Urbaneja, La encuesta del CIS y el Zaplana ganador

miercoles 1 de agosto de 2007
La encuesta del CIS y el Zaplana ganador Fernando González Urbaneja

Curioso personaje el tal Zaplana, escudero mayor de Rajoy y su voz en el Congreso. Le llegó ayer (como estaba previsto) la encuesta del CIS, el llamado barómetro de verano con intención y estimación de voto, y la interpretó al minuto. “Con esto... ganamos”. Pero “esto” significa que los socialistas andan tres puntos y medio por encima de los populares, que la valoración del Gobierno es sensiblemente mejor que la de la oposición, y que las notas del líder socialista siguen siendo bastante mejores que las de su adversario. A favor de Zaplana está que cuatro años atrás los socialistas andaban por debajo de los populares y que cuando las urnas dictaminaron el resultado el 14 de marzo ganó la oposición.
Pero el signo de las encuestas no es favorable a los populares; hasta marzo falta mucho y puede pasar de todo, aunque el punto de partida favorece más a Zapatero que a Rajoy. Y no tanto por méritos propios cuanto por déficit de la oposición.
Cuando Rajoy trata de capitalizar a su favor el apagón de Barcelona le hace un favor al Gobierno, porque cuando fallan los servicios los ciudadanos meten en el mismo saco a todos los que andan en los asuntos públicos. La irritación de los ciudadanos gira contra el que se pone delante, si Rajoy trata de sacar réditos del apagón, lo que obtiene es endoso de responsabilidades.
Cuatro años atrás, el barómetro del CIS suspendía a todos los líderes políticos y a los miembros del Gobierno. Aznar obtenía el 4,46 frente al 4,93 de Zapatero, que entonces parecía un “bambi” llamado a perder y a salir de la escena política inmediatamente, para quedar como una anécdota en la historia socialista. Todo el Gobierno Aznar suspendía, ningún ministro superaba el cinco. Ahora, aparentemente en una situación más crispada, con menos expectativas, de claro retroceso (eso piensan algunos), Zapatero saca un cinco pelado (pero cinco de aprobado), y tres de sus ministros principales (vicepresidentes y el de Defensa) sacan más nota que su jefe.
Tres puntos y medio no son diferencia como para estimar que el resultado electoral está dilucidado, el Gobierno puede cometer suficientes errores como para perder, pero el punto de partida es más favorable a Zapatero que a Rajoy y hasta la cita electoral (todo apunta al 9 de marzo) el margen de maniobra es cada día menor para quien deba cambiar de ritmo.
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