viernes, agosto 31, 2007

Zapatero se meterá en un campo de minas en su estreno de la temporada

Zapatero se meterá en un campo de minas en su estreno de la temporada
Elsemanaldigital.com

La fiesta minera de Rodiezmo (León) será un terreno de lo más fangoso. Allí le espera un líder del PSCyL con los días contados y toda una cohorte de socialistas a codazos por un puesto.

31 de agosto de 2007. José Luis Rodríguez Zapatero no podría empezar el nuevo curso, que tal vez sea el último, en peor plaza. Fiel a su costumbre, el presidente buscará la complicidad de sus paisanos el sábado en la fiesta minera de la acogedora localidad leonesa de Rodiezmo. Pero esta vez convertida en un terreno de lo más fangoso para Zapatero, puesto que el socialismo castellano y leonés atraviesa sus horas más bajas. El leonés se verá públicamente las caras por primera vez con su amigo y secretario general del PSCyL, Ángel Villalba, desde que éste sufriera por segunda vez una sonada derrota en las urnas el 27-M. Para Villalba, herido de muerte y con fecha de caducidad tras las elecciones generales de 2008 -él mismo lo anunció-, será el último Rodiezmo como líder, aunque a muchos de sus compañeros les habría gustado que hubiera dimitido meses atrás. Y no es que tenga precisamente buenos recuerdos de los anteriores. El año pasado, sin ir más lejos, pregonó a los cuatro vientos días antes de la fiesta que Zapatero anunciaría grandes proyectos para Castilla y León en su mitin. Pero el "jefe" le dejó en evidencia y se limitó a hablar de temas nacionales -en concreto de la subida de las pensiones-, como hará de nuevo este año, con los asuntos sociales por bandera. Acompañarán al presidente del Gobierno varios responsables de un partido en el que muchos andan a codazo limpio por posicionarse bien de cara a las elecciones generales y, después, en la nueva Ejecutiva que se elija tras la salida de Villalba. Las familias del socialismo castellano y leonés son muchas y malavenidas. En Palencia hay dos clanes: el de José María Crespo y el de Francisco Ramos. En Valladolid, otros dos: el de Jorge Félix Alonso -secretario provincial y seriamente cuestionado- y el de Óscar Puente. Y así sucesivamente. Difícilmente la visita del líder del partido consiga apaciguar los ánimos, sino más bien lo contrario. Porque ya se sabe que quien se mueve no sale en la foto y el presidente ya está tomando apuntes para encontrar recambio a su paisano Villalba.

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