miércoles, mayo 30, 2007

Mejor Chavez que Polinia

31-V-2007
Mejor Chávez que Polonia
EDITORIAL

Zerolo, con la sutileza e inteligencia que le caracteriza, ha propuesto la expulsión de Polonia de la Unión Europea, ni más ni menos, en lo que es una mera expresión internacional del sectarismo radical en el que viven tantos progres hispanos

Los socialistas de Zapatero y Polonia no acaban de llevarse bien. Hay que recordar el plantón del presidente del Gobierno a los gobernantes polacos por "encontrarse cansado" tras aquella comparecencia en la comisión del 11-M en la que afirmó que ya sabíamos todo lo que debía saberse sobre el atentado. Antes de eso ya había provocado estupor la decisión de Zapatero de abandonar las posturas comunes que ambos países mantenían sobre el sistema de voto de la UE, cuestión en la que ambos hubieran podido ser aliados, al ser los principales beneficiados del sistema de Niza. Con tal de recibir las palmaditas en la espalda de Chirac y Schröder por su postura favorable a la Constitución Europea, qué más darán los polacos, debió pensar.
Ahora Sarkozy ha obtenido el apoyo de Merkel a un mini-tratado en el que casi lo único que se conservará del tratado del Referéndum Plus será el sistema de voto, que tanto nos perjudica, mientras el PSOE le vuelve a meter el dedo en el ojo a Polonia en vísperas del viaje oficial de Zapatero a ese país. Zerolo, con la sutileza e inteligencia que le caracteriza, ha propuesto la expulsión de Polonia de la Unión Europea, ni más ni menos. Asombrada, la embajadora en España se ha preguntado en qué basa el socialista su petición. Evidentemente, en nada. No es más que la expresión internacional del sectarismo radical en el que viven tantos progres hispanos, de los que tanto Zerolo como Zapatero son insignes ejemplos.
Es una visión del mundo que lo divide en buenos y malos en el que la izquierda y las "demás culturas" entran en el primer apartado y los demás caemos al segundo. Así pues, Zerolo critica agriamente el más leve atisbo, real o no, de homofobia si se la puede endosar al catolicismo o a la derecha, y con la boca pequeña, si es que lo hace, cuando viene del Islam, donde en lugares como Irán, cuna de la Alianza de Civilizaciones, se ahorca a los homosexuales por serlo.
Asimismo, un Gobierno puede cometer cualquier tropelía siempre y cuando sea "de izquierdas". Aquello que los titiriteros calificaran de "experiencia democrática venezolana" ha demostrado su escaso respeto hacia las libertades con el cierre de RCTV y la expropiación de todo su material para regalárselo a una televisión estatal dedicada a glosar la figura del dictador venezolano. No contento con ello, Chávez ha amenazado a la única televisión medianamente independiente que queda, Globovisión, cuando arrecian las protestas contra este ataque contra la libertad de expresión. La respuesta del PSOE ha sido repetir como papagayos las excusas del régimen: "Ha sido una decisión administrativa". Chávez es de izquierdas, así que es bueno y todo lo que haga debe defenderse; eso es todo lo que cabe esperar de los socialistas en materia internacional.
Y como también Fidel Casto y su dictadura totalitaria son de izquierdas, no hacemos más que rendirle pleitesía desde que Zapatero y Moratinos deciden sobre estas cuestiones, dejando a un lado a quienes luchan porque en la isla se respeten los derechos humanos. Tanto es así que Condoleezza Rice ya ha expresado su desagrado por esta situación pocas horas antes llegar a España, en la visita diplomática estadounidense de más alto nivel que ha logrado el Ejecutivo socialista en tres años. Dada la manera en que se comporta el Gobierno socialista, lo raro es que haya accedido a venir, aunque haya esperado para ello a que su país rompiera casi tres décadas de aislamiento diplomático con Irán, el inventor de la Alianza de Civilizaciones
Cabría recordar al PSOE, si no fuera completamente estéril, que es en la política exterior donde más deben esforzarse por representar a todos los ciudadanos españoles, cuidando de nuestros intereses más allá de nuestras fronteras. Eso impide el uso de las relaciones internacionales como lugar donde evacuar todas sus excrecencias ideológicas; esas cosas se hacen, aunque sólo sea por decoro, en casa.

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