martes, mayo 29, 2007

Agapito Maestre, Lo peor seria lo mejor

miercoles 30 de mayo de 2007
Navarra
Lo peor sería lo mejor
Agapito Maestre

Navarra, pues, ya ha sido devorada por el pacto entre ETA y Zapatero. Pero aún no puede presentarse al descubierto, porque dificultaría el decisivo paso de la autodeterminación.

La sonrisa de Zapatero en Alcázar de San Juan jamás la olvidaré. Anunciaba el devenir trágico de Navarra. Por eso, afirmo que lo peor sería lo mejor: ojalá que Zapatero permitiese a los socialistas navarros gobernar con el filo-terrorismo de los dirigentes de Nafarroa Bai. Así, toda España tendría claro que Zapatero desprecia a la Nación. Los españoles verían con precisión que el proyecto que ejecuta Zapatero está fundamentado en la destrucción del PP como alternativa. Sin embargo, sospecho que Zapatero no lo permitirá, porque ya lo tiene pactado con ETA, seguramente a cambio de un acuerdo secreto para que, después de las Generales, se lleve a cabo un referéndum de co-soberanía en el País Vasco y Navarra, que es la última parte del "proceso de paz".
Me explico: Zapatero tiene preso a los socialistas navarros. Hagan lo que hagan en Navarra están a su merced. Es el único que conoce todo lo pactado con ETA. Los detalles últimos de todo el plan sólo los conoce él. Ni Puras, el candidato impuesto por el partido desde Madrid, sabe de lo que va esta mala historia. Los resultados electorales de Navarra le vienen muy bien, magníficamente, a Zapatero y a ETA para controlar a los suyos. Zapatero y ETA han ganado ya en Navarra, independientemente del Gobierno que surja en esa comunidad. Zapatero y ETA han conseguido mostrarle al resto de España que el País Navarro-Vasco, o, si lo prefieren decir con el lenguaje del PNV, el País Vasco-Navarro, o simplemente Euskalerria, no sólo es viable, sino que es un hecho. Falta esperar un poco para que funcione a pleno rendimiento.
Lo prioritario ahora es, sencillamente, ralentizar el funcionamiento del mecanismo. Es necesario seguir simulando, mientras que la sociedad, las instituciones, los sindicatos, el resto de partidos y, en general, la morralla se mentalice de que Navarra y el País Vasco forman ya una "entidad" conjunta y, sobre todo, viable para el Gobierno de Zapatero, que terminaría aceptando las condiciones del Movimiento Nacional de Liberación Vasco. En estas circunstancias, UPN se convertirá, desgraciadamente, en la coartada de Zapatero hasta las próximas elecciones. Sanz tendrá que bailar al son que marque Puras-Zapatero. UPN está, sí, a merced de la letra pequeña del pacto entre Zapatero y ETA. No es una elucubración lo que digo. Es real. Las urnas han venido a ratificarlo. Navarra, pues, ya ha sido devorada por el pacto entre ETA y Zapatero. Pero aún no puede presentarse al descubierto, porque dificultaría el decisivo paso de la autodeterminación.
Por lo tanto, tienen razón quienes mantienen que todo es posible en Navarra, excepto eludir la presencia del proyecto de Zapatero de un Estado plurinacional al margen del PP. En efecto, varias son las combinaciones para alcanzar el Gobierno en Navarra, pero todas dependen de la letra pequeña de lo pactado entre ETA y Zapatero. Por desgracia, esa letra pocos la conocen y quienes la escribieron no la muestran a nadie. Ahí reside su poder para romper con el régimen de libertades nacido con la Constitución del 78. Así las cosas, tenemos que arriesgar una interpretación sin otra ayuda que la sonrisa cínica, perversamente ensayada, de Zapatero el día después de las elecciones, cuando dijo: "Me alegro de que el PP esté contento. Todos ganamos con la democracia."
Pero, nadie se engañe, Zapatero es el hombre más feliz, porque esos resultados le permiten dar el golpe mortal a España cuando le venga en gana. El tránsito de la España nacional a la plurinacional, o sea, a la desaparición de España, está a tiro. No creo que caiga en el error de la impaciencia, sobre todo si admitimos que Zapatero es el único que conoce perfectamente los tiempos para romper la columna vertebral de sus adversarios políticos. Sólo él puede permitir un Gobierno de conveniencia, presidido por UPN, hasta después de las elecciones generales. Sólo él dará el visto bueno para una gran coalición entre UPN y PSN. Nadie podrá negar que Zapatero es, independientemente del Gobierno que salga, el único que controlará su ejecutoria.
La sonrisa de Zapatero era rotunda. Por ella hablaba su oscura alma. Sí, Zapatero se reserva la posibilidad de cambiar el Gobierno de Navarra, cuando le apetezca impulsar el fin del proceso de independencia del País Navarro-Vasco. ETA está encantada con el asunto, porque ha tenido siempre claro, a diferencia del PNV, que el País Vasco es una prolongación de Navarra. Por lo tanto, le da lo mismo que el centro esté en Vitoria que en Pamplona. ETA y Zapatero son poco sutiles. Nunca les importarán los nombres, si el resultado es la escisión de unas cuantas provincias del resto de España. Aconsejo, pues, a los analistas especializados en Navarra y el resto de provincias vascas que no pierdan el tiempo con disputas semánticas y vayan directamente al asunto central: la independencia de las antiguas cuatro provincias españolas es lo determinante.

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