viernes 31 de agosto de 2007
¿Por qué Gotzone no quiere entrar en Basta Ya?
Eulogio López (Hispanidad.com)
H ASTA La Gaceta, lo más parecido que existe en la prensa española a un periódico cristiano, se muestra emocionado con el partido que pretende lanzar la socialista Rosa Díez y el filósofo Fernando Savater. Afirma el editorialista que Basta Ya y el PP se encuentran en sintonía, que Rosa y Fernando han hecho un partido de centro y no concluyen que deban coaligarse por muy poco. Esto es lo que se llama el Síndrome Federico (sí de Federico Jiménez Losantos), patología muy extendida, no entre la derecha española (cuantas más patologías sufra el PP, mejor que mejor) sino entre los cristianos españoles, que es distinto. El que sufre Síndrome Federico confunde la gimnasia con la magnesia, y suele concluir lo siguiente: 1. España será cristiana cuando ZP abandone la Moncloa. 2. El enemigo de mi enemigo es mi amigo: por tanto, si alguien brama contra los nacionalismos exacerbados, por ejemplo Rosa y Fernando, da igual lo que piense, diga o pretenda en cualquier otra cuestión: son mis amigos. Ni por un momento se les ha ocurrido pensar lo que sí ha pensado la también socialista, al menos no se ha dado de baja del partido, Gotzone Mora, para quien la nueva formación es innecesaria porque, lo que defiende –la lucha contra los nacionalismos vasco y catalán- ya está en el PP. 3. El primer mandamiento de la ley de Dios y de la Iglesia, todo a un tiempo, es la unidad de España, una idea hermosa, ciertamente, pero no un mandamiento cristiano. Si deificamos la patria acabamos en el fascismo. Para entendernos: yo no quiero una España unida, sino una España cristiana. Y si es cristiana, estará unida, porque el cristianismo está en sus mismas raíces. Personalmente para juzgar a Basta Ya prefiero auscultar a sus representantes. Rosa Díez es una mujer inteligente, como demuestra su frase, lanzada desde el Parlamento Europeo, sobre el problema vasco (el País Vasco no es un problema, sino una región de España, aunque pueda parecer lo contrario): “Lo que falta en Euskadi no es paz, sino libertad”. Además, se marcha del PSOE renunciando a su acta de eurodiputada. Lo dicho, todo un ejemplo. Ahora bien, Rosa Díez es una progresista, es decir, alguien que no cree en la verdad. Lo cual queda aún más claro si auscultamos a su compañero de fatigas, el inefable Fernando Savater. Dice don Fernando. “Somos un partido laico y progresista”. Esta originalísima definición significa que ningún cristiano puede aceptarlo, dado que, como es sabido, los términos laico y progresista significa que sólo tienen un mandamiento: “Abajo los curas y arriba las faldas”. Quien se haya leído ‘Ética para Amador’, el único trabajo de éxito del intelectual Savater no necesita glosa alguna. Recuerdo que a mis alumnos adolescentes les gustaba más el librito de don Fernando que cualquier otro manual de Ética, y lo mismo le ocurría a los adolescentes que le habían echado el ojo. Es lógico: la tesis de ‘Ética para Amador’, tan querido por algunos colegios de curas y por algunas universidades católicas, consiste en que la vida buena es la buena vida, lo cual es muy cierto, sólo que don Fernando, como buen progresista, no desea comprometerse (eso sería clerical, poco laico) y, por tanto, no especifica en qué consiste la receta de esa vida buena o buena vida. Como todos los pinchauvas de la moral que han surgido en la era del relativismo, don Fernando se niega a proponer nada, porque esto es lo que ocurre con los que aportan una idea: que su aplicación puede ser auditada. En definitiva, ‘Ética para Amador’ es un libro que se lee con gusto y que no aclara absolutamente nada. Puro relativismo, y lo bueno del relativismo es que resulta tan cómodo como inane. Es decir, que estamos ante un libro progresista, de un autor progresista, que ha creado un partido progresista. Y, se me olvidaba, muy laico. Es decir, un manifiesto ideológico que puede resumirse así: los curas son malos y lo mejor que se puede hacer en esta vida es darse un buen revolcón. Y cuando el revolcón nos deje tan tristes como antes, concluiremos que la culpa es de los precitados curas, que han sembrado nuestra cabeza de lamentables sentimientos de culpabilidad que debemos arramblar a cualquier precio. Por ejemplo, jorobando a la Iglesia. ‘Ética para Amador’ no proporciona la felicidad, se lo aseguro, pero nos puede hacer perder el tiempo que tenemos de vida, o al menos pasarlo, insultando a los que se sienten en posesión de la verdad: un plan de vida como otro cualquiera. ¿Que el PP está cerca de los planteamientos de Basta Ya? Por supuesto que sí. La derecha española se nos ha vuelto progresista. O sea, medio lela. O quizás lela del todo, porque, al parecer, la derecha ‘federiquiana’ española no ha caído en la cuenta de que, encima, Basta Ya no le quitará votos al PSOE, sino al PP. En cualquier caso, la prueba del nueve la tienen ustedes en la mencionada Gotzone Mora. ¿Por qué Gotzone, que tenía toda la apariencia de poder liderar este partido y aportarle muchos votos, se ha negado a formar parte del mismo? ¿Acaso difiere de Rosa Díez y Savater en el sentido de que hay que cortar las veleidades nacionalistas de ZP y sus cesiones a PNV, CIU y compañía? Por supuesto que no: lo que ocurre es que Gotzone es católica, y por ello siempre será adversaria de la progresía de Rosa y Fernando. Sabe que la división política del siglo XXI no es entre izquierda y derecha sino entre quienes creen en algo y los que no creen salvo en su propia incapacidad para creer. Y también sabe, por católica, que Cristo nunca se deja utilizar como medio ni tan siquiera para fines tan loables como la unidad de España y la lucha contra los nacionalismos disolventes. Cristo es siempre un fin en sí mismo. Porque Gotzone sí cree en algo más allá que una coyuntura política temporal. Y claro, no puede apuntarse a Basta Ya.
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