sabado 12 de mayo de 2007
Voto al Bien Común, ingenuamente
Joan Pla
L A número dos del socialismo balear, Francina Armengol ha declarado en un foro de "El Mundo-El Día de Baleares" que ella no se presenta a las elecciones del 27 de mayo próximo para ganar dinero, sino para servir. Muchos comentaristas locales han dado en afirmar que la frase de Francina Armengol era una indirecta directísima, como un torpedo letal, a la línea de flotación de determinados políticos mallorquines, menorquines e ibicencos que, durante los últimos años, han hecho su agosto, enriqueciéndose inmensa e ignominiosamente. Tres o cuatro, no más, pero notorios y de sobrado renombre. Yo quiero creer que Francina, que aún no ha cumplido 36 años y que es farmacéutica de carrera, habla con el corazón en la mano y dice su verdad, cuando afirma que sólo se presenta a las elecciones para servir. Son cuatro las mujeres que aspiran a la presidencia del Consell de Mallorca, que es la institución que gobierna en todos los ayuntamientos de la isla. Representan a cuatro partidos diferentes, pero las cuatro saben que el citado Consell es un centro importante de Poder. A su actual presidenta, que también forma parte del cuarteto aspirante, le ha dedicado Román Piña Valls un libro, en cuyo título se afirma que "A María Antònia Munar se le pudren los visones". Tiene fama de haberse enriquecido y de haber enriquecido a sus más directos colaboradores. Las otras tres prometen abrir la ventana y renovar el aire de la Institución. Dios las oiga y Dios las ampare… Digo yo en uno de mis tres artículos semanales que lo ideal sería que todos los votantes prometiésemos en conciencia que nuestro voto era para servir a los que más y mejor procurasen el bien común de nuestro pueblo, de nuestra nación. No obstante, mucho me temo que la inmensa mayoría de los que votan a un determinado partido lo hacen pensando y creyendo única y exclusivamente que, si gana el que se llevó su voto, se mantendrán intactas sus bicocas, aumentarán sus beneficios, florecerán sus negocios particulares, etc, y lo hacen también pensando y creyendo que, si gana el partido al que no han votado, perderán cargos, menguarán sus ganancias, tendrán que ceder su poltrona a otros colegas y convecinos. Lo ideal sería, repito, que votase todo el mundo a favor del Bien Común y le importasen un rábano las siglas del partido triunfador. Mucho me temo que eso no lo veremos, ni tú ni yo en esta tierra, querido lector…
viernes, mayo 11, 2007
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