abominaba el lehendakari, pero seguro que contribuye a tensar un poco más el ambiente. Quedan unos días para la comparecencia del lehendakari como imputado de un presunto delito de desobediencia y el presidente del Tribunal Superior, Fernando Ruiz Piñeiro, va a tener que sacar el paraguas y no precisamente por el temporal de nieve. La maquinaria nacionalista tiene muchos resortes para la objeción a las normas cuando no le son favorables. El PNV de Imaz con el que tan bien se está entendiendo el presidente Zapatero habla de «un desafío de una parte del Poder Judicial» contra las instituciones vascas. Qué peligroso resulta plantear la división, también, entre las instituciones democráticas a las que, por cierto, siempre ha querido destruir ETA. Tiene razón la vicepresidenta De la Vega al señalar que la imparcialidad de los jueces debe mantenerse siempre. Con las decisiones judiciales que gustan y con las que no. Una actitud tan impecable, por democrática, que no suelen mantener en nuestro Gobierno vasco.

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