Surface o los ordenadores para el futuro
José Luis Barceló
SURFACE
El Surface es una gran pantalla táctil con todos los contenidos posibles que puedan imaginarse en un ordenador, por lo que sus posibilidades son infinitas.
TECLADO VIRTUAL
Otra de las grandes aplicaciones para el futuro son los teclados virtuales, integrados con pequeños leds en Palms, teléfonos móviles, PDAs, Blackberries, miniportátiles y todo tipo de aparatos de comunicación o información.
1 de junio de 2007. El desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación abre nuevas puertas en numerosas aplicaciones. La potencia y la tecnología dejan paso a las aplicaciones y los contenidos y vemos que tecnologías diversas confluyen en ánimos nuevos y novedosos: teléfono, conexiones potentes, televisión por cable o digital y telefonía móvil convergen en una sola aplicación con posibilidades infinitas.Hace poco publicaba en este mismo espacio una columna sobre las posibles aplicaciones de los teclados virtuales, integrados en PCs portátiles o teléfonos móviles, y ahora nos aparece un ordenador con forma de mesa de café que tiene una pantalla táctil capaz de reconocer objetos y servir de interfaz para difundir información, con las manos u objetos en lugar de ratones y teclados. Surface, que así se llama el invento, ha sido presentado por Steve Ballmer, presidente de Microsoft, y puede reconocer decenas de objetos que se posen encima de ella, y proporcionar información vinculada previamente.El objetivo inicial de Microsoft es instalar el ordenador -valorado entre 3.800 y 7.500 euros- en lugares públicos, aunque en el futuro estas superficies-interfaz se proponen para todas partes. Según Steve Ballmer, el objetivo es que cientos de miles de hoteles o restaurantes puedan estar interesados en Surface, y ya han firmado un acuerdo con un par de casinos de Las Vegas, los hoteles Sheraton y las tiendas de T-Mobile, en las que se presentarán aplicaciones como la carta de los restaurantes con fotos en la pantalla o juegos de cartas virtuales, que se pueden jugar a varias manos.Las posibilidades para el nuevo invento son nuevas e infinitas, y tan espectaculares como manipular fotos con las manos, situar un vaso sobre la pantalla y que apareciera información porque reconoce el objeto, o pintar un dibujo entre varias personas al mismo tiempo usando una paleta de color. Callejeros, publicidad interactiva, escaparates, mesas de restaurantes de franquicias y todo un largo etcétera son algunas de las más inmediatas aplicaciones, eminentemente visuales, del nuevo ordenador, pero también módulos de control de máquinas como aeronaves o buques, seguridad o escuelas se abren paso en un futuro inmediato.Estos días de atrás asistí a la lectura de la tesis doctoral del doctor Juan Ramón Sánchez Carballido –calificada con sobresaliente Cum Laude en la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense-, un reconocido experto sobre comunicaciones que trabaja en el departamento de comunicación de Telefónica, y entre los mismos doctores del tribunal se abrió un animado debate sobre la vigencia de las redes y las tecnologías –todas ellas convenidas de caducas-, sobre las aplicaciones y los contenidos, a los que deben servir en aras de un mercado voraz.Si hace pocos años el campo de batalla era la fibra, o los satélites o los tendidos de redes, hoy la cuestión primordial es la de los contenidos, por lo que las tecnologías deben mutar al son de las necesidades de los mercados. En USA hay ya compañías de teléfono o tele por cable que se distribuyen por los hilos de cobre de la luz, una red universal que cubre todos los puntos cardinales. Doble-Play, Triple-Play o Cuadruple-Play darán paso a N-Play infinitos, a la carta, más ajustados a las necesidades o requerimientos específicos de cada usuario.La compresión abre paso a nuevas capacidades de redes que parecían vetustas, y los ordenadores del futuro pueden ser diferentes aparatos interconectados –no uno solo-, que integren TV, soportes de datos, aplicaciones de presentación o comunicación tipo e-mail y telefonía mixta que simulará a la vez la móvil con la tradicional. Una simple conexión inalámbrica superará todas las necesidades domóticas, de comunicación o de teletrabajo que se requieran en cada momento, y los teclados virtuales podrán abrirse en cada momento o sobre cualquier superficie a golpe de led láser.Curiosamente, todas las aplicaciones se van encaminando cada vez más a la interfaz visual o manual, las más intuitivas, que simplifican el aprendizaje. Uno solo tendrá que pensar qué es lo que le hace falta y la industria se lo dispondrá como un genio de la lámpara.
jueves, mayo 31, 2007
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