Fracaso y crisis socialista en tierras de Zapatero
Pedro Vicente
31 de mayo de 2007. No tiene el alcance ni las dimensiones de la Comunidad de Madrid, pero la crisis que el 27-M ha abierto en el PSOE de Castilla y León no es de menor intensidad y presenta la particularidad de producirse en la tierra de José Luis Rodríguez Zapatero. Se sabía que, tras el espejismo de los primeros meses, el "efecto Zapatero" se había ido diluyendo paulatinamente a lo largo de sus tres años de gobierno. Lo que nadie podía sospechar es que, llegadas las primeras elecciones autonómicas bajo su mandato, los socialistas de Castilla y León no iban a superar ni los resultados de 2003, año en que José María Aznar gobernaba a sus anchas desde La Moncloa. Y ha ocurrido que, después de 20 años de gobierno, el PP de Castilla y León ha mantenido intacta su hegemonía, ganando las elecciones autonómicas por quinta vez consecutiva por mayoría absoluta, con un apoyo electoral que roza el 50%. Derrota en León El tirón electoral de Zapatero se ha limitado exclusivamente a la ciudad de León, donde el socialista Francisco Fernández, el conocido "Paco Raquetas", se ha quedado al borde de la mayoría absoluta y lo normal es que pueda gobernar. Pero ello ni siquiera salva el prurito personal del presidente del Gobierno, que ha visto derrotada en la provincia de León la candidatura socialista a las elecciones autonómicas, todo un revés después de que el PSOE hubiera sido la fuerza mas votada en las generales de 2004. El traspiés es todavía mayor si se tiene en cuenta que la candidatura leonesa la encabezaba el propio candidato socialista a la presidencia de la Comunidad, Ángel Villalba, a la sazón secretario regional del PSOE. El correctivo electoral sufrido por Villalba ha sido demoledor, toda vez que en la propia ciudad de León ha obtenido 3.500 votos menos que el candidato socialista a la Alcaldía.Pero en Ferraz, mucho peor que la segunda derrota de Villalba -que se daba por descontada, aunque no con tanta contundencia- ha sentado el fracaso cosechado por la candidata socialista a la Alcaldía de Valladolid, Soraya Rodríguez, diputada del Congreso y miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE. Zapatero y el estado mayor socialista habían declarado Valladolid objetivo estratégico, depositando toda su confianza en Rodríguez, en cuyo apoyo no han escatimado esfuerzos. El resultado no ha podido ser mas decepcionante: nueva victoria por mayoría absoluta del alcalde del PP, Javier León de la Riva, y con mayor margen de votos que hace cuatro años. Villalba, un político amortizado Al igual que ocurre en Madrid, los resultados electorales en Castilla y León inhabilitan políticamente a la actual dirección regional del partido. Sin embargo, a diferencia de Rafael Simancas, Villalba ni siquiera se ha dignado en reconocer el fiasco y pretende aferrarse al cargo, sin admitir su evidente condición de político plenamente amortizado. Así las cosas, la orden de Ferraz de no abrir ninguna crisis territorial antes de las próximas elecciones generales prolongará su agonía hasta el congreso regional a celebrar a continuación. Y hasta entonces permanecerá abierta la incógnita sobre la nueva cabeza visible del PSOE en Castilla y León, elección que estará muy en función de lo que deparen los nuevos comicios generales. En realidad, como la nueva derrota socialista en Castilla y León se daba por descontada, las especulaciones al respecto comenzaron ya hace meses. El diputado palentino Julio Villarrubia, número dos de Diego López Garrido en el grupo parlamentario del Congreso, fue el primer nombre en aparecer. Mas tarde se ha barajado el de la Secretaria de Estado de Asuntos Sociales, la leonesa Amparo Valcarce, persona de máxima confianza de Zapatero. Y hay quien no descarta al jefe de esta última, el salmantino Jesús Caldera, cuyas posibilidades de repetir como ministro se consideran sumamente remotas. Pero hay tiempo para que otros nombres aparezcan en escena.
miércoles, mayo 30, 2007
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